Bruce Weber, la leyenda acusada de abusos, responde: ¡°?Qu¨¦ har¨ªas si te pasara a ti?¡±
Es uno de los fot¨®grafos m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Chet Baker o Madonna han posado ante su objetivo. Hoy sobre ¨¦l penden acusaciones de conducta sexual indebida. Nos reunimos con ¨¦l para que nos d¨¦ su versi¨®n
Si una vez terminada una entrevista, tu interlocutor quiere que vuelvas a sentarte y enciendas de nuevo la grabadora, hay que ponerse serio: algo importante le ronda y no quiere marcharse sin contarlo. Sobre todo si estamos hablando de un tema tab¨². Bruce Weber (Greensburg, Pensilvania, 1946) es uno de los fot¨®grafos m¨¢s reconocibles del ¨²ltimo siglo, y uno de los m¨¢s brillantes. Ha construido, desde finales de los a?os setenta, un mundo ideal de juventud, aire libre y perfecci¨®n f¨ªsica. Pocos logran hacer parecer tan felices y confiados a los sujetos que retrata, y a¨²n menos consiguen convertir la imagen de moda, e incluso la fotograf¨ªa comercial, en un asunto de autor.
"Quiero que se sepa la verdad. Ir¨¦ a juicio. Estoy trabajando con mis abogados y a¨²n no puedo decir mucho, pero al final todo esto lo veo una consecuencia de tantas preguntas durante estos a?os sobre la presencia de la masculinidad en mis trabajos" Bruce Weber
Y todo, con el cuerpo del hombre en primer plano, donde antes estuvo el de la mujer. Weber ha hecho del f¨ªsico masculino un objeto de deseo, y del objeto de deseo un punto de partida: en sus fotos campan amigos, familias, parejas, ni?os y mascotas. Incluso su propia caligraf¨ªa. ¡°Tengo una imaginaci¨®n muy exc¨¦ntrica y mucha fantas¨ªa en mi vida, y eso es lo que intento reflejar en mi trabajo¡±, afirma.
Bruce Weber ha editado m¨¢s de una docena de libros, ha expuesto en todo el planeta y ha dirigido pel¨ªculas, documentales y algunos videoclips. Pero tambi¨¦n se acerca al final de su carrera con un estigma: hasta 15 modelos lo acusaron de tocamientos y abuso de poder en una exclusiva que public¨® el diario The New York Times en enero de 2018. A finales de ese mismo a?o, cinco de ellos presentaron cargos contra el fot¨®grafo. Pero el creador de campa?as memorables para Versace, Calvin Klein, Ralph Lauren o Abercrombie & Fitch no ha seguido la misma hoja de ruta que otros profesionales envueltos en este tipo de esc¨¢ndalos, como Terry Richardson o Mario Testino, que pr¨¢cticamente han desaparecido de la faz de la tierra desde que recibieran las primeras acusaciones.
Weber, aunque tambi¨¦n ha visto c¨®mo el tel¨¦fono ha dejado de sonar con la frecuencia de anta?o, es el ¨²nico que ha intentado seguir con su vida profesional. ICON se encontr¨® con ¨¦l en Tui, Pontevedra. Invitado por Play Doc, el festival de cine documental, estren¨® su ¨²ltimo trabajo, Nice girls don¡¯t stay for breakfast ("Las chicas buenas no se quedan a desayunar"), dedicado al actor Robert Mitchum.
"Es estupendo fotografiar a un actor o una actriz cuando est¨¢ empezando su carrera o cuando tiene 80 a?os. Son los dos ¨²nicos instantes que quieren contarte cosas de ellos, con hambre de ense?ar lo que llevan dentro. Todo el tiempo intermedio entre estos dos momentos es m¨¢s complicado" Bruce Weber
¡°Me cri¨¦ en Pensilvania. Yo pensaba que los personajes que interpretaba Mitchum eran una recreaci¨®n de c¨®mo ten¨ªan que ser los hombres en la vida real. Pensaba que eso era lo que ten¨ªa que ser, pero no. En mi caso, se trataba m¨¢s bien de un ni?o delgado que estaba m¨¢s interesado en Elizabeth Taylor que en el f¨²tbol o el baloncesto, como el resto de mis compa?eros de colegio. De mayor he sido consciente del ni?o tan fr¨¢gil que fui¡±, recuerda Weber durante una charla en una bodega del pueblo gallego.
