Alberto II de B¨¦lgica acepta someterse a la prueba de paternidad que le pide su supuesta hija
El monarca em¨¦rito ha decidido acatar el mandato judicial siempre que el resultado se mantenga en secreto, hasta que exista una decisi¨®n definitiva de la Justicia
El rey Alberto II de B¨¦lgica ha aceptado someterse a la prueba de ADN que le reclama su supuesta hija ileg¨ªtima Delphine Bo?l para demostrar su paternidad, seg¨²n ha informado este martes su abogado, Guy Hiernaux. "Despu¨¦s de haber tenido conocimiento de la sentencia de la Corte de Apelaci¨®n de Bruselas del pasado 16 de mayo, en respeto a la instituci¨®n judicial, el rey Alberto ha decidido someterse a la prueba ordenada", indic¨® en un comunicado el abogado del monarca, citado por el diario?Le Soir.
No obstante, el abogado puntualiz¨® que el mismo tribunal ha decidido que las conclusiones de la prueba "se mantendr¨¢n estrictamente confidenciales, hasta una nueva decisi¨®n de la Justicia".
La Corte de Apelaci¨®n de Bruselas amenaz¨® el pasado mayo con obligar al monarca em¨¦rito a pagar 5.000 euros por cada d¨ªa que pasara sin realizar la prueba.
Por otra parte, el pasado 25 de octubre, la Corte de Apelaci¨®n de la capital sentenci¨® que el hasta entonces considerado padre biol¨®gico de B?el no lo era. El tribunal encarg¨® a un hospital bruselense proceder en tres meses a realizar una evaluaci¨®n gen¨¦tica que permitiese establecer o descartar un v¨ªnculo de paternidad entre B?el y Alberto II, quien abdic¨® en su hijo Felipe en 2013.
Bo?l present¨® su primera demanda de paternidad al antiguo jefe del Estado belga en 2013. La existencia de esta presunta descendente sali¨® a la luz en 1999, como consecuencia de la publicaci¨®n de una biograf¨ªa no autorizada de la reina Paola, esposa de Alberto II. Delphine Boel, de 48 a?os, ha dedicado m¨¢s de una d¨¦cada a demostrar que su nacimiento es fruto de una relaci¨®n extramatrimonial entre Alberto II y su madre, la baronesa S¨¦lys-Longchamps. El monarca, que conserva su t¨ªtulo aunque ya no ejerce como tal, no se ha referido nunca al asunto.
De reconocerse el parentesco, Delphine Boel no acceder¨ªa a la l¨ªnea sucesoria de la monarqu¨ªa en B¨¦lgica, dado que la Constituci¨®n establece que solo los descendientes ¡°directos, naturales y leg¨ªtimos¡± heredan esos poderes, lo que la excluye. S¨ª podr¨ªa beneficiarse de una cuantiosa herencia. Hasta ahora, la batalla judicial emprendida por Boel no le ha reportado ventajas en el terreno econ¨®mico. Su padre legal, Jacques Boel, un importante empresario, decidi¨® desheredarla tras comprobar que carec¨ªan de lazos biol¨®gicos.
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