De la hecatombe nuclear a la isla abandonada: el poder de fascinaci¨®n de las ciudades fantasma
Hace 33 a?os escuchamos hablar por primera vez de un lugar llamado Chern¨®bil. Hoy es un territorio deshabitado que, junto a otros ejemplos en todo el mundo, inspiran tanto miedo como intriga
Pocas cosas provocan m¨¢s fascinaci¨®n que los lugares que se construyeron para las personas, pero donde ya no hay personas. Los edificios abandonados, las estructuras oxidadas y las calles que antes eran populosas hoy reconquistadas por la vegetaci¨®n son un poderoso s¨ªmbolo del paso del tiempo, de nuestra futilidad como especie y tambi¨¦n una impactante imagen de lo que podr¨ªa ser un mundo en el que la raza humana ya no exista.
Son las conocidas como ciudades fantasma. ?Pero qu¨¦ es exactamente una ciudad fantasma? ?Lo es, por ejemplo, las ruinas de Pompeya? No exactamente: un lugar de este tipo nos impacta m¨¢s cuanto m¨¢s se parece a las ciudades que conocemos. Los restos en piedra de un poblado antiguo nos parecer¨¢n bonitos, pero observar un edificio como el que podemos ocupar nosotros a¨²n con objetos de gente que viv¨ªa all¨ª que reconocemos como cotidianos nos lleva a una escena familiar y, por lo tanto, mucho m¨¢s impactante.
A menudo, estos lugares son museos de un momento reciente de la historia: sus carteles, se?ales y templos se han quedado congelados en el tiempo. Otro motivo por el que una ciudad fantasma nos asombra es porque resulta lo m¨¢s parecido a un viaje en el tiempo que por ahora podemos conocer.
Los pueblos fantasma son inspiraci¨®n para la ficci¨®n, un negocio millonario de agencias tur¨ªsticas en todo el mundo y una fuente de inspiraci¨®n para documentales y libros. Cuando se cumplen 33 a?os de la tragedia de Chern¨®bil (que dej¨® la que es la ciudad fantasma m¨¢s grande y conocida del mundo) repasamos algunos de los casos m¨¢s espectaculares. En Espa?a, por cierto, tuvimos una ciudad fantasma provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria: la ciudad de Sese?a, proyectara por Paco el Pocero, desierta durante a?os. Pero hoy hay listas de espera para irse a vivir all¨ª. Estos otros casos que repasamos no corrieron la misma suerte.
- Pr¨ªpiat, la ciudad que Chern¨®bil vac¨ªo para siempre
?D¨®nde est¨¢? Al norte de Ucrania, casi en la frontera con Bielorrusia.
?Se puede visitar? S¨ª, hay excursiones guiadas desde Kiev casi todos los d¨ªas que incluyen protocolos de seguridad a la entrada y a la salida.
?Qu¨¦ ocurri¨®? Pr¨ªpiat era una ciudad de unos 50.000 habitantes donde viv¨ªan, sobre todo, los trabajadores de la central nuclear de Chern¨®bil y sus familias. Una ciudad moderna para los par¨¢metros de la Rusia sovi¨¦tica, que inclu¨ªa cines, bibliotecas e incluso un peque?o parque de atracciones que estaba a punto de inaugurarse cuando el accidente de la central nuclear tuvo lugar la noche del 26 de abril de 1986. La explosi¨®n del reactor 4 oblig¨® a evacuar la ciudad entera por el riesgo de radiaci¨®n, en principio durante unos d¨ªas. Decenas de miles de vecinos de Pr¨ªpiat y las aldeas cercanas, que se fueron con lo puesto, nunca pudieron volver.
?C¨®mo es aquello hoy? Luis Lobo es uno de los turistas espa?oles que ha visitado la conocida como "zona de exclusi¨®n". "Contratamos una excursi¨®n desde Kiev", relata. "La agencia se encarg¨® del papeleo con los militares para atravesar el acceso. Mi primera sensaci¨®n fue de asombro: esperaba alg¨²n signo de los estragos de la radiaci¨®n, como suelo yermo o ausencia de animales. En su lugar lo que hab¨ªa era la naturaleza en estado puro abri¨¦ndose paso y reconquistando los espacios que antes hab¨ªan sido pueblos, casas o colegios. Pasear por el interior de casas, el colegio y otros edificios era como recorrer una fotograf¨ªa del momento en el que fueron abandonadas. Mirases donde mirases pod¨ªas ver una historia. Pudimos acercarnos al per¨ªmetro de la central, hacernos un macabro selfi y asombrarnos con el descomunal tama?o del nuevo sarc¨®fago que estaba siendo construido a solo unos metros [una gigantesca estructura que intentar¨¢ evitar nuevas fugas radiactivas]. De regreso a Kiev tuvimos que volver a pasar por otro control militar, en esta ocasi¨®n hab¨ªa una maquina para alertar e impedir la salida en caso de que alguien estuviera contaminado". Hay algunos vecinos que, pese a las advertencias de las autoridades, decidieron no abandonar sus casas dentro de la zona de exclusi¨®n. Actualmente se calcula que unas 150 personas viven dentro de ese ¨¢rea. Otros trabajadores a¨²n hacen labores de mantenimiento en la central, pero siempre controlando sus tiempos para no exponerse a niveles de radiaci¨®n demasiado elevados.?
