El ¡®pescador de clandestinos¡¯ y otras historias de traficantes de seres humanos
El libro 'Confesiones de un traficante de personas' desgrana el funcionamiento de la "mayor agencia de viajes ilegales del mundo" a trav¨¦s de las palabras de los mismos criminales
Las oportunidades hacen traficante de seres humanos al hombre. Las oportunidades y la ausencia de escr¨²pulos, junto con una buena dosis de palizas, olfato para los negocios, habilidad para crear redes y adaptarse de manera muy r¨¢pida a los cambios de mercado. El profesor de Criminolog¨ªa Andrea Di Nicola y el periodista Giampaolo Musumeci viajaron de Croacia a T¨²nez, de Grecia a Egipto, de Francia a la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo para explicar c¨®mo funciona por dentro la ¡°mayor agencia de viajes ilegales del mundo¡± a trav¨¦s de las palabras de los mismos criminales. Sus voces, plasmadas en el libro Confesiones de un traficante de personas (Altamarea), han llegado este martes hasta Madrid para revelar los entresijos de un negocio que tiene cada vez m¨¢s demanda.
Entre ellos hay quien se cree Mois¨¦s y quien afirma que su trabajo consiste en ayudar a los dem¨¢s en cumplir sue?os. A veces son delincuentes de poca monta o incluso migrantes que se pagan el viaje afirmando tener grandes dotes de marinero. En todo caso, los autores son claros: el contrabandista que patronea la patera o el cayuco solo representa la punta del iceberg y la detenci¨®n de unos cuantos barqueros no sirve para acabar con el tr¨¢fico de personas.
"El traficante es el triunfo de los claroscuros. Por un lado, su narrativa es que no hace nada malo, solo ayuda a la gente. Por el otro, hasta que Europa siga sin ofrecer respuestas, parad¨®jicamente ellos desempe?an una funci¨®n institucional: crean un corredor (muy poco) humanitario y permiten que la gente se mueva. En alguna ocasi¨®n, incluso garantizan el disfrute de un derecho al asilo, reconocido por la legislaci¨®n internacional. La paradoja es que los refugiados tengan que pagar para ejercer un derecho y no puedan ir a una embajada y solicitar un visado", explica Musumeci durante su paso por Madrid.
¡°No cre¨¢is que es f¨¢cil. Para hacer este negocio hay que ser valiente. No se debe tener miedo a la polic¨ªa, ni temer acabar en la c¨¢rcel. Cuanto m¨¢s fuerte eres, m¨¢s respeto te tienen y, por tanto, m¨¢s trabajas. Todos han de tenerte miedo. Aqu¨ª mi palabra es siempre la ¨²ltima, de lo contrario te mato a palos¡±. Estas palabras citadas en el libro son de Emir, pescador de clandestinos como le definen los autores italianos.?
La base de sus negocios?son las Islas Querquenes, en la zona oriental de T¨²nez, frente a Sfax. Se trata de uno de los lugares m¨¢s concurridos para los migrantes y refugiados que sue?an con llegar a Europa. Italia est¨¢ a tiro de piedra: apenas 64 millas separan el territorio tunecino de la diminuta isla de Lampedusa. Emir (nombre ficticio) lleva en el mar 35 a?os. Nunca ha salido de su archipi¨¦lago ¡ªcon excepci¨®n de las idas y vueltas a Lampedusa¡ª, pero ha hecho que miles de personas emigraran desde 2007. En su barco de pesca caben hasta 40 viajeros hacinados. Los clientes tienen que pagar por adelantado. La tarifa es de unos 2.000 dinares (casi 600 euros), a cambio de un viaje en el que ser golpeados, atados y amedrentados est¨¢ a la orden del d¨ªa.
Yo convierto los sue?os en realidad, uno en particular: cambiar de vida, dejar un lugar horrible y venir a un pa¨ªs europeo para vivir bien Kabir, traficante de seres humanos
El siberiano Aleksandr no duda en autoproclamarse el mejor en su trabajo. Se estren¨® en 2011, cuando zarp¨® desde Marmaris (Turqu¨ªa) sin saber nada del plan de viaje ni conocer la identidad de sus jefes o la de los clientes que habr¨ªa llevado a bordo del yate de lujo que se le confiaba. Recibi¨® unas coordenadas que le llevaron a una zona rocosa a lo largo de la costa, sin pueblo ni puerto, en la oscuridad total de la noche. M¨¢s de 30 hombres entre los 17 y 25 a?os, afganos e iraqu¨ªes, se api?aron en la embarcaci¨®n para dirigirse rumbo a Apulia (en el sur de Italia).
¡°El centro de gravedad tiene que estar lo m¨¢s bajo posible. No pueden moverse [de la cubierta], aunque vomiten. Soy implacable con ellos, tienen que callarse y escucharme¡±, sostiene Aleksandr. ¡°Soy su ¨²nica esperanza. Podr¨ªa haberle dado el tim¨®n a uno de ellos, coger el bote y regresar. Podr¨ªa haberlos abandonado a su suerte, pero no soporto la idea de hacer correr un riesgo tan grande a personas indefensas, ser¨ªa un crimen. Yo creo que Mois¨¦s fue el primer gu¨ªa de migrantes de la historia. Yo soy como ¨¦l: yo soy Mois¨¦s¡±.
