China ya no abandona a sus hijos
El n¨²mero de adopciones en el gigante asi¨¢tico se ha desplomado en los ¨²ltimos a?os. Las razones: el desarrollo econ¨®mico, el incremento de los controles prenatales, y el fin de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico
El ¨²nico orfanato de Shangh¨¢i es un fort¨ªn. Solo una puerta de acceso rompe el muro perimetral que guarda los 63.000 metros cuadrados que cubre la instituci¨®n, y est¨¢ vigilada por agentes que mantienen un estricto control de entradas y salidas. Algunos viandantes se acercan a curiosear, atra¨ªdos por el cuidado jard¨ªn que se atisba a trav¨¦s de los huecos que quedan sin tapar, pero los guardas no tardan en conminarles a que se den media vuelta. Solo es posible acceder con un permiso especial.
Dentro, un millar de ni?os y ni?as aguardan a que una familia los acoja. El rugido de los aviones que despegan en el cercano aeropuerto internacional de Shangh¨¢i mantiene viva esa esperanza, pero pocos har¨¢n realidad su sue?o. ¡°Cada a?o se adoptan menos de cien¡±, informa Cai Xuanxuan, directora del centro que da servicio a la ciudad m¨¢s poblada de China, una megal¨®polis de 24 millones de habitantes.
Y el n¨²mero contin¨²a cayendo. En menos de una d¨¦cada, las adopciones en China se han desplomado a la mitad: de los 34.529 casos aprobados en 2010 se ha pasado a los 18.820 de 2017, fecha a la que se refieren los datos oficiales m¨¢s recientes. Y, de esa ¨²ltima cifra registrada hace dos a?os, solo 2.300 ni?os encontraron a su familia fuera de China. Todo apunta a que la tendencia a la baja continuar¨¢, y, aunque en Shangh¨¢i el 50% de las adopciones todav¨ªa son internacionales, Cai avanza que en unos a?os su peso puede terminar resultando meramente testimonial.
Las razones de este vuelco son numerosas, pero la principal est¨¢ muy clara: ¡°Ahora, los padres chinos rara vez abandonan a sus hijos¡±, se?ala Cai. ¡°Eso se debe, en primer lugar, a la mejora de la calidad de vida que ha llegado con el desarrollo econ¨®mico. En segundo lugar, est¨¢ el incremento en los controles durante el embarazo, que han reducido considerablemente el n¨²mero de beb¨¦s que nacen con discapacidad. Finalmente, tambi¨¦n ha cambiado la percepci¨®n social de esas discapacidades: cada vez m¨¢s, los padres son conscientes de que ni?os con problemas como el S¨ªndrome de Down pueden llevar una vida feliz y plena, por lo que deciden esforzarse al m¨¢ximo para sacarlos adelante¡±, enumera la directora del orfanato, al que EL PA?S ha podido acceder en exclusiva.
A esta nueva coyuntura socioecon¨®mica se suma el fin de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico. Todas las parejas chinas pueden tener ya dos descendientes, un factor que no solo se siente en el n¨²mero de abandonos. Tambi¨¦n ha provocado que las diferencias por sexo hayan desaparecido casi por completo. ¡°Antes se abandonaba m¨¢s a las ni?as porque se prefer¨ªan descendientes varones y la mayor¨ªa de familias solo pod¨ªan tener uno. Ahora, los abandonos reflejan mejor la composici¨®n por sexos de la sociedad china¡±, apunta Cai.
Finalmente, est¨¢ el factor demogr¨¢fico: en el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo cada vez nacen menos ni?os. No en vano, el dato del a?o pasado -15,23 millones-, fue el m¨¢s bajo desde 1961, momento en el que China fue asolada por una hambruna que dej¨® entre 30 y 45 millones de muertos. As¨ª, no es de extra?ar que en el orfanato de Shangh¨¢i el n¨²mero de nuevas admisiones haya ca¨ªdo tanto como el de las adopciones. ¡°Recibimos entre 50 y 60 ni?os y ni?as al a?o¡±, informa Cai.
Lo mismo sucede en el resto del pa¨ªs. Seg¨²n las estad¨ªsticas relativas a 2017 publicadas por el Ministerio de Asuntos Civiles, en China viven 410.000 hu¨¦rfanos. Esa cifra supone un descenso de 101.000 si se compara con el que Unicef y el Instituto de Investigaciones Filantr¨®picas de China ofrecieron solo dos a?os antes. Desafortunadamente, la adopci¨®n de estos ni?os resulta extremadamente complicada. ¡°Entre el 95% y el 98% sufre alg¨²n tipo de discapacidad¡±, explica Cai.
