C¨®mo llegar a la meta en planificaci¨®n familiar
El menor crecimiento de la poblaci¨®n, logrado a trav¨¦s de una planificaci¨®n familiar efectiva, se traduce en un mayor PIB per c¨¢pita, que conduce a mayores ingresos, ahorros e inversiones
Indonesia, hogar de 264 millones de personas, es el cuarto pa¨ªs m¨¢s habitado del mundo. Su capital, Yakarta, es la segunda ¨¢rea urbana m¨¢s poblada de la Tierra. Por el bien de su salud econ¨®mica y social a largo plazo, detener el aumento demogr¨¢fico debe ser prioritario. Como reconoci¨® en 2016 el presidente indonesio Joko Widodo (apodado Jokowi): ¡°La planificaci¨®n familiar es clave para el ¨¦xito de las generaciones futuras¡±.
Y no solo en Indonesia. Una reducci¨®n del crecimiento de la poblaci¨®n se traslada a un PIB per c¨¢pita m¨¢s alto, que a su vez lleva a una mejora de los ingresos, del ahorro y de la inversi¨®n. Por el contrario, una elevada demograf¨ªa puede reforzar un ciclo intergeneracional de pobreza en el que los j¨®venes de familias numerosas carezcan de acceso a las habilidades, herramientas y oportunidades que necesitan para mejorar su futuro.
Para encarar este problema, en 1970 Indonesia cre¨® una Junta Nacional de Poblaci¨®n y Planificaci¨®n Familiar (BKKBN por sus siglas en bahasa indonesio), con dos metas concretas: establecer la ¡°familia peque?a y pr¨®spera¡± como norma en el pa¨ªs y reducir la fertilidad mediante la promoci¨®n de los anticonceptivos.
Los primeros resultados de estas iniciativas de la BKKBN fueron impresionantes. En 2000, tras 30 a?os de acci¨®n decidida, la tasa total de fertilidad se redujo un 54% (de 5,6 nacimientos por mujer a 2,6): el programa ha sido uno de los m¨¢s efectivos de la historia. Pero el avance se fren¨® antes de alcanzar el objetivo de la tasa de fertilidad de reemplazo (2,1) en el per¨ªodo 2010?2015. Seg¨²n Naciones Unidas, la tasa de fertilidad total en Indonesia en 2015 fue 2,45.
Los defensores de la planificaci¨®n familiar deben adoptar una estrategia atenta a las sensibilidades culturales y religiosas
Ahora la BKKBN busca conseguir esa tasa de reemplazo en 2025. Es un objetivo factible, y permitir¨ªa a Indonesia alcanzar en el plazo previsto su segunda meta cuantitativa clave (estabilizar el crecimiento poblacional en 2050). Pero para eso hay que identificar los principales obst¨¢culos y dise?ar una estrategia para superarlos, usando los avances pasados como gu¨ªa.
Uno de esos obst¨¢culos surge de los gobiernos regionales, muchos de los cuales todav¨ªa no consideran prioritaria la planificaci¨®n familiar. Los intentos del Gobierno central de reducir la fertilidad al nivel de reemplazo no tendr¨¢n mucho efecto sin la participaci¨®n decidida de las 511 regiones aut¨®nomas de Indonesia.
Ya hay en marcha iniciativas para concienciar sobre la enorme importancia de la planificaci¨®n familiar y asignarle m¨¢s prioridad en las agendas de las autoridades subnacionales, pero eso es s¨®lo el primer paso. Tambi¨¦n se necesita una colaboraci¨®n m¨¢s efectiva de los gobiernos de todos los niveles con las comunidades locales. De hecho, una de las principales razones del ¨¦xito de las iniciativas indonesias en este sentido del pasado fue un amplio trabajo de extensi¨®n y participaci¨®n comunitaria en el ¨¢mbito de las aldeas.
En su cl¨ªmax, el programa rural de planificaci¨®n familiar de Indonesia lleg¨® a tener cerca de 40 000 trabajadores de campo y m¨¢s de 100 000 voluntarios al servicio de las comunidades m¨¢s remotas, que visitaban los hogares para hablar de m¨¦todos de prevenci¨®n, dar asesoramiento y derivar casos a centros de salud comunitarios.
