La hornada de 2000 entra en la Universidad
Los estudiantes nacidos al albor de este siglo son digitales, globales, colaborativos y, sobre todo, pr¨¢cticos
Cristina, Roc¨ªo, David y Paula son madrile?os, nacieron en 2000, han viajado mucho y este curso 2018-2019 han entrado en la universidad. Entre ellos existen evidentes coincidencias en el terreno acad¨¦mico, como el uso intensivo que hacen de la tecnolog¨ªa para buscar informaci¨®n y relacionarse con sus compa?eros; lo bien que trabajan en grupo; su nivel de ingl¨¦s, entre aceptable y excelente. Y su predilecci¨®n por aprender haciendo. "Veo el primer curso demasiado te¨®rico; me gustar¨ªa que las clases fueran m¨¢s pr¨¢cticas y din¨¢micas", lo expresa Roc¨ªo Otero, de 18 a?os, doble grado en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid y en la Escuela de Econom¨ªa y Derecho (HWR, en sus siglas en alem¨¢n) de Berl¨ªn, y participante en un programa de emprendimiento de Deusto Business School y Citibank. "Si todas las clases fueran magistrales, me aburrir¨ªa much¨ªsimo", admite Cristina Garc¨ªa Bermejo, de 19 a?os, doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales en Comillas ICADE.
Los cuatro protagonistas de este reportaje son m¨¢s o menos activos en redes sociales. Facebook naci¨® en 2004, cuando ten¨ªan cuatro a?os; Twitter, en 2006; WhatsApp, en 2009; Instagram, en 2010. "Han echado los dientes usando una tableta y han llegado a la adolescencia negociando con sus padres el uso del m¨®vil, Internet o una consola", afirma Jos¨¦ Antonio L¨®pez-Ruiz, investigador de la C¨¢tedra Mart¨ªn Patino de la Cultura del Encuentro, en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, que propone llamarlos ciberj¨®venes. "No sabemos del todo c¨®mo se configura una mente juvenil con estas nuevas entradas, pero s¨ª que son m¨¢s multitarea", acota. ?Ventajas? Toma r¨¢pida de decisiones, aprendizaje de habilidades nuevas, agilidad mental... ?Contrapartidas? Les cuesta m¨¢s enfocarse en una sola cosa, concentrarse sin un gadget electr¨®nico de por medio. "Algunos compa?eros docentes utilizan la tableta o el m¨®vil para captar y conservar su atenci¨®n", comenta el experto, que recuerda que la capacidad de atenci¨®n puede ?entrenarse.
"Lo que define a esta generaci¨®n de nativos digitales en su relaci¨®n con su entorno a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas, es la inmediatez. A¨²n no hay datos que recojan de manera cuantitativa c¨®mo eso les afecta como alumnos, pero lo que est¨¢ claro es que est¨¢n cambiando la manera de abordar el proceso de ense?anza-aprendizaje, que ya no responde al paradigma tradicional, con la figura del profesor en el centro; el docente sigue teniendo la autoridad y el conocimiento, pero ya no es una relaci¨®n unidireccional", reflexiona la profesora de Sociolog¨ªa en la Universidad de Valladolid y experta en temas de juventud Almudena Moreno. La tecnolog¨ªa est¨¢ muy presente en la interacci¨®n con sus compa?eros, en la recolecci¨®n de materiales o en los trabajos en grupo. Chatbots, Google Drive, campus virtual, uso de las redes sociales para preguntar dudas (u ofrecer respuestas).
Salto generacional
Una de las "i" que explican la llamada generaci¨®n Z (que engloba a los nacidos entre 1994 y 2009) es la de irreverencia, seg¨²n aporta I?aki Ortega, director de Deusto Business School en Madrid y coautor del estudio Generaci¨®n Z. El ¨²ltimo salto generacional. Esa que azuza a preguntar, a criticar, a llevar la contraria, discrepar y cuestionar el principio de autoridad, el magister dixit. "Hoy es Internet dixit, y no es ni bueno ni malo, simplemente distinto", aclara. "Mis alumnos me corrigen muchas cosas porque no me puedo acordar de todo; Internet s¨ª lo hace", reconoce.
Moreno lamenta que la Academia suela ir por detr¨¢s de los cambios, ya que el aprovechamiento, el rendimiento, los resultados dependen en buena parte de la capacidad de adaptaci¨®n de las instituciones educativas. Mientras que L¨®pez-Ruiz considera a las nuevas hornadas "buena materia prima" universitaria: informados, m¨¢s o menos cr¨ªticos, tolerantes. Y defiende que "trabajar por competencias, en red, en equipo, es una necesidad absoluta del sistema educativo".
