Cosm¨¦tica con superpoderes a base de karit¨¦
Un proyecto en Ben¨ªn hace de la manteca de karit¨¦ el elemento clave para el desarrollo de varios pueblos gracias a la comercializaci¨®n de sus productos en Espa?a
¡°Esta es la crema. Probadla¡±. Unas mujeres, sentadas en un banco, hacen como se les dice. Cogen un poco del recipiente que se les muestra, lo huelen, cuchichean algo, se untan las manos, hacen signos de aprobaci¨®n con la cabeza. ¡°Y este es el cacao para los labios. Probadlo tambi¨¦n¡±. La operaci¨®n se repite. Ahora r¨ªen, aplauden, comentan en voz alta, en definitiva, celebran. Lamotou Sero Mama Lafia y Abdel-Kader Modougou han llegado hasta la aldea de Sansi-Gando, en el distrito de Ouenou, comuna de Nikki, en el norte de Ben¨ªn, muy cerca de la frontera con Nigeria, para mostrar a las mujeres los productos elaborados a partir de la manteca de karit¨¦ que ellas fabrican a?o tras a?o.
Los envases de crema son el ¨²ltimo eslab¨®n de un proceso que comienza en esta aldea y otras dos vecinas: Monnon y Besan-Gourou. En ellas, las mujeres recogen el fruto del karit¨¦ y lo transforman en manteca refinada que, luego, es exportada a Espa?a. All¨ª, en los laboratorios Na¨¢y Botanicals de Valladolid es transformada en los productos que las vecinas de Sansi-Gando han visto ahora por primera vez y que se comercializan bajo la marca Nikarit.
Nikarit es un proyecto de la ONG espa?ola OAN International que intenta empoderar a las mujeres productoras de karit¨¦ a trav¨¦s del fomento del comercio justo y sostenible de la manteca. En las zonas empobrecidas del Sahel, muchas mujeres buscan en la elaboraci¨®n de este producto una fuente de ingresos que les permita ser econ¨®micamente independientes. El problema es la falta de medios para acceder a los mercados internacionales donde hay mayor demanda de este producto. Con este proyecto se ha conseguido conectar la demanda que hab¨ªa en Espa?a con la oferta de Ben¨ªn. Ahora, esas mujeres venden los frutos de su trabajo a un precio justo.
¡°Hay tres productos: la manteca de karit¨¦, a la que solo se le a?ade vitamina E para que se conserve mejor, la crema de manos y el cacao de labios¡±, comenta Beatriz V¨¢zquez de Miguel, coordinadora del Comit¨¦ de pol¨ªtica social de OAN y fundadora de Nikarit. Las f¨®rmulas utilizadas fueron desarrolladas por dos voluntarias de la organizaci¨®n que estudiaron un m¨¢ster en cosm¨¦tica.
Este proyecto est¨¢ muy vinculado a un hilo creado en la universidad. Comenz¨® con el trabajo fin de grado (TFG) de V¨¢zquez, que estudi¨® derecho y administraci¨®n de empresas, y consisti¨® en un plan de negocios. ¡°Luego, fui a Nikki con Jos¨¦ Mar¨ªa Elola y Pablo Jord¨¢n y all¨ª hicimos una investigaci¨®n sobre el terreno que nos permiti¨® conocer c¨®mo funcionaba el mercado del karit¨¦. M¨¢s tarde, otro compa?ero hizo otro TFG con un nuevo plan de negocios que conten¨ªa la informaci¨®n actualizada. Luego otra estudiante present¨® como trabajo fin de m¨¢ster (TFM) un plan de evaluaci¨®n de todo el proyecto. Le sigui¨® otro voluntario con otro sobre las bases sostenibles del karit¨¦; ahora un alumno est¨¢ realizando uno sobre c¨®mo hacer un sello de comercio justo para este proyecto, y una voluntaria ha desarrollado un plan de marca¡¡±.