Widodo intent¨® revitalizar esta iniciativa de extensi¨®n comunitaria con el programa Kampung KB, que busca mejorar el bienestar y la calidad de vida en las aldeas ampliando el acceso a anticonceptivos de larga duraci¨®n y proveyendo servicios gratuitos y programas de educaci¨®n entre pares. Esta iniciativa ofrece en forma gratuita dispositivos intrauterinos (DIU), preservativos e implantes a todas las parejas que los necesiten.
Pero estas iniciativas se enfrentan otro gran obst¨¢culo: la estigmatizaci¨®n de las mujeres (especialmente las solteras) que buscan servicios de control de natalidad. Para superarlo, los programas de planificaci¨®n familiar del pasado prestaron mucha atenci¨®n a que sus iniciativas fueran compatibles con las normas culturales, religiosas y sociales; gracias a esta sensibilidad, los l¨ªderes religiosos no s¨®lo aceptaron la necesidad de mejorarla, sino que de hecho la incluyeron en su pr¨¦dica y comenzaron a informar sobre ella a sus congregaciones. Adem¨¢s, las escuelas incluyeron temas poblacionales en sus programas de estudio. El eslogan ¡°dua anak cukup¡± (dos hijos son suficientes) se volvi¨® omnipresente.
Hoy hay que hacer lo mismo. Los defensores de la planificaci¨®n familiar deben adoptar una estrategia atenta a las sensibilidades culturales y religiosas, que convenza a los l¨ªderes comunitarios para que abracen la causa y, en particular, apoyen el acceso de personas solteras a m¨¦todos de control de natalidad. Los servicios sanitarios y los programas comunitarios y escolares deben proveer informaci¨®n pertinente, educaci¨®n sexual y asesoramiento.
El dise?o de una estrategia tan integral demandar¨¢, entre otras cosas, hacerse una idea clara de las necesidades y percepciones de la poblaci¨®n. Hace poco la BKKBN anunci¨® que realizar¨¢ estudios sobre este y otro tema clave: la salud reproductiva de los adolescentes.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, el avance en la reducci¨®n de la tasa de fertilidad adolescente en Indonesia se estanc¨® (igual que en lo referido a la fertilidad general). Para cambiarlo se necesita m¨¢s colaboraci¨®n entre los programas para la juventud y las organizaciones que defienden los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes.
Pero ninguna pol¨ªtica funcionar¨¢ si los varones no se involucran m¨¢s. Seg¨²n Nofrijal, secretario principal de la BKKBN, la organizaci¨®n quiere comprender mejor ¡°qu¨¦ tipos de anticonceptivos necesita y prefiere la poblaci¨®n masculina y femenina¡±.
En el pasado, las pol¨ªticas oficiales reforzaron la idea de que la planificaci¨®n familiar es responsabilidad exclusiva de las mujeres. En alg¨²n momento hubo cierto inter¨¦s en los m¨¦todos anticonceptivos masculinos, pero unos pocos l¨ªderes comunitarios conservadores se alarmaron, prolifer¨® la desinformaci¨®n y se gener¨® un amplio rechazo a la idea. Sin embargo, para reducir la estigmatizaci¨®n y distribuir la responsabilidad en forma equitativa, se necesita un compromiso m¨¢s pleno de los varones.
Una planificaci¨®n familiar eficaz es esencial para un futuro sano, estable y pr¨®spero. Indonesia hizo notables avances hacia el logro de la tasa de fertilidad de reemplazo. Pero para alcanzar la meta, hay que incluir a todos en la iniciativa, sin distinci¨®n de sexo, estado marital o edad.
Jenna Dodson es investigadora asociada en el Departamento de Ciencias Biol¨®gicas y Ambientales de la Universidad de Gotemburgo en Suecia.
Traducci¨®n: Esteban Flamini Copyright: Project Syndicate, 2019.?
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