t.A.T.u.: c¨®mo uno de los timos m¨¢s grandes del pop consigui¨® ayudar a miles de adolescentes
Hace veinte a?os un psic¨®logo infantil urdi¨® un plan para conquistar el mundo del espect¨¢culo desde Rusia. Y lo consigui¨®. Pero pronto lleg¨® la oscuridad. C¨®mo fue aquello, d¨®nde est¨¢n hoy los protagonistas y por qu¨¦ supuso una liberaci¨®n para muchos j¨®venes
Lena Katina solo hab¨ªa besado a un chico antes de besarse, una y otra vez, con Yulia Volkova delante de millones de personas. Juntas llevaron a t.A.T.u. a convertirse en la mayor sensaci¨®n musical rusa desde Chaikovski: n¨²meros uno mundiales, censura en la televisi¨®n estadounidense, pol¨¦mica en Eurovisi¨®n y una generaci¨®n de adolescentes extasiada ante el triunfo de su amor contra la adversidad. Pero todo result¨® un montaje de un m¨¢nager que, tras descubrir en 1999 el ¨¦xito de las p¨¢ginas porno de lesbianas en Internet, se propuso adaptarlo a un producto pop. Lena (Mosc¨², 1984) y Yulia (Mosc¨², 1985) ni siquiera eran lesbianas. Y tampoco tomaban decisiones.
Detr¨¢s de aquella fantas¨ªa se escond¨ªa un m¨¢nager despiadado cuya ¨²nica orden era: "Haced lo que yo diga". ?l ten¨ªa 33 a?os. Ellas, 15
El responsable m¨¢ximo de este glorioso timo pop fue Iv¨¢n Shapovalov (Rusia, 1966), un psic¨®logo infantil reconvertido en director de publicidad y productor musical. Shapovalov hizo un casting en Rusia a m¨¢s de 500 ni?as. As¨ª naci¨® t.A.T.u. (acr¨®nimo de aita devochka liubit tu devochku: esta chica ama a esa chica), un d¨²o inspirado en la pel¨ªcula sueca Fucking Amal que contaba la historia de amor entre dos colegialas. ¡°Un d¨ªa est¨¢bamos ensayando e Iv¨¢n dijo: 'Me falta algo... vais a besaros. Nosotras nos morimos de la risa: 'S¨ª, claro'. Iv¨¢n se pone serio: 'Venga, a trabajar'. Yulia se me acerca y yo me siento extra?a, pero a la vez curiosa. En ese momento Iv¨¢n se convirti¨® en una autoridad y sus experimentos se resum¨ªan en una frase: 'Haced lo que yo diga'. Por ejemplo, le ped¨ªa a Yulia que se desabrochase el cintur¨®n o que me pasase la mano por debajo de la camiseta¡±, record¨® Lena (la pelirroja) en 2011 a la revista The Caravan. Era 1999. Shapovalov ten¨ªa 33 a?os. Ellas, 15.
En 2002, una d¨¦cada despu¨¦s de la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica,?t.A.T.u. lider¨® la reconquista cultural rusa con su ¨¢lbum 200 km/h in the Wrong Lane (A 200 km/h por el carril equivocado). Su est¨¦tica de lolita militar/emo/grunge/chic/anime (los primeros 2000 fueron a?os duros para la ropa) fue imitada por millones de adolescentes. En el v¨ªdeo de All the Things She Said, rodado por Shapovalov, aparec¨ªan vestidas de uniforme de escuela, mojadas bajo la lluvia y bes¨¢ndose observadas por una docena de adultos (?voyeurs?) con mirada desaprobadora desde detr¨¢s de una valla con alambre de espino como el de un campo de concentraci¨®n. Fue n¨²mero 1 en toda Europa.