La generaci¨®n Z se escribe tambi¨¦n con "i" de impaciencia, resultado directo de la inmediatez. Y de innovaci¨®n, que se traduce en un mayor gusto por las nuevas carreras, los dobles grados o el emprendimiento. "Est¨¢n transformando para bien muchas cosas de la Universidad, como la incorporaci¨®n de las TIC al aula, los tiempos de respuesta a la correcci¨®n de los ex¨¢menes, la actualizaci¨®n de los materiales o nuevos servicios que est¨¢n ofreciendo los campus para responder a sus demandas: asesoramiento para emprendedores, incubadoras de startups...", enumera Ortega. Con 16 a?os, Roc¨ªo cre¨® junto a su hermana Barreltopia, su propia marca cosm¨¦tica, que se vende en Amazon y se promociona en Instagram. "He vivido la crisis, sobre todo porque mi padre es aut¨®nomo. Me ha servido para actuar, para tomar las riendas y hacer algo por m¨ª misma, para no depender de terceros", cuenta. Dice que el programa de Deusto Business School y Citibank al que asiste la est¨¢ ayudando en su emprendimiento.
En 2017-2018 (¨²ltimos datos disponibles del Ministerio de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades) accedieron a un grado 232.337 estudiantes de 18 a 21 a?os (129.488 mujeres y 102.849 hombres). ?Son menos maduros hoy que hace 20 a?os? "Parecen muy maduros porque tienen acceso a toda la informaci¨®n del mundo a trav¨¦s de Internet", responde Ortega, que s¨ª detecta cierto s¨ªndrome de Peter Pan y, en ocasiones, poca tolerancia a la frustraci¨®n. Seg¨²n L¨®pez-Ruiz, lo que ocurre es que maduran a un ritmo distinto. "El reloj biol¨®gico y el social, que marcan los tiempos de adolescencia, juventud y vida adulta, no coinciden; siguen ritmos diferentes. La situaci¨®n laboral y de la vivienda provoca que los j¨®venes espa?oles se emancipan, de media, 10 a?os despu¨¦s que en el resto de Europa", se?ala. Achacarles sin m¨¢s inmadurez, falta de concentraci¨®n o poca cultura del esfuerzo "son t¨®picos, etiquetas que ponemos los adultos para tratar de entenderlos", debido a que "existe un distanciamiento importante entre j¨®venes y adultos", seg¨²n Moreno.
Esfuerzos ineludibles
"El esfuerzo que se les exige en este mundo complejo quiz¨¢ sea mayor que con el antiguo paradigma; mi experiencia personal es que cuando los pones a trabajar seg¨²n los par¨¢metros en los que ellos viven, trabajan y se esfuerzan", enfatiza Moreno. "Buscar y cribar informaci¨®n fiable supone un esfuerzo, igual que abrirte al mundo, aprender un idioma o conocer gente de una cultura diferente", opina Roc¨ªo, cuyo doble grado incluye realizar parte de sus estudios en Alemania. "Irte a otro pa¨ªs, en muchos casos trabajando para mantenerte, requiere madurez; no sabr¨ªa decir si m¨¢s o menos que la de generaciones anteriores, creo que distinta", agrega.
El doble grado de Cristina implica tambi¨¦n una estancia en el extranjero. Tiene un nivel Advanced de ingl¨¦s y ha viajado con su familia por Europa, Am¨¦rica y ?frica desde que era ni?a. "Una caracter¨ªstica de estos j¨®venes es la propia conciencia que tienen del mundo en el que vivimos; es una conciencia planetaria", subraya L¨®pez-Ruiz. "Su campo es el mundo", insiste. "No han dejado de viajar, incluso en lo m¨¢s duro de la crisis", apostilla. Y eso los hace m¨¢s creativos, innovadores y abiertos. Su conocimiento del ingl¨¦s, en general, ha mejorado notablemente, aunque "el idioma puede abrir una brecha entre quienes lo dominan y quienes no", avisa Ortega.
Ahora, ya universitarios, se encuentran con m¨¢s posibilidades que nunca para proseguir estudios fuera de Espa?a. "La movilidad, b¨¢sica en un mundo globalizado, es uno de los elementos m¨¢s positivos que nos ha tra¨ªdo Bolonia", afirma Moreno. M¨¢s all¨¢ de los estudios, David Godoy Ruiz, de 18 a?os, alumno de primero del grado en Desarrollo de Videojuegos en la Complutense, se ha planteado trabajar en alg¨²n "sitio muy grande" en materia de videojuegos, Estados Unidos, alg¨²n destino europeo. En realidad, en este reportaje nadie descarta ning¨²n escenario geogr¨¢fico para desarrollarse profesionalmente.