?D¨®nde lo he visto? Pr¨ªpiat ha inspirado desde libros impactantes como Voces de Chern¨®bil, de la premio Nobel Svetlana Alexievich, a pel¨ªculas palomiteras de terror como Chernobyl Diaries.
- Centralia, el pueblo abandonado que vive sobre el fuego
?D¨®nde est¨¢? En el estado de Pensilvania, Estados Unidos.
?Se puede visitar? No hay excursiones programadas como tales, pero se puede llegar por carretera. La gran ciudad m¨¢s cercana es Filadelfia, a unas dos horas en coche.
?Qu¨¦ ocurri¨®? Centralia nunca fue un pueblo muy grande, pero s¨ª boyante: gracias a la calidad de su subsuelo se convirti¨® en una pr¨®spera comunidad minera a mediados del siglo pasado. En 1962 se inici¨® un fuego en uno de los pasajes de las minas que, como t¨²neles de metro, atravesaban toda la ciudad por debajo de la superficie. Las abundantes reservas de carb¨®n empezaron a arder, creando un infierno de 700? de temperatura. Los cierres de las minas no fueron un drama econ¨®mico para el pueblo: con la llegada del gas y el petr¨®leo, el carb¨®n ya se estaba abandonando. El drama real llegar¨ªa despu¨¦s: tras a?os pensando que el incendio en las minas se apagar¨ªa solo, a finales de los setenta empezaron a aparecer humeantes socavones en el suelo. En 1981 un ni?o casi muere cuando un gigantesco agujero ardiente se abri¨® bajo sus pies mientras jugaba en su patio. La vida en el pueblo se revel¨® imposible: 1.200 personas tuvieron que irse.
?C¨®mo es aquello hoy? En 2019 all¨ª apenas quedan casas. Las construcciones fueron derribadas por las autoridades para evitar peligros. Algunos vecinos se negaron a irse: quedan hoy viviendo all¨ª menos de diez. Y permanece en pie, tambi¨¦n, la iglesia. El resto son bosques que han crecido donde antes hab¨ªa bullicio y calles, y carreteras llenas de pintadas que reciben las visitas de excursionistas curiosos.
?D¨®nde lo he visto? Seguro que la historia te suena si has jugado al videojuego Silent Hill o visto la pel¨ªcula, situada en un pueblo abandonado donde solo hay niebla y ceniza. Est¨¢, obviamente, inspirado en Centralia.
- Hashima, la isla llena de edificios en los que ya no vive nadie
?D¨®nde est¨¢? A unos quince kil¨®metros de la costa de Nagasaki, al sur de Jap¨®n.
?Se puede visitar? S¨ª, varios operadores ofrecen visitas tur¨ªsticas a la isla que duran unas tres horas y cuestan alrededor de treinta euros.
?Qu¨¦ ocurri¨®? Una veta de carb¨®n en las profundidades del mar llev¨® a que esta peque?a isla situada cerca de la costa se convirtiese en una mina (en sentido literal y econ¨®mico). En 1890, la empresa Mitsubishi la compr¨® para explotarla. A causa del fuerte oleaje y los tifones, la isla se amurall¨®, d¨¢ndole un misterioso aspecto acorazado. En su interior, a principios del siglo XX, se construyeron edificios para albergar a todos los trabajadores de las minas y sus familias. El terreno era tan peque?o y hab¨ªa que albergar a tantos trabajadores (llegaron a vivir 5.000 habitantes en un terreno de 480 metros de largo y 180 de ancho) que los primeros edificios de hormig¨®n y los m¨¢s altos de Jap¨®n en su ¨¦poca se construyeron all¨ª. All¨ª hab¨ªa todo tipo de servicios: seg¨²n cr¨®nicas de la ¨¦poca, hasta un burdel. Su arquitectura, de enormes bloques de hormig¨®n pegados entre s¨ª, sigue fascinando hoy, cuando la isla lleva vac¨ªa m¨¢s de 40 a?os: cuando el carb¨®n cay¨® en desuso en los setenta, los trabajadores y sus familias abandonaron la isla para buscar otros trabajos. Hoy est¨¢ vac¨ªa, aunque recibe a excursionistas de todo el mundo.