All the Things She Said, producida por el legendario Trevor Horn (el mismo de Video Killed the Radio Star o Relax), ten¨ªa la estructura s¨®nica de un edificio derrumb¨¢ndose y la escala de una instrucci¨®n militar. Esta canci¨®n va m¨¢s all¨¢ que una efectiva pieza pop: sus capas narrativas van desde la ilusi¨®n ante un despertar sexual hasta el poder de persuasi¨®n (¡°todas las cosas que ella dijo recorren mi cabeza¡±, sugiere que hay una que convence a la otra), los remordimientos (¡°dicen que es culpa m¨ªa, pero lo deseo tanto¡±) y la aceptaci¨®n familiar (¡°pap¨¢, m¨ªrame y dime lo que ves¡±). Su barroquismo tanto musical como emocional la convirti¨® en un himno para los adolescentes LGTB y tambi¨¦n para los heterosexuales, porque captur¨® todas las emociones melodram¨¢ticas que cualquiera atraviesa con su primer amor.
Varios medios de Europa occidental pidieron la censura de?t.A.T.u. Un presentador brit¨¢nico las defini¨® como ¡°pop ped¨®filo¡±. Las criticas contra la explotaci¨®n er¨®tica de dos chicas menores de edad (apelando, adem¨¢s, al imaginario del turismo sexual en Europa del este que convert¨ªa a su m¨¢nager y creador en una especie de proxeneta) se agolpaban con las cr¨ªticas contra su ¡°apolog¨ªa de la homosexualidad¡±.
Pero cualquier tipo de desaprobaci¨®n no hac¨ªa m¨¢s que reforzar el producto: si los adultos las reprobaban, los adolescentes se aferrar¨ªan m¨¢s a ellas como un s¨ªmbolo de rebeld¨ªa. Las t.A.T.u. hac¨ªan pop comercial, pero su repercusi¨®n era puro rock and roll. Durante un concierto, un tipo apareci¨® con una pancarta en una mano y un cuchillo en la otra. En otra ocasi¨®n les tiraron botellas desde el foso. Cuando les ped¨ªan aut¨®grafos reaccionaban con agresividad gritando ¡°niet!¡± ("no" en ruso). Para muchos adolescentes, reci¨¦n salidos de idolatrar a las Spice Girls y los Backstreet Boys,?t.A.T.u. eran las primeras artistas sexualmente libres y desafiantes que conoc¨ªan (Madonna, en aquella ¨¦poca, estaba a por uvas m¨ªsticas).
Su gran ¨¦xito, 'All the things she said', fue acompa?ado por este v¨ªdeo que escandaliz¨® a los adultos rusos y abri¨® los ojos miles de adolescentes.
Lena y Yulia hu¨ªan de los periodistas agarradas de la mano y, cuando las alcanzaban, se besaban apasionadamente. En las sesiones de fotos posaban, sin que nadie se lo pidiera, en camisetas interiores y bragas y se met¨ªan mano para el fot¨®grafo. Cuando la cadena NBC les prohibi¨® besarse o hablar sobre la guerra de Irak, actuaron con camisetas que dec¨ªan ¡°puta guerra¡± en ruso (la emisi¨®n difumin¨® las letras) y se enrollaron durante 25 segundos (la c¨¢mara enfoc¨® al guitarrista todo ese tiempo). Cuando despu¨¦s fueron a la ABC con las mismas camisetas, les pusieron unas encima que dec¨ªa "Censored" y ellas escribieron ¡°puta guerra¡± en la mano del presentador, Jimmy Kimmel. Esta vez la revoluci¨®n rusa ser¨ªa sexual. Y mundial.
¡°Escandalizar a la gente y observar sus reacciones se volvi¨® un juego divertido¡±, explic¨® Lena Katina. ¡°Iv¨¢n construy¨® cierta aura de misterio a nuestro alrededor: nos prohibi¨® conceder entrevistas y si interactu¨¢bamos con periodistas deb¨ªamos responder con monos¨ªlabos o con ambig¨¹edad. Tampoco nos dejaba salir¡±, a?adi¨®. Yulia y Lena defend¨ªan la libertad para amar, pero jam¨¢s confirmaron en p¨²blico que fuesen pareja. El mundo, sencillamente, asumi¨® que lo eran porque no pod¨ªa concebir que todo se tratase de una perversa maniobra publicitaria. ¡°Yo lo ve¨ªa como hacer un personaje en una pel¨ªcula. Nunca he sido lesbiana, nunca me ha atra¨ªdo una chica. Tuve mis dudas, porque estaba fingiendo ser algo que no soy, pero luego pens¨¦ que si pod¨ªa ayudar a otras personas que s¨ª lo eran, por qu¨¦ no¡±, recuerda para Daily Beast Katina.?