Aunque el trabajo sobre Mitchum cuenta con algunas escenas que hoy muchos calificar¨ªan de pol¨ªticamente incorrectas, Weber tiene claro que sus trabajos audiovisuales no tienen nada que ver con otras biograf¨ªas filmadas, como las que recuerdan a Amy Winehouse, Whitney Houston o Michael Jackson. ¡°No conoc¨ªa muy bien a Whitney, pero me entristece pensar c¨®mo debe sentirse su familia tras ver esa pel¨ªcula. Creo que hay que hacer un trabajo que sea fiel a la realidad, pero pensando tambi¨¦n en la familia del protagonista, que lo va a ver. Cuando rod¨¦ Let¡¯s get lost ["Perd¨¢monos"] sobre la vida del trompetista Chet Baker, sab¨ªa que a sus familiares no les iba a gustar porque es un trabajo demasiado honesto, y ellos no eran capaces de aceptar que se drogaba y era alcoh¨®lico. As¨ª que cuando estaba montando el documental de Mitchum, me di cuenta de que su familia no sab¨ªa que ¨¦l beb¨ªa tanto. Tuve la opci¨®n de meterlo o no en la pel¨ªcula, y decid¨ª no hacerlo. ?l siempre dese¨® escapar de su familia, y quise darle ese respiro como homenaje¡±, explica.
El caj¨®n de las an¨¦cdotas de alguien como Bruce Weber es un pozo sin fondo. Habla sobre Michael Jackson (¡°le fotografi¨¦ varias veces, siempre me cay¨® bien y lo respetaba, a pesar de ser una persona muy solitaria y sin apenas amigos. Recuerdo un trabajo que hicimos en Nueva York. Alquil¨® una planta entera del hotel donde est¨¢bamos para dar vueltas por los pasillos en bicicleta¡±); recuerda sus reuniones con Madonna (¡°muchas veces las estrellas se pierden emocionalmente con la fama, por eso creo que su mejor pel¨ªcula siempre ser¨¢ En la cama con Madonna, que rod¨® en los noventa dentro de su gira Blond ambition tour¡±); su colaboraci¨®n con Bon Jovi para Versace (¡°les segu¨ª durante parte de una de sus giras por medio mundo, y llegu¨¦ a sentirme uno m¨¢s del grupo hasta el punto de que cuando cay¨® el tel¨®n en Buenos Aires ante 60.000 personas yo estaba ah¨ª, c¨¢mara en mano. La espalda de Jon y el p¨²blico de fondo fue una de las im¨¢genes de la campa?a¡±), o trabajos imposibles como el que le llev¨® en busca de Maradona en sus buenos tiempos: ¡°Siempre cancelaba la sesi¨®n media hora antes. Lo pasamos en grande porque fuimos al estadio a verle y recorrimos la ciudad varias veces, pero las fotos nunca se hicieron. Hubo un momento en que lleg¨® a estar en una habitaci¨®n pegada al set prob¨¢ndose la ropa. Pero al final, nada: se fue antes de empezar. Y se llev¨® la ropa¡±.
"Cuando fotografi¨¦ a Pedro [Almod¨®var]? jam¨¢s pens¨¦ en usar el blanco y negro, ese no es ¨¦l. Almod¨®var es color, es carisma. Siempre que nos encontramos es amable y generoso, y es muy curioso c¨®mo terminamos hablando de cine y siempre hay pel¨ªculas que uno recomienda al otro que no ha visto y viceversa"
Cuenta que hace poco se encontr¨® con Leonardo DiCaprio, al que retrat¨® cuando estaba empezando. El actor le pregunt¨® por qu¨¦ llevaba 25 a?os sin hacerle una foto. ¡°Le contest¨¦ al instante que su problema es que ahora quiere tener el pelo totalmente perfecto, y que se niega a quitarse sus trajes de Armani. Admiti¨® que yo llevaba raz¨®n. Los personajes famosos te vienen con sus propias historias, y a la mayor¨ªa ya les conozco. Es estupendo fotografiar a un actor o una actriz cuando est¨¢ empezando su carrera o cuando tiene 80 a?os. Son los dos ¨²nicos instantes que quieren contarte cosas de ellos, con hambre de ense?ar lo que llevan dentro. Todo el tiempo intermedio entre estos dos momentos es m¨¢s complicado¡±.