?C¨®mo es aquello hoy? En su d¨ªa, Hashima lleg¨® a tener la densidad de poblaci¨®n m¨¢s alta del mundo. Enormes bloques de hormig¨®n, con balcones que casi se tocan en calles estrech¨ªsimas, todo ello situado sobre una isla que parece una fortaleza. "Esta es una de esas experiencias en las que las fotograf¨ªas no reflejan la historia completa", cuenta en TripAdvisor un turista australiano que visit¨® la isla. Y a?ade: "Es una sensaci¨®n muy extra?a caminar por esta isla abandonada. Por razones obvias la excursi¨®n se desarrolla solo en zonas acotadas: imagino que el resto del lugar es peligroso. Es interesante ver c¨®mo la vegetaci¨®n lo ha empezado a cubrir todo, as¨ª que imagino que dentro de 20 a?os ya casi tapar¨¢ los edificios".
?D¨®nde lo he visto? En la popular serie documental Dark Tourist, de Netflix, se le dedica un episodio.
- Varosha, el para¨ªso vacacional que lleva 40 a?os vac¨ªo
?D¨®nde est¨¢? En la costa este de Chipre, justo en la frontera que separa Chipre de Chipre del Norte, que es como se conoce a la Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre; o sea, la parte de la isla controlada por Turqu¨ªa y no reconocida internacionalmente.
?Se puede visitar? No, est¨¢ totalmente prohibido el paso y hay vigilancia militar.
?Qu¨¦ ocurri¨®? En los a?os sesenta Varosha era uno de los destinos tur¨ªsticos m¨¢s glamurosos del mundo. Estrellas de Hollywood como Richard Burton, Elizabeth Taylor o Brigitte Bardot acud¨ªan a la zona costera chipriota en busca de sus magn¨ªficos hoteles y sus playas de fina arena. En 1974 Turqu¨ªa invadi¨® el tercio norte de la isla y los habitantes de Varosha huyeron con lo puesto esperando volver cuando la situaci¨®n se calmase. Nunca lo hizo. La ciudad est¨¢ vallada, controlada por el ej¨¦rcito y desierta desde entonces. ?Pero por qu¨¦ no fue reocupada por los turcos? Porque una resoluci¨®n de las Naciones Unidas de 1984 impide que nadie que no sean sus antiguos habitantes ponga un pie en ella. La situaci¨®n lleva d¨¦cadas estancada, en estado de negociaci¨®n.
?C¨®mo es aquello hoy? Una especie de Benidorm postapocal¨ªptico que solo se puede observar desde las vallas, con el peligro de que si uno cruza podr¨ªa recibir un disparo de los militares turcos que vigilan la zona. Se dice que en los lujosos concesionarios de coches que hab¨ªa en el lugar contin¨²an expuestos los modelos de 1974. La ciudad se puede ver a lo lejos desde las bulliciosas playas de la ciudad de Famagusta. Mientras estas est¨¢n llenas de vida, los edificios unos kil¨®metros m¨¢s arriba permanecen en estado ruinoso y en absoluto silencio.
- Fukushima, donde la hierba ya cubre los antiguos videoclubs
?D¨®nde est¨¢? Varias ciudades y pueblos de la zona de Fukushima, en Jap¨®n, como Namie, Ukedo u Okuma, fueron evacuados por riesgo de radiaci¨®n en 2011 por encontrarse demasiado cerca de la central nuclear Fukushima I.
?Qu¨¦ ocurri¨®? En 2011 un fuerte tsunami seguido de un terremoto dej¨® m¨¢s de quince mil muertos en Jap¨®n. Adem¨¢s, afect¨® a una central nuclear e hizo que el mundo temiese una repetici¨®n de la tragedia de Chern¨®bil. Ocurri¨® en parte: tres explosiones en la central nuclear Fukushima I liberaron gran cantidad de material radiactivo y obligaron a evacuar a miles de personas de las poblaciones cercanas.
?C¨®mo es aquello hoy? Mar¨ªa, una espa?ola que vive en Jap¨®n y trabaja en una agencia tur¨ªstica, visit¨® la zona el pasado verano. "Hay tres zonas", nos explica. "La zona uno, la central nuclear y alrededores, a la que no se puede acceder; la zona dos, a la que se puede entrar sin permiso, pero donde no est¨¢ permitido pernoctar y se entiende como de paso, y la zona tres, que se evacu¨® en su d¨ªa y poco a poco se intenta repoblar. De una zona a otra hay un paso. Hay medidores de radiaci¨®n en toda la carretera que atraviesa el ¨¢rea de norte a sur. Carteles que indican que pases all¨ª el menor tiempo posible. Todos los desv¨ªos est¨¢n sellados para las casas de la zona uno, pero si uno se mete por las carreteras abiertas puedes ver casas deshabitadas, concesionarios llenos de coches abandonados, salones recreativos desvalijados y tambi¨¦n grandes explanadas de tierra que se trata de descontaminar y fosas inmensas rebosando bolsas negras de basura, que contienen tierra y residuos contaminados".
?D¨®nde lo he visto? Se prepara Fukushima 50, una pel¨ªcula sobre la tragedia protagonizada por Ken Watanabe, pero cualquiera que haya visto la versi¨®n de 2014 de Godzilla habr¨¢ reparado entre los paralelismos de la tragedia de Fukushima y la zona cero en Jap¨®n que aparece al comienzo de la pel¨ªcula.?
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