Esta actitud evasiva se fue volviendo hostil y, con 17 y 18 a?os, Yulia y Lena ya se comportaban como rockeras salvajes. Minutos antes de aparecer en un programa de la televisi¨®n de Jap¨®n (donde su est¨¦tica de colegialas las convirti¨® en un fen¨®meno sin precedentes), Shapovalov les orden¨® que se largaran del plat¨® en medio de la entrevista. La sociedad japonesa lo consider¨® una falta de respeto insoportable y casi nadie acudi¨® a sus conciertos posteriores.
Not Gonna Get Us (No van a alcanzarnos), de 2003, era otra canci¨®n pop hecha para triunfar. El v¨ªdeo recreaba la fantas¨ªa masculina (explotada unos a?os antes por Aerosmith en Crazy) de dos colegialas que se escapan a hacer travesuras en el mundo de los mayores. Iba a una velocidad fren¨¦tica de huida hacia adelante, como si fuese imposible alcanzar la canci¨®n, y ellas la cantaban a medio camino entre un pitufo makinero y una adolescente borracha en una azotea. Ese registro imposiblemente alto result¨® imposible hasta para ellas mismas, al ser incapaces de alcanzarlo en directo. Y mil millones de personas pudieron comprobarlo en vivo.
Su actuaci¨®n en Eurovisi¨®n fue una de las m¨¢s ca¨®ticas que se recuerdan en el festival: dos patos mareados desafinando todas y cada una de las notas con el n¨²mero 1 impreso en sus camisetas, de tan convencidas que estaban de su victoria. Quedaron terceras
Eurovisi¨®n fue el principio del fin de? t.A.T.u. Ni ellas ni su m¨¢nager quer¨ªan participar, pero el Gobierno ruso no les dej¨® otra opci¨®n: ellas eran sus mejores embajadoras en Occidente (¡°Mosc¨² es el mejor lugar de la tierra¡±, aseguraba Lena a The Sidney Morning. Y a?ad¨ªa: ¡°Es tan c¨¢lida, tan cercana, la gente es tan agradable. En Estados Unidos nadie conoce a su vecino, en Mosc¨² si necesitas sal la pides en la casa de al lado¡±) y daba igual que nunca hubieran cantado en directo antes. O eso pensaban. Tras ensayar solo dos veces, su actuaci¨®n en Eurovisi¨®n 2003 con Ne' Ver Ne Bojsia (No les creas, no les temas) fue una de las m¨¢s ca¨®ticas que se recuerdan en el festival: dos patos mareados desafinando todas y cada una de las notas con el n¨²mero 1 impreso en sus camisetas, de tan convencidas que estaban de su victoria. Quedaron terceras.
Antes de sacar su segundo disco,?t.A.T.u. despidi¨® a Shapovalov (quien se estaba quedando con el 95 % de los beneficios) y el embarazo de Yulia precipit¨® el final de la fantas¨ªa. Su comunicado oficial trat¨® de hacer una contenci¨®n de da?os: ¡°Muchos de nuestros fans de orientaciones sexuales alternativas sienten que les hemos mentido o les hemos traicionado. No es as¨ª. Nunca hemos hecho tal cosa y siempre hemos defendido el amor sin barreras¡±. No volvieron a conseguir ning¨²n ¨¦xito.