En el orfanato de Shangh¨¢i, cada ni?o pasa por un proceso de evaluaci¨®n que concluye con su clasificaci¨®n con una letra entre la A y la D: la primera califica a los ni?os completamente sanos, mientras que la ¨²ltima se utiliza para identificar a los que sufren las discapacidades m¨¢s severas. Esos ¨²ltimos residen en las habitaciones especialmente dise?adas para ellos, similares a la UVI de los hospitales. Se les cuida bien, pero es imposible evitar que el coraz¨®n se encoja al visitar estas instalaciones.
Las cunas met¨¢licas est¨¢n ocupadas por peque?os cuerpos inertes. Aqu¨ª no se escucha el griter¨ªo alegre de la infancia, sino un silencio que provoca escalofr¨ªos y que solo se rompe, aqu¨ª y all¨¢, por el pitido de una m¨¢quina o el siseo de un respirador. Los alegres dibujos animados de las s¨¢banas crean un brutal contraste con la mirada perdida de quienes deber¨ªan re¨ªrse con ellos. ¡°Par¨¢lisis cerebral, hidrocefalia, y problemas cardiovasculares severos son los principales males que afectan a estos ni?os¡±, explica una de las enfermeras que vigilan la habitaci¨®n en todo momento, y que prefiere mantenerse en el anonimato.
¡°Las posibilidades de que se adopte a un ni?o que no est¨¦ clasificado como A son muy peque?as. A veces, dependiendo del problema que tengan, los B encuentran familia. Pero es casi imposible para los C y los D¡±, a?ade la sanitaria. Desafortunadamente, en la pared en la que se muestra la informaci¨®n de los ni?os ninguno est¨¢ calificado con una A. Sin embargo, el porcentaje de los m¨¢s enfermos sobre el total contin¨²a creciendo. La mayor¨ªa de las fichas acompa?a el nombre y la edad con una C o una D. ¡°Cuando las dolencias son muy graves, los padres temen no poder cuidarlos y deciden abandonarlos para que el Estado se encargue de ellos¡±, explica Cai.
La mayor¨ªa aparece en hospitales y estaciones de tren. La Polic¨ªa trata de buscar a los padres durante 90 d¨ªas. Si no lo logra, y es muy raro que lo haga, los beb¨¦s son remitidos al orfanato m¨¢s cercano. Todas las ciudades con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes deben contar con una de estas instituciones para acogerlos, pero solo las m¨¢s grandes, como Shangh¨¢i, est¨¢n equipados con los mejores medios. ¡°Nosotros marcamos el camino para el resto de China, pero la diferencia con el resto de orfanatos es cada vez menor¡±, afirma Cai.
En menos de una d¨¦cada, las adopciones en China se han desplomado a la mitad: de los 34.529 casos aprobados en 2010 se ha pasado a los 18.820 de 2017
Las instalaciones del Hogar para los Ni?os de Shangh¨¢i ¡ªdenominaci¨®n oficial del centro¡ª impresionan. Despu¨¦s de varios meses de gesti¨®n de permisos, EL PA?S puede acceder sin restricciones y con c¨¢mara a todo el recinto durante un d¨ªa. Por la ma?ana, un funcionario del Bur¨® de Asuntos Civiles y dos del Ministerio de Asuntos Exteriores acompa?an al periodista y a Cai en la visita, porque el Gobierno considera que se trata de un tema delicado, pero por la tarde deciden marcharse.
As¨ª que volvemos a recorrer las zonas principales. La m¨¢s relevante es el centro de rehabilitaci¨®n, que ocupa un imponente edificio rectangular. En su interior, diferentes especialistas trabajan para incrementar la actividad cerebral y las capacidades cognitivas de los ni?os con discapacidades m¨¢s severas. ¡°En total, entre empleados y voluntarios contamos con unas 500 personas trabajando en el centro, y la mayor¨ªa est¨¢ formada en el trato con ni?os que tienen necesidades especiales¡±, comenta Cai.
En una de las habitaciones, un joven especialista juega con un ni?o clasificado como C a insertar unas piezas de madera en los huecos que tienen la misma forma. En la estancia contigua, un adolescente que apenas tiene movilidad en el cuerpo utiliza un guante repleto de sensores para jugar al baloncesto en la pantalla de un ordenador. Y en una sala a pocos metros, dos ni?os de cinco y seis a?os est¨¢n conectados a una m¨¢quina que emite impulsos el¨¦ctricos en su cabeza. ¡°El objetivo es estimular la actividad cerebral, pero los resultados son poco esperanzadores¡±, reconoce la especialista al cargo.
