No basta con la paz
La integraci¨®n de los Balcanes en la UE es la v¨ªa para diluir las tensiones
La Cumbre de Berl¨ªn ha acabado sin resultados claros y sin promesas concretas, m¨¢s all¨¢ de declaraciones de buena voluntad, como las que realiz¨® la canciller Angela Merkel sobre la ¡°responsabilidad¡± europea para buscar una soluci¨®n definitiva a los conflictos balc¨¢nicos. Ser¨ªa un error buscar atajos para la integraci¨®n de unos pa¨ªses que no est¨¢n preparados ni econ¨®mica ni institucionalmente para entrar en la UE, pero ser¨ªa un error a¨²n mayor abandonar a los Balcanes a su suerte, por justicia hist¨®rica, y por la creciente posibilidad de que acaben mirando mucho m¨¢s a Mosc¨² que a Bruselas.
Los Balcanes llevan 20 a?os en paz, desde el final de la guerra de Kosovo en 1999. Es un logro importante, pero insuficiente para mantener la estabilidad en una regi¨®n de Europa con una tendencia hist¨®rica a la volatilidad y que, pese a su importancia estrat¨¦gica, se encuentra olvidada por Bruselas. Solo dos de las seis rep¨²blicas que constituyeron la antigua Yugoslavia ¡ªEslovenia y Croacia¡ª forman parte de la UE, mientras que el resto de los pa¨ªses que surgieron tras las guerras de los a?os noventa ¡ªSerbia, Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina¡ª est¨¢n m¨¢s lejos que hace una d¨¦cada de su posible integraci¨®n en la Uni¨®n.
Editoriales anteriores
Nuevo lenguaje para Europa (24/3/2019)
Justicia en Bosnia (23/03/2019)
El puzle se complica con el caso de Kosovo, que nunca fue una rep¨²blica yugoslava, sino una provincia serbia, que declar¨® su independencia de Belgrado en 2008, sin que todav¨ªa haya sido reconocido por Serbia ni por cinco pa¨ªses de la UE, entre ellos Espa?a. Albania tambi¨¦n forma parte del grupo de pa¨ªses balc¨¢nicos que llaman a la puerta de la UE. El mayor, y pr¨¢cticamente ¨²nico paso que se ha dado en ese tiempo en los Balcanes hacia la integraci¨®n, ha sido el cambio de nombre de Macedonia; que ha pasado de llamarse Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia a Macedonia del Norte, para satisfacer las exigencias de Grecia. Todos los dem¨¢s procesos est¨¢n pr¨¢cticamente congelados desde 2008.
La ausencia de la UE en los Balcanes no ha hecho sino aumentar la influencia econ¨®mica y pol¨ªtica de China y Rusia respectivamente, un hecho que preocupa de manera creciente a la diplomacia europea sin que por ahora haya encontrado un camino para hacer frente a este problema. Con el claro objetivo de retomar la iniciativa en la zona, Alemania y Francia han convocado esta semana una cumbre en Berl¨ªn para impulsar el di¨¢logo en los Balcanes, centrada sobre todo en Kosovo y Serbia. Belgrado se niega a reconocer la independencia de Pr¨ªstina, lo que bloquea las perspectivas de adhesi¨®n de ambos y aumenta su tensi¨®n con el peligro de que estalle un nuevo conflicto.
Serbia y Kosovo llevan a?os dialogando sin avances. Incluso se puso sobre la mesa un posible intercambio de territorios, un movimiento que provoc¨® el recelo de muchos pa¨ªses europeos que percibieron en esta maniobra un posible retorno al enconado nacionalismo de los noventa. En los Balcanes, las situaciones, cuando no se arreglan, se deterioran hasta tal punto que la tensi¨®n puede convertirse en un estallido de violencia. Lo mismo puede decirse de Bosnia, formada por dos entidades que conviven sin haber tejido lazos institucionales y con constantes amenazas de la Rep¨²blica Srpska de convocar un refer¨¦ndum para unirse a Serbia. Solo la perspectiva de unirse a la UE en un futuro diluir¨¢ estas tensiones.
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