Cualquier violencia no vale para la rebeli¨®n
?Qui¨¦n gan¨® aquel oto?o? ?La democracia espa?ola o el unilateralismo secesionista? No todo vale para poner grilletes a esta errante pe?a desnortada
Cost¨®. Pero en las postrimer¨ªas de la vista oral, la Fiscal¨ªa se puso las pilas. Y descrem¨® algunos relatos ingenuos de las defensas.
El oto?o levantisco de 2017 no fue una romer¨ªa plagada de sonrisas, juegos infantiles y chocolatadas. De ¡°golpe de Estado¡±, lo calific¨®, enf¨¢tico, Javier Zaragoza, con a?os de retraso sobre lo apuntado por columnistas y profesores. Se apoy¨® en una cita archiconocida del gran te¨®rico liberal del derecho, Hans Kelsen, relativa a la ruptura del orden constitucional y su sustituci¨®n por otro, mediante v¨ªas ilegales.
Fuese golpe de Estado, o al Estado, o desde el Estado, o 4.O, o tentativa subversiva o cambio de tortilla, la cosa no fue una broma: suprimi¨® de golpe, tras un viscoso proc¨¦s, la Constituci¨®n. Y derog¨® el Estatut, que, ay, no realzan estas acusaciones.
Por fin, los fiscales tambi¨¦n se centraron en los casos de violencia real (La R¨¤pita, Dosrius, Barcelona...), aunque sin conceder que fueron, sobre todo, reactivos a la acci¨®n policial del 1-O.
Documentaron con eficacia los llamamientos a participar en el refer¨¦ndum ilegal de ¡ªseleccionados¡ª, consellers. Y adornaron su deficiente escrito de conclusiones con novedades afloradas en la vista: proliferaron indicios de malversaci¨®n, pero los serios afectan a dos conselleries, Presid¨¨ncia (Jordi Turull) y Exteriors (Ra¨¹l Romeva). Poco m¨¢s.
Otra cosa es que incurrieran en asimetr¨ªas flagrantes. Dijeron creer las acusaciones de la c¨²pula de los Mossos contra el Govern. Pero despreciaron el alegato de que sus Pautas de actuaci¨®n (29/9/2017) segu¨ªan el mandato judicial de mantener ¡°la convivencia ciudadana¡±. Y ni siquiera recordaron que cumpl¨ªan al mil¨ªmetro el del secretario de Estado de Interior del Gobierno Rajoy: priorizar la seguridad (evitar da?os a personas) sobre la eficacia (impedir la votaci¨®n ilegal).
Y sobre todo, no pudieron culminar su intento de demostrar sin g¨¦nero de dudas que la violencia callejera fuese ¡°adecuada¡±, ¡°id¨®nea¡±, ¡°suficiente¡±, para cometer el delito de rebeli¨®n.
El fiscal Jaime Moreno recurri¨® incluso a un supuesto ¡°juicio de inferencia¡±, deductivo, sin flagrancia, ni prueba ninguna, para sospechar de que el cogollo del Govern ante el 1-O hab¨ªa informado al resto de consellers de la advertencia formulada por los Mossos de que habr¨ªa violencia.
Atenci¨®n, el Tribunal Supremo coge con papel de fumar ese tipo de valoraciones que hilan sospechas: son muy susceptibles de ser corregidas en casaci¨®n (STS, 15/6/2012).
Moreno se cur¨® en salud de lo que ser¨¢ la clave de las mejores defensas. Sistematiz¨®, por vez primera, la acusaci¨®n de la violencia, en cinco puntos. Pespunte¨® bien que existi¨®.
Pero no encaj¨® con su colega Fidel Cadena: afirm¨® que hubo nexo causal entre violencia y finalidad separatista; pero Cadena dio por hecha la rebeli¨®n ya el 7 de septiembre. ?Y hasta el 19 y el 20 no hubo incidentes callejeros!
Y se autodesluci¨® pugnando por demostrar que la violencia fue herramienta clave y prevista de la rebeli¨®n: su mejor aporte en esto fue flojo, unas declaraciones del vicepresidente Oriol Junqueras, seg¨²n las que, ¡°si votamos caer¨¢ Mariano Rajoy¡±.
Y sostuvo que esa violencia fue suficiente, porque al ser ya la Generalitat poder, ¡°no necesitaban centros de poder¡±, sino solo ¡°cortar amarras¡± con Espa?a. El instructor Pablo Llarena le mejoraba en su auto de procesamiento. Exigi¨® el requisito de una ¡°idoneidad¡±, ¡°residenciada en que la fuerza tenga intensidad suficiente como para ser apta a doblegar la voluntad de aquel contra quien se dirige¡± (21/3/2018).
?Qui¨¦n gan¨® aquel oto?o? ?La democracia espa?ola o el unilateralismo secesionista? No todo vale para poner grilletes a esta errante pe?a desnortada.
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