El proyecto tambi¨¦n ha conseguido un impacto indirecto, que en un primer momento no se buscaba, la protecci¨®n de una planta que es un tesoro de la naturaleza y que se ve muy amenazada. El ¨¢rbol de karit¨¦ (Vitellaria paradoxa) llega a medir hasta 15 metros de altura. Puede vivir hasta tres siglos. Tarda entre 15 y 20 a?os en producir frutos: unas nueces carnosas. Tras cocerlas y triturarlas se obtiene una grasa vegetal conocida como manteca de karit¨¦; una sustancia comestible que tradicionalmente se utilizaba para cocinar. Sin embargo, desde hace a?os existe una gran demanda de este producto para la cosm¨¦tica. Como tarda tanto tiempo en producir beneficios econ¨®micos, es normal que los campesinos lo corten o quemen para tener m¨¢s tierra cultivable o lo sustituyan por cultivos m¨¢s rentables, como el anacardo. El hecho de que ahora genere ingresos hace que empiece a estar protegido.
En pocos a?os, se ha conseguido que en Ben¨ªn m¨¢s de 200.000 mujeres vivan directamente de actividades relacionadas con el karit¨¦, que se ha convertido en la tercera gran exportaci¨®n del pa¨ªs
En pocos a?os, se ha conseguido que en Ben¨ªn m¨¢s de 200.000 mujeres vivan directamente de actividades relacionadas con el karit¨¦, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, Ganader¨ªa y Pesca benin¨¦s. Desde hace tiempo, este organismo impulsa y promociona la mejora y exportaci¨®n de estos productos. Tanto es as¨ª que se ha convertido en la tercera gran exportaci¨®n del pa¨ªs despu¨¦s del algod¨®n y el anacardo y, por tanto, constituye una importante fuente de divisas. Esto coloca a Ben¨ªn como el cuarto productor mundial de karit¨¦, tras Mal¨ª, Burkina Faso y Nigeria, con un volumen de producci¨®n de alrededor de 30.000 toneladas de nueces secas. Pero son muchas las mujeres que se quejan de no poder vender la manteca que elaboran.
Normalmente, ¡°las empresas cosm¨¦ticas importan la nuez de karit¨¦, no el producto procesado. Se utiliza a ?frica como materia prima y no se la incluye en los procesos productivos. El mensaje que nosotros queremos dar es el contrario¡±, comenta Daniel Alfaro Posada, presidente de OAN. La nuez de karit¨¦ se compra a 80 c¨¦ntimos de euro el kilo, mientras que la manteca cuesta 2.50 euros el kilo y adem¨¢s genera trabajo e ingresos mayores para muchas mujeres. En la actualidad, el proyecto compra 650 kilos de manteca al a?o.
¡°A nosotros nos gustar¨ªa que todo el proceso, de principio a fin, se realizara en Ben¨ªn¡±, explica V¨¢zquez. ¡°El problema es que la importaci¨®n de cosm¨¦ticos a la Uni¨®n Europea tiene unos controles de calidad muy exigentes y en el pa¨ªs no hay laboratorios que puedan certificarlos. Pero trabajamos para que cada vez m¨¢s parte del proceso se haga en terreno, incluso para que laboratorios espa?oles puedan compartir conocimientos con los benineses¡±.
El proyecto tiene un claro impacto social. ¡°El que se hace con los beneficios¡±, explica Alfaro. ¡°Somos una empresa social en los dos sentidos: el producto genera impacto y los beneficios generan impacto¡±. ¡°Nuestra filosof¨ªa es que el impacto fuerte sea la compra de la manteca¡±, a?ade V¨¢zquez. ¡°Si mejoran su producci¨®n podr¨¢n vender a m¨¢s gente, no solo a nosotros¡±.