Tras varios videoclips en los que ya no hac¨ªan de amantes, pero segu¨ªan explotando el erotismo controvertido (duchas en la c¨¢rcel, fusilamientos en ropa interior),?t.A.T.u. se separ¨® en 2011. Ya llevaban varios a?os dando entrevistas, grabando canciones y asistiendo a eventos por separado, pero su disoluci¨®n les permiti¨® reconocer en p¨²blico lo cansadas que estaban la una de la otra y la alegr¨ªa con la que se deshar¨ªan, a los 27 a?os, de los uniformes de colegialas. En 2014 se reunieron para actuar en la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Sochi en calidad de rusas m¨¢s famosas del mundo. Pero aquel reencuentro, durante el que apenas se miraron a la cara, solo sirvi¨® para que la opini¨®n p¨²blica internacional condenase la hipocres¨ªa de su pa¨ªs: en 2014,?t.A.T.u. no habr¨ªa podido existir por culpa de la ley contra la propaganda homosexual decretada por Putin.
Quiz¨¢ Yulia Volkova estar¨ªa de acuerdo con su presidente. En 2014 asegur¨®?que si su hijo fuese gay lo condenar¨ªa, porque cree que ¡°un hombre de verdad tiene que ser un hombre de verdad¡±. ¡°Dios cre¨® al hombre para la procreaci¨®n, es su naturaleza. El hombre est¨¢ para proveer y ser fuerte, no aceptar¨¦ a un hijo gay¡±. ¡°Dos chicas juntas... no es lo mismo. Est¨¦ticamente es mucho m¨¢s bonito que dos hombres bes¨¢ndose o agarrados de la mano. Pero quiero aclarar que no estoy en contra de los gais, es solo que quiero que mi hijo sea un hombre de verdad y no un marica. Aunque creo que ser gay sigue siendo mejor que ser un asesino, un ladr¨®n o un drogadicto¡±. Yulia coron¨® su discurso, como no pod¨ªa ser de otro modo, con ¡°tengo muchos amigos gais¡±.
Cuando Yulia se qued¨® embarazada tuvieron que realizar un comunicado: ¡°Muchos de nuestros fans de orientaciones sexuales alternativas sienten que les hemos mentido o les hemos traicionado. No es as¨ª. Siempre hemos defendido el amor sin barreras¡±
Pero ah¨ª tambi¨¦n radica la trascendencia de t.A.T.u. Aunque el producto fuese concebido por su creador Iv¨¢n Shapovalov como ¡°un proyecto de sexo adolescente¡± dise?ado para ¡°hombres que buscan entretenimiento menor de edad¡±, seg¨²n explic¨® ¨¦l mismo, y aunque las propias Yulia y Lena contradigan el esp¨ªritu de diversidad sexual que las hizo millonarias, su efecto fue libertador: millones de adolescentes encontraron en ellas una catarsis colectiva para expresar su identidad sexual, su descubrimiento de la madurez y su rebeli¨®n contra la sociedad. Porque?t.A.T.u. consigui¨®, a muchos niveles, que millones de adolescentes se hicieran mayores de golpe y se sintieran menos solos.
?Qu¨¦ ha sido hoy del d¨²o? Ambas contin¨²an con la m¨²sica en su Rusia natal. Lena Katina sigue gozando de una base de fans generosa en pa¨ªses de Sudam¨¦rica como Chile o Argentina, lo que le llev¨® a publicar un disco en espa?ol, Esta soy yo, en 2016. Antes de eso, en 2014, tuvo un hijo y acus¨® a Yulia de chantajearla cuando actuaron en Sochi.
Yulia, por su parte, cont¨® que en 2012 sufri¨® c¨¢ncer de tiroides y la operaci¨®n da?¨® sus cuerdas vocales, dej¨¢ndola casi sin voz. Tiene dos hijos, una chica de 14 y un chico de 11. Se convirti¨® al islam en 2013, volvi¨® a la iglesia ortodoxa en 2017 y ha contado que resulta que s¨ª es bisexual. En su cuenta de Instagram, con casi 250.000 seguidores, se da buena cuenta de las cirug¨ªas a las que se ha sometido, que han dejado su rostro casi irreconocible si lo comparamos con el de que aquella adolescente que conocimos.
Lena y Yulia no tienen ning¨²n tipo de contacto desde 2014.
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