El contagio ultranacionalista
Las fuerzas hasta ahora mayoritarias en Europa han de preguntarse hasta qu¨¦ punto han contribuido al crecimiento del euroescepticismo
Matteo Salvini, el l¨ªder de la ultraderecha italiana, no deja de repetir que el domingo marcar¨¢ ¡°el inicio de una nueva historia para Europa¡±. Bajo la consigna de que son la alternativa a la tiran¨ªa de una burocracia est¨¦ril y endog¨¢mica, la extrema derecha quiere introducir su caballo de Troya en el Parlamento para asaltar desde dentro el proyecto europeo. Conservadores y socialdem¨®cratas perder¨¢n probablemente la mayor¨ªa absoluta, y la cuesti¨®n es si la extrema derecha podr¨¢ articular un grupo con unidad de acci¨®n y capacidad de veto.
?C¨®mo se ha llegado hasta aqu¨ª? La ultraderecha ha avanzado de forma imparable en todo el continente, como muestra el libro coral Epidemia ultra, que analiza pa¨ªs por pa¨ªs el avance de las fuerzas xen¨®fobas y ultranacionalistas. Con una ret¨®rica antisistema, estos partidos han explotado el malestar que provoca el empobrecimiento de amplios sectores de la poblaci¨®n tras la crisis de 2008, la sensaci¨®n de incertidumbre que provoca la globalizaci¨®n y el miedo a perder la identidad ante los grandes desplazamientos de poblaci¨®n que se avecinan, ya sea por guerras, por hambre o como consecuencia del cambio clim¨¢tico.
La implantaci¨®n que han logrado en las ¨²ltimas elecciones en diferentes pa¨ªses indica que no son algo pasajero y testimonial: Polonia, 37,6%; Austria, 26%; Dinamarca, 21,1%; Hungr¨ªa, 19%; Italia, 17,4%; Eslovenia, 25,1%; Francia, 21,3%. El contagio es grande y la pregunta que deber¨ªan hacerse las fuerzas hasta ahora mayoritarias es hasta qu¨¦ punto han contribuido, con su ambig¨¹edad o su falta de coraje, a sembrar el terreno en el que crece el euroescepticismo.
Quienes primero erosionaron el proyecto europeo fueron los gobernantes que decidieron reforzar el peso de las naciones en detrimento de los mecanismos comunitarios de toma de decisiones. Quienes permitieron que unos cuantos pa¨ªses ignoraran por la v¨ªa de los hechos consumados las reglas comunitarias en materia de asilo. Quienes admitieron que los pa¨ªses acreedores antepusieran sus intereses nacionales a los de los deudores en el abordaje de la crisis. Porque esas decisiones tuvieron consecuencias. Han de preguntarse qu¨¦ hicieron mal para que tanta gente vote ahora contra Europa. De la respuesta depende que podamos seguir adelante porque el coche en el que viaja Europa no tiene punto muerto. O avanza o retrocede.
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