Un porcentaje de lo que genera el proyecto se reinvierte en los tres pueblos. ¡°El primer a?o decidimos devolver todo a las comunidades en dinero. En uno de los pueblos construyeron una escuela, una caba?a realmente, en los otros compraron semillas de soja. Pero nos dimos cuenta de que reinvertir directamente no era sostenible. Adem¨¢s, genera dependencia porque, al final, el beneficio es mayor que el que realmente corresponde, por lo que corr¨ªamos el peligro de que las mujeres no quisieran vender su producto a otras personas, ya que con nosotros consegu¨ªan m¨¢s, por lo que nos convert¨ªamos en imprescindibles. Nada m¨¢s lejos de nuestro deseo¡±.
Por eso, este a?o la reinversi¨®n ha sido en la formaci¨®n de las mujeres para mejorar sus t¨¦cnicas de extracci¨®n del karit¨¦. As¨ª se ha conseguido una manteca m¨¢s refinada con la calidad suficiente para la exportaci¨®n. Con esta mejora se ha conseguido que la Asociaci¨®n de Karit¨¦ de Ben¨ªn (AKB) admita en su seno a los grupos de estos tres pueblos. Esta organizaci¨®n da apoyo a las distintas cooperativas de mujeres para promover el comercio econ¨®micamente viable de los productos del karit¨¦. Adem¨¢s, tambi¨¦n facilita que los distintos miembros compartan buenas pr¨¢cticas y experiencias. Una vez al a?o organiza una conferencia y as¨ª ¡°las mujeres salen de sus aldeas y pueden ver lo que se hace en otros sitios lo que les da m¨¢s conocimiento y mayor amplitud de miras¡±, explica la fundadora de Nikarit.
Otras de las reinversiones de este proyecto se materializa en la construcci¨®n de pozos en las aldeas de la zona para garantizar el acceso al agua limpia a toda la poblaci¨®n. Tal es el caso del construido en un claro entre las casas de Sansi-Gando en el que se concentran mujeres y ni?os que por turno aprietan el pedal que hace brotar el agua que llena los recipientes depositados bajo el ca?o. En este caso concreto, OAN ha contado con la ayuda y financiaci¨®n de AUARA y la Fundaci¨®n Salvador Soler. Junto a Lamotou y Abdel-Kader han viajado hasta la aldea un mec¨¢nico y Daniel Alfaro. Van a inspeccionar si la bomba est¨¢ en buenas condiciones. Miden el caudal de agua por minuto que sale por la tuber¨ªa y ven que est¨¢ por debajo de lo normal, lo que indica que la bomba tiene alg¨²n problema. La abren y observan que el pist¨®n del pedal est¨¢ desgastado. Hay que cambiarlo y as¨ª se lo explican a las mujeres.
OAN ha previsto que las bombas de los pozos no son eternas y necesitan mantenimiento. Por eso, ha formado a varios mec¨¢nicos y ha creado una tienda donde las comunidades pueden comprar los repuestos que necesitan. Gracias al dinero que las mujeres consiguen con la venta de la manteca de karit¨¦ les es f¨¢cil asumir las reparaciones. El agua es cosa de ellas y por tanto est¨¢n dispuestas a hacer cualquier sacrificio para facilitar al m¨¢ximo esta tarea. Quedan con el mec¨¢nico para que traiga de Nikki las piezas necesarias y ajustan el pago de su trabajo.
La intervenci¨®n abarca adem¨¢s un proyecto complementario en materia de salud y agua potable, que pretende reducir las altas tasas de diarrea y mortalidad infantil que prevalecen en la zona, debido a la mala calidad del agua. Para alcanzar ese objetivo, OAN dise?¨® unos filtros de bioarena que son fabricados por t¨¦cnicos locales entrenados para ello. Se trata de unos recipientes altos de cemento en los que se vierte el agua. Esta pasa por distintas capas de arena y sale filtrada y apta para el consumo humano. Gracias a los beneficios generados por la venta de la manteca de karit¨¦, la mayor¨ªa de las familias ha adquirido uno y consume agua en buenas condiciones, lo que ha mejorado notablemente la salud de toda la poblaci¨®n.
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