Kabir, en el norte de Pakist¨¢n, tambi¨¦n est¨¢ convencido de que la suya es una labor social. ¡°Las ofertas que me llegan son realmente incontables, todos quieren venir a Italia, a m¨¢s de 100.000 podr¨ªa hacer disfrutar de mis servicios. S¨ª, porque al final ayudo a la gente. Yo convierto los sue?os en realidad, uno en particular: cambiar de vida, dejar un lugar horrible y venir a un pa¨ªs europeo para vivir bien¡±.
"Aqu¨ª todos saben, pero nadie se chiva"
Las actividades de Emir van viento en popa. "Aqu¨ª todos saben, pero nadie se chiva", dice. Sus clientes pagan cinco dinares al d¨ªa por una cama en una caba?a de la que nunca pueden salir hasta el d¨ªa del viaje. La manutenci¨®n se cobra aparte. Todo se paga en efectivo para dificultar la interceptaci¨®n de los flujos.
"Los esbirros no me tocan, tienen miedo. Yo soy la autoridad aqu¨ª. Si la polic¨ªa se entera de que estamos organizando un viaje a Lampedusa e intenta entrar al barrio, la cosa termina mal. Los j¨®venes de la zona se organizan y los apedrean y se monta un jaleo de mil pares de narices. Los j¨®venes aqu¨ª est¨¢n conmigo, yo soy el l¨ªder. Yo a los chicos les ayudo, la polic¨ªa no, est¨¢n contra ellos. Aqu¨ª mando yo y, si no lo aceptan, me los cepillo", zanja el tunecino.
P. M. es un sacerdote, aunque nunca jur¨® oficialmente los votos. Y tambi¨¦n es el jefe del contrabando entre Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) y Europa, actividad que dirige desde Kampala (Uganda) entre misa y misa. ?l mismo tuvo que huir de los horrores del conflicto en RDC y refugiarse en el pa¨ªs vecino. Se estima que hasta el momento ha ayudado a al menos unos 1.000 congole?os a llegar a Uganda y construir una nueva identidad y una historia para relatar a las autoridades del pa¨ªs de acogida y obtener as¨ª la condici¨®n de refugiado.
"Uno se imagina al traficante como un malo de pel¨ªcula que acaricia a su gato, pero son personas amables, muy sociables y sociales, con gran presencia en las redes sociales. Quiz¨¢s descubrir este lado de su personalidad ha sido lo que m¨¢s me ha sorprendido mientras escrib¨ªa el libro", cuenta Musumeci. "Est¨¢s sentado con ¨¦l en un bar, sonr¨ªe, habla de f¨²tbol, est¨¢ informado sobre la pol¨ªtica internacional. Parece un hombre de negocios como los dem¨¢s".
La gallina de los huevos de oro
La ONU calcula que el beneficio anual de quienes trafican con seres humanos procedentes de ?frica y con destino a Europa es de 150 millones de d¨®lares. Las personas, argumentan los autores, valen menos que las drogas. ¡°Si un cami¨®n de migrantes se pierde en el desierto del S¨¢hara y los clientes ya han pagado la ruta, ?a qui¨¦n le importa? Si, por el contrario, pierdo una partida de coca¨ªna tendr¨¦ problemas muy serios. La oferta de personas que desean ir a Europa, a EE UU¡ es inagotable¡±.
"Los traficantes son el homenaje a la creatividad. Europa es muy lenta, pero los traficantes se adaptan a los cambios de manera muy r¨¢pida.Su talento se basa en una observaci¨®n continua del mercado y de la realidad para encontrar siempre nuevas soluciones para el negocio. Representan una startup din¨¢mica", se?ala Musumeci.
"Las personas siempre se han desplazado y no se pueden parar estos flujos. Para evitar el tr¨¢fico de seres humanos hay que ofrecer respuestas diferentes. Los Gobiernos no dan una respuesta y los traficantes s¨ª. Si empez¨¢ramos a crear corredores humanitarios a amplia escala, les quitar¨ªamos el business. El tr¨¢fico de migrantes es una zona de sombra y se piensa que si paras a los migrantes solucionas el problema, pero no es cierto. No nos estamos ocupando del verdadero problema".
Migrantes en yates de lujo
Los yates de lujo, de vela y de motor, son uno de las estratagemas empleadas por los traficantes de personas para no llamar tanto la atenci¨®n de las autoridades. Los migrantes se esconden bajo cubierta, donde a los aviones y a los helic¨®pteros de vigilancia les resulta m¨¢s complicado detectarlos.
Entre las t¨¦cnicas m¨¢s utilizadas por los traficantes para ocultar a sus clientes en los viajes por carretera est¨¢ la de crear espacios con doble fondo dentro de las cabinas de los veh¨ªculos o en los compartimentos de carga. Otro truco consiste en fabricar un peque?o cub¨ªculo dentro del asiento, vaciado del relleno, o crear dobles fondos en los camiones.
En alguna ocasi¨®n, los migrantes se transforman en alegres familias de viaje por Europa, gracias a pasaportes falsos.
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