Parece entusiasmado con la idea de que Gorka Postigo sea el autor de las fotos de esta entrevista. Hemos salido al exterior de la bodega y Weber se divierte mientras Postigo le pide que se suba a una colina o se tire a un c¨¦sped bastante mojado. ¡°?As¨ª es c¨®mo un fot¨®grafo se libra de otro?¡±, le pregunta, ir¨®nico. Al final, se intercambian los papeles y es Weber quien termina haciendo una sesi¨®n a nuestro fot¨®grafo. ¡°Si conozco a alguien que me inspira una historia, all¨ª comienza todo. Recientemente fotografi¨¦ a un jugador de rugby brit¨¢nico que conoc¨ª al azar. En un principio ten¨ªamos a otra persona contratada para las fotos, pero no pudo venir y decidimos hacerlas con este hombre. Era muy bueno, med¨ªa 1,95 metros y ten¨ªa una nariz enorme. Carism¨¢tico, amable¡ Quiero hacer otra cosa con ¨¦l, he llegado incluso a pensar en rodar una pel¨ªcula. As¨ª es como se empieza a escribir. Alg¨²n d¨ªa har¨¦ ficci¨®n, pero tiene que ser una historia que me permita ser flexible, donde exista la posibilidad de poder cambiar el guion cada dos d¨ªas¡±, explica.
Weber recuerda a Postigo de una visita a Madrid, hace a?os, para una presentaci¨®n de su trabajo y una sesi¨®n de fotos que se llev¨® a cabo durante una cena de cumplea?os de Pedro Almod¨®var, sabe de la relaci¨®n tan ¨ªntima que le un¨ªa a Bimba Bos¨¦ y se interesa por c¨®mo est¨¢n sus hijas. ¡°Cuando fotografi¨¦ a Pedro jam¨¢s pens¨¦ en usar el blanco y negro, ese no es ¨¦l. Almod¨®var es color, es carisma. Siempre que nos encontramos es amable y generoso, y es muy curioso c¨®mo terminamos hablando de cine y siempre hay pel¨ªculas que uno recomienda al otro que no ha visto y viceversa¡±.
El manchego ha confesado recientemente que ha prohibido a editores, familiares y amigos que escriban una biograf¨ªa suya, al menos autorizada. Y aunque Weber, por su parte, lleva trabajando algunos a?os en un nuevo libro, tiene claro que si tuviera que escribir sobre su propia vida ¡°las mejores historias no se podr¨ªan imprimir¡±. ¡°Creo que estoy m¨¢s contento ense?ando fotos de mis perros, hablan m¨¢s de mi vida que cualquier otra cosa¡±, responde, sabiendo que todav¨ªa no hemos profundizado en el tema de las acusaciones.
¡°Lo estamos luchando. Quiero que se sepa la verdad. Ir¨¦ a juicio. Estoy trabajando con mis abogados y a¨²n no puedo decir mucho, pero al final todo esto lo veo una consecuencia de tantas preguntas durante estos a?os sobre la presencia de la masculinidad en mis trabajos. Pero tengo tanto en esta vida, y me importa tanto, que me hace querer luchar. Si he sido capaz de seguir con mi vida normal es porque tengo mucha gente que me quiere y que me apoya¡±, asegura.
Parece claro que, aunque no se pronuncie abiertamente, ni se esconde ni esquiva el tema. Y el motivo por el que le ocurre esto es lo que parece tener m¨¢s claro. ¡°Hay una epidemia de personas que, arropadas por el momento que vivimos, se inventan historias. Si yo cuento que estamos aqu¨ª y me est¨¢s amenazando con una escopeta para que hable, puedo dedicarme a escribir un libro, hacer entrevistas e ir a la tele cont¨¢ndolo, cuando no es verdad¡±. Como deja caer que quiz¨¢ hayamos llegado demasiado lejos con este tema, le digo que hemos terminado. Pero, ya de pie, es cuando me pide que me vuelva a sentar y encienda de nuevo la grabadora. Hay algo que quiere saber. Y pregunta:
¡ª?Qu¨¦ har¨ªas si esto te pasara a ti?
?¡ªImagino que seguir viviendo. Y si fuese inocente, quiz¨¢ necesitara preguntarle a esos chicos el porqu¨¦.
¡ª?Y si le dicen que es por dinero?
¡ªQuerr¨ªa saber cu¨¢nto vale su verdad.
¡ªNo me interesa, porque yo ya s¨¦ la verdad.
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