Mordazas sin fronteras

Relata la editora argentina Florencia Griego en su reciente libro En Corea del Norte. Viaje a la ¨²ltima dinast¨ªa comunista que a mediados del siglo pasado los ciudadanos del herm¨¦tico pa¨ªs asi¨¢tico ten¨ªan prohibido abandonar su lugar de residencia si no contaban con un permiso de viaje emitido por las autoridades locales. El freno a la libre circulaci¨®n de personas se asentaba en el songbun,un sistema que distribu¨ªa geogr¨¢ficamente a la poblaci¨®n seg¨²n su grado de lealtad.

El r¨¦gimen norcoreano ha tenido el extra?o privilegio de ser tambi¨¦n la naci¨®n m¨¢s hostil para la libertad de expresi¨®n. Pero esta semana ha perdido tan lastimoso liderazgo en favor de Turkmenist¨¢n, el pa¨ªs que ocupa el puesto 180? (y ¨²ltimo) en la clasificaci¨®n que cada a?o elabora Reporteros sin Fronteras (RSF) para calibrar la salud de la prensa en el mundo. Este peque?o escal¨®n que asciende Corea del Norte obedece a la aparente apertura que han supuesto los encuentros entre Kim Jong-un y Donald Trump.

Turkmenist¨¢n ha tomado as¨ª el relevo como el Estado m¨¢s mal¨¦fico por la persistente persecuci¨®n emprendida por el Gobierno del autodenominado Padre Protector hacia los corresponsales de medios de comunicaci¨®n que trabajaban en el pa¨ªs de forma clandestina. En el polo opuesto se sit¨²a Noruega. Europa Occidental es en general un territorio donde la prensa puede trabajar sin correr peligro, aunque no est¨¢ exento de riesgos, como se acaba de comprobar tras el asesinato de la periodista de 29 a?os Lyra McKee, que perdi¨® la vida el jueves por los disparos producidos en los disturbios en Londonderry. La polic¨ªa investiga el caso como un ¡°incidente terrorista¡±.

Reino Unido ocupa el puesto 33? en la lista de RSF. El a?o pasado fueron detenidos en Irlanda del Norte los periodistas Trevor Birney y Barry McCaffrey por una investigaci¨®n policiaca de la masacre de Loughinisland.Salieron en libertad bajo fianza. En mejor posici¨®n (15? lugar) est¨¢ Irlanda, pese a que la ley proh¨ªbe a los polic¨ªas hablar con los periodistas sin una autorizaci¨®n previa. Los oficiales que no respeten la norma pueden perder su trabajo o ser sancionados con multas y penas de hasta siete a?os de prisi¨®n. Las mordazas no tienen fronteras. Abundan en Turkmenist¨¢n y asoman en la vieja Europa.