Ocasi¨®n europea

Las elecciones europeas que tendr¨¢n lugar el domingo no s¨®lo determinar¨¢n la gesti¨®n de la Uni¨®n para los pr¨®ximos cinco a?os, sino que pueden marcar de manera decisiva su futuro institucional, pol¨ªtico y econ¨®mico. En esta ocasi¨®n no se trata de la recurrente ret¨®rica que suele acompa?ar una convocatoria a las urnas cuyo alcance no ha resultado siempre comprensible para los ciudadanos, sino de una realidad contrastable en el juego de mayor¨ªas y minor¨ªas en el interior del Parlamento de Estrasburgo. Si las fuerzas que proponen la renacionalizaci¨®n de la Uni¨®n alcanzaran un tercio de los 751 esca?os en juego, dispondr¨ªan entonces de una capacidad de bloqueo tanto sobre la gesti¨®n pol¨ªtica de las instituciones comunes como tambi¨¦n sobre las iniciativas necesarias para relanzar el proyecto europeo.

Las divergencias entre Francia y Alemania han aflorado sin subterfugios en una de las coyunturas m¨¢s complejas para la Uni¨®n, con las incertidumbres del impacto del Brexit planeando sobre el futuro de Europa y la acuciante necesidad de reforzar las pol¨ªticas comunes ya desarrolladas, as¨ª como de ampliarlas hacia otras ¨¢reas imprescindibles para enfrentar la nueva realidad internacional. La continuidad del euro exige completar la arquitectura fiscal y presupuestaria com¨²n, de manera que la Uni¨®n pueda reaccionar ante las turbulencias econ¨®micas futuras limitando los severos costes sociales y pol¨ªticos que exigieron las soluciones adoptadas durante la crisis de la deuda, y tambi¨¦n desterrando el car¨¢cter ag¨®nico que revistieron.

Por otra parte, las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, que Rusia no pierde ocasi¨®n de reinterpretar en clave estrat¨¦gica ni de proyectar sobre escenarios sensibles, como el iran¨ª, el sirio o el venezolano, obligan a reforzar las posiciones comunes a fin de que Europa no se limite a padecer los da?os colaterales, ni econ¨®micos ni diplom¨¢ticos. Y todo ello sin perder de vista que la pol¨ªtica del presidente norteamericano, Donald Trump, introduce un factor de prepotencia y de imprevisibilidad en las iniciativas y en las reacciones que puede conducir a un s¨²bito deterioro de los equilibrios internacionales perseverantemente establecidos desde la Guerra Fr¨ªa hasta la actualidad.Tambi¨¦n frente a esta eventualidad Europa necesita ampliar su capacidad de respuesta aut¨®noma.

Espa?a tendr¨¢ ocasi¨®n de contribuir a colmar el vac¨ªo abierto entre las dos grandes potencias continentales y relanzar la construcci¨®n europea si, como parecen indicar los sondeos, el pr¨®ximo domingo se imponen los partidos inequ¨ªvocamente favorables a la Uni¨®n y si adem¨¢s se cumple el pron¨®stico de que el n¨²mero de eurodiputados socialistas sea la mayor aportaci¨®n nacional a ese grupo en el Europarlamento. El reparto de responsabilidades institucionales en la Uni¨®n no es el ¨²nico ni principal horizonte que ofrecer¨ªa esta situaci¨®n; en la recurrente alternativa entre la intergubernamentalidad y la integraci¨®n para seguir avanzando en el proyecto europeo, de nuevo planteada con fuerza, Espa?a tiene ocasi¨®n de favorecer las coaliciones que, en defecto del acuerdo entre Par¨ªs y Berl¨ªn, inclinen la balanza en favor de m¨¢s Europa. Es decir, de una Europa m¨¢s social y m¨¢s solidaria hacia el interior, y m¨¢s aut¨®noma y m¨¢s respetada hacia el exterior.