Luisa Sobral y la rosa invisible
ROSA, BENJAM?N, Nadia, t¨². La nada en un lugar cualquiera. D¨ªas y d¨ªas, noches y noches, en un viaje sinf¨ªn. La paciencia, la independencia, la amistad, la constancia, la libertad. Unos ojos que se cierran para dejar caer el sol sobre la piel, un beso sobre la mejilla. Caminar.
Navegar. El viento dando alas a las velas de un sue?o. Los barcos que regresan a casa, el canto de cada lugar, los marineros valientes que cruzan el mar con una despedida escondida entre las redes. La imaginaci¨®n, un suspiro, el instante, las arrugas de la felicidad.
Los rincones de Portugal. Los colores de Europa. Los pueblos de calles empedradas. Los balcones con flores. La sabidur¨ªa de la naturaleza. El silencio del universo. El vuelo de la mariposa. El final de una pel¨ªcula hermosa. Los hermanos. La soledad compartida.
El consejo de una madre, las an¨¦cdotas del abuelo. El agujero de los objetos y las oportunidades perdidas. Las metas alcanzadas. Los recuerdos dormidos, los conflictos resueltos, la paz. El encanto de un susurro, los cantos compartidos, un brindis de celebraci¨®n, una caricia espont¨¢nea. El esperanto, la creatividad.
La conversaci¨®n con un desconocido que se convierte en amigo. La amiga que te acompa?a hasta que pase la tormenta. El baile que despierta cuando nadie te ve. Tu mejor ¡°yo¡± al otro lado del espejo, el recuerdo m¨¢s veces compartido.
La tierra mojada. La risa en cadena incontrolable, el deseo ingobernable, el atractivo indescriptible, el talento innato. Un mapa, un mensaje en una botella, un taconeo enfurecido, un lienzo en blanco, un teatro abarrotado, el ensayo en un auditorio vac¨ªo.
Canta con tanta naturalidad que parece que naci¨® cantando. Con tanta familiaridad que hace su historia la nuestra
Dos enamorados congelados eternamente dentro de una bola con nieve. Una ni?a imaginado su destino, un anciano sin miedo al final. El lado bueno de la cama, una siesta. Un viaje en coche con las ventanas abiertas, la vida desde un tren. El atardecer en un rinc¨®n secreto. El nacimiento de un hijo. Una carta llena de palabras encadenadas. La poes¨ªa. El primer d¨ªa de algo nuevo. Un aterrizaje donde salimos ilesos. Una fiesta clandestina en Par¨ªs.
La trompeta que invade con sus notas una canci¨®n. Las guitarras cuando se enredan divertidas en la melod¨ªa. Las teclas de un piano cuando desnudan una voz. El verdadero amor que no existe. La complicidad, la confianza.
La nana que apaga el llanto. Una clase de m¨²sica, una partitura. Una noche irrepetible. Un desayuno. Una cena para dos. Un apag¨®n, un desnudo, un cuento, una conversaci¨®n sin reloj.?
Todo esto y m¨¢s es Luisa Sobral, su nuevo disco Rosa y el tema Envergonhado que interpreta aqu¨ª para Malditos Domingos y que ha grabado en las oficinas de Mindway Madrid. Quiero quedarme a vivir en su boca, a dormir en el calor que irradia, en la lengua que habla, en la rosa invisible que esconde.
Canta con tanta naturalidad que parece que naci¨® cantando. Con tanta familiaridad que hace su historia la nuestra. Nos invita a cabalgar sobre ella, pisarla con los pies descalzos, llevarla en la mochila. Es tan intenso el brillo que desprende, dentro y fuera del escenario, que uno se pregunta si la compositora portuguesa es de este mundo. Encanta.
La vida no solo pone obst¨¢culos en el camino, tambi¨¦n discos para llegar al final del laberinto. Canciones que te elevan cuando el mundo grita. Alas y garras invisibles, baldosas amarillas, fuego contenido, voluntad indomable. Agradecimiento infinito. Luisa Sobral ha llegado a nuestras vidas para quedarse.
Luisa Sobral act¨²a el 20 de julio en La Mar de M¨²sicas de Cartagena
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