La manipulaci¨®n del verbo ¡°vencer¡±

El deporte suele ofrecer con claridad vencedores y vencidos. El Barcelona gan¨® la Liga y el Rayo Vallecano venci¨® al Real Madrid. En cambio, las elecciones pol¨ªticas permiten presentar a ganadores como perdedores y a derrotados como victoriosos. A veces hasta ganan todos y nadie pierde.

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Marta Vilalta, portavoz de ERC, declar¨® el lunes 29, tras las elecciones: ¡°El independentismo ha vencido por primera vez en unos comicios generales y no pueden hacer caso omiso a ello¡±.

Pasemos por alto lo inesperado de la preposici¨®n a para fijarnos en el uso de ¡°vencer¡± y en el sujeto al que se premia con ese verbo. Porque se da en esta frase la t¨ªpica manipulaci¨®n mediante hiperonimia: ¡°¨¢rbol¡± es hiper¨®nimo de ¡°roble¡±, y de igual forma ¡°independentismo¡± es hiper¨®nimo de ¡°ERC¡±, el partido m¨¢s votado. Y as¨ª como todos los robles son ¨¢rboles, pero no todos los ¨¢rboles son robles, la victoria de ERC no es la victoria del independentismo.

La situaci¨®n se puede equiparar con el triunfo de Ciudadanos en los comicios auton¨®micos de 2017 (en los que sum¨® casi 100.000 votos m¨¢s que ERC ahora), pero ning¨²n portavoz de ERC declar¨® entonces ¡°ha ganado el constitucionalismo¡±.

S¨ª que habr¨ªa resultado v¨¢lida esta semana la afirmaci¨®n ¡°ERC ha vencido en Catalu?a¡±. Pero ¡°el independentismo ha vencido¡±, que es lo que Vilalta dijo, constituye una aseveraci¨®n falsa.

Para demostrarlo, basta revisar los datos facilitados el domingo:

Los independentistas sumaron 1.626.001 votos (contando ERC, Junts per Catalunya y Front Republic¨¤). Los no independentistas alcanzaron por su parte una suma de 1.748.129 sufragios (con las aportaciones de PSC, PP, Ciudadanos y Vox). Es decir, unos 122.000 votos m¨¢s. Si uni¨¦ramos a este segundo bloque las papeletas obtenidas por En Com¨² Podem (Podemos), la diferencia superar¨ªa los 700.000 votos.

Este ¨²ltimo grupo pol¨ªtico ha mostrado connivencias con el independentismo en sus estrategias, por ejemplo defendiendo un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n; pero, si nos atenemos a las afirmaciones de sus l¨ªderes, en esa consulta propugnar¨ªan la permanencia en el sistema constitucional espa?ol. As¨ª que se deja a gusto del lector si los incluye o no.

Pero con todo, el independentismo fue derrotado una vez m¨¢s en las urnas en el c¨®mputo de votos populares (el que se aplicar¨ªa en un refer¨¦ndum), y conviene repetirlo ante las mentiras que sueltan una y otra vez los secesionistas por esos mundos, aprovech¨¢ndose de que no todos sus interlocutores tienen los datos en la cabeza.

Es m¨¢s: en estas elecciones el bloque independentista ha perdido peso respecto a los comicios auton¨®micos. Las candidaturas que defienden n¨ªtidamente la independencia sumaron el 28 de abril un 39,38% de los sufragios; mientras que en las votaciones de 2017 llegaron hasta un 47,8%.

Ahora ese 39,38% de los votos independentistas se confronta con el 43,2% de los grupos opuestos. El 17,4% restante corresponde a En Com¨² Podem (Podemos) y a candidaturas minoritarias (como el partido animalista PACMA o Recortes Cero) que no se han significado en la divisi¨®n entre secesionistas y constitucionalistas.

En pol¨ªtica, los vencidos pueden presentarse como ganadores; pero eso s¨®lo sucede en el terreno de las palabras manipuladas. Con los n¨²meros claros y completos, las mentiras se desactivan de inmediato. Y no se puede hacer caso omiso de ello.