David cursa una adaptaci¨®n del grado en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica. Lo eligi¨® "despu¨¦s de darle muchas vueltas" y concluir que, primero, se basa en inform¨¢tica y matem¨¢ticas, sus materias preferidas; segundo, va de videojuegos, a los que ha jugado desde que tiene memoria, y, tercero, una parte importante de la carga lectiva es la realizaci¨®n cada a?o de un videojuego por equipos. "Es una formaci¨®n muy pr¨¢ctica que me permitir¨¢ salir con una cartera interesante de trabajos", resalta. Aunque tampoco le parecen mal las clases tradicionales, "mientras consigan el objetivo de ense?ar". David considera que trabaja bien en equipo: "Nos repartimos las tareas y estamos pendientes de ayudarnos unos a otros; cada uno sabe m¨¢s de una cosa que el resto", con lo que se complementan. "Hay cosas a las que o no llegas solo, o te cuestan mucho m¨¢s; y ya no es solo una cuesti¨®n de conocimientos, sino de contar con alguien que revisa y se da cuenta de fallos que t¨² no has sido capaz de ver", expone.
"Doy clases a chicos de 18 a?os y programas executive a profesionales de m¨¢s de 35: los mayores son m¨¢s dados a quejas del tipo: 'Este no responde' o 'El otro no trabaja'; los m¨¢s j¨®venes, eso no me lo dicen. Se sienten bien en entornos colaborativos", incide el experto de Deusto. "Son colaborativos, sin dejar de ser competitivos", apostilla L¨®pez-Ruiz. Y, probablemente como consecuencia de esa inmediatez que los define, no les da tanto v¨¦rtigo cambiar su rumbo formativo. "Alguien me dijo una vez que dejar una carrera que no te gusta es una victoria; puedes perder un a?o e irte a algo que s¨ª te gusta o perder cuatro en algo que no", plantea David, que transmite ideas claras y flexibilidad a partes iguales.
"Creo que la crisis les ha hecho reflexionar respecto a su formaci¨®n y al valor de la educaci¨®n, que no solo los capacita para el trabajo, algo muy importante para ellos, sino que les permite entender esta realidad llena de contradicciones en la que viven", apunta Moreno. "Soy muy consciente de que habr¨¦ de estar form¨¢ndome y recicl¨¢ndome durante toda mi vida, m¨¢s en un ¨¢rea de conocimiento como el que he elegido [Derecho y Relaciones Internacionales]", dice Cristina. "Vivo en un mundo en crisis que cambia muy r¨¢pido", concluye.
Cuanto menos haga falta ir a clase, mejor
"Mi elecci¨®n de universidad vino condicionada por las notas de corte, la distancia y la econom¨ªa", enumera Paula P¨¦rez Cos¨ªn, de 18 a?os, residente en Villanueva de la Ca?ada (a unos 40 kil¨®metros de Madrid) y estudiante de 1? de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas en el centro asociado de Las Rozas de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED). Paula no sab¨ªa lo que era la UNED hasta que su padre y su t¨ªa se lo explicaron. Ella no tiene ning¨²n problema en manejarse acad¨¦micamente en un entorno digital; todo lo contrario.
Campus virtual, foros, chats de clase. Pero una de las cosas que le gustan de su carrera es que puede elegir qu¨¦ asignaturas cursar presencialmente y cu¨¢les online. Informarse en la plataforma virtual o consultar con su tutor cara a cara. Por ahora, la experiencia le est¨¢ resultando positiva. "Es una generaci¨®n acostumbrada a un entorno tecnol¨®gico; la semipresencialidad no les da miedo, a lo que se suma que hemos avanzado metodol¨®gicamente para acompa?arlos", remacha Alberto Mingo ?lvarez, vicerrector de estudiantes y emprendimiento de la UNED.
"Son alumnos que quieren estudiar a tiempo completo y est¨¢n buscando trabajo", los describe Mingo ?lvarez. "Son abiertos, aceptan muy bien el trabajo colaborativo y en red, y se relacionan bien con sus compa?eros tanto presencial como virtualmente", prosigue. Aunque dejando claro que la horquilla de edad de los 18 a los 21 a?os sigue siendo poco representativa, s¨ª es cierto que la UNED est¨¢ viviendo un cierto rejuvenecimiento de su alumnado, puesto que cada vez son m¨¢s los j¨®venes que la eligen, atra¨ªdos por su modelo semipresencial y por la flexibilidad que ello les otorga. Paula, por ejemplo, tiene hablado con su padre que quiz¨¢ se marche un a?o cuando est¨¦ en 3?, probablemente a Alemania, a aprender el idioma mientras se busca la vida. Podr¨ªa proseguir sus estudios en la UNED, ya que uno de sus 12 centros asociados en el exterior se encuentra en Berl¨ªn.
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