Los problemas de movilidad se tratan en una piscina equipada con arneses y diferentes ayudas para realizar todo tipo de ejercicios, pero est¨¢ cerrada durante los meses en los que el agua del grifo sale demasiado fr¨ªa. ¡°No hay suficiente presupuesto para calentarla, as¨ª que la utilizamos solo en verano¡±, admite Cai con una mueca de impotencia.
Mucho m¨¢s alegres son las aulas en las que los ni?os reciben clases, agrupados no por edad sino por su capacidad intelectual. Son un jolgorio. Y mucho m¨¢s lo es el exterior del edificio principal, donde los ni?os pasean (o son paseados en silla de ruedas) entre figuras de la familia de Peppa Pig y alrededor del peque?o huerto de la instituci¨®n, en el que algunos aprenden a plantar verduras. ¡°Nuestro objetivo es proporcionar a los ni?os las herramientas que necesitar¨¢n para integrarse en la sociedad y ser independientes, en la medida de sus posibilidades¡±, se?ala Cai.
Chen Huizhen es una de las chicas que pronto dar¨¢ un salto en busca de una vida autosuficiente. Ya ha cumplido los 19 a?os ¡ªla legislaci¨®n china solo permite adoptar a ni?os de hasta 14¡ª y debe abandonar el orfanato, donde los menores solo pueden residir hasta que alcancen la mayor¨ªa de edad. Afectada por una discapacidad intelectual dif¨ªcilmente perceptible, Chen ha estado encargada de la cantina del centro y ahora se siente con capacidad para tratar de buscar un trabajo como dependienta. ¡°Lo ¨²nico que me apena es dejar el centro, porque aqu¨ª dentro somos una familia¡±, cuenta al otro lado del mostrador.
Chen continuar¨¢ recibiendo el apoyo de sus tutores, porque en las pr¨®ximas semanas se mudar¨¢ a un piso tutelado. Si es capaz de manejarse por s¨ª misma y logra una independencia econ¨®mica, podr¨¢ hacer su vida sin el apoyo de los servicios sociales. De lo contrario, continuar¨¢ en hogares tutelados hasta que cumpla los 60 a?os, momento en el que pasar¨¢ a una residencia para ancianos con discapacidad.
La regla, no la excepci¨®n
Ederne Frontela confirma que las correctas instalaciones de Shangh¨¢i no son una excepci¨®n sino la regla. Y sabe de qu¨¦ habla, porque hace cuatro a?os esta periodista vizca¨ªna realiz¨® las pr¨¢cticas requeridas para finalizar su M¨¢ster en Estudios Chinos en el orfanato de la peque?a localidad de Xinxiang, en la provincia central de Henan. All¨ª estuvo durante tres semanas a cargo de 14 ni?os. ¡°Hab¨ªa varios casos de autismo y de Asperger, y otros eran lo que algunos considerar¨ªan ni?os no perfectos¡±, cuenta. Como sucede en Shangh¨¢i, quienes sufr¨ªan las dolencias m¨¢s severas estaban recluidos en habitaciones expresamente preparadas para ellos. ¡°Las instalaciones estaban en perfectas condiciones y el trato que recib¨ªan era muy bueno¡±, asegura Frontela, cuya hermana menor tambi¨¦n fue adoptada en China hace casi una d¨¦cada.
Sin duda, tanto la situaci¨®n que describe Frontela como la que se aprecia en Shangh¨¢i no tiene nada que ver con las que describi¨® el pol¨¦mico documental ¡®Las habitaciones de la muerte¡¯, producido en 1995 por Channel 4. En aquel filme, ni?os abandonados como consecuencia de la ley del hijo ¨²nico aparec¨ªan atados a las sillas y en condiciones tan deplorables que indignaron al mundo. ¡°Provoc¨® una ola de adopciones a nivel internacional¡±, recuerda Francesc Acero, portavoz de la Asociaci¨®n de Familias Adoptantes en China (AFAC). ¡°Durante un par de a?os, Espa?a se convirti¨® en el pa¨ªs que m¨¢s ni?os chinos adopt¨®, sobrepasando incluso a Estados Unidos¡±.
No en vano, AFAC surgi¨® poco despu¨¦s de que se emitiese el documental, y en 2008 lleg¨® a agrupar a 2.400 familias. Ahora, sin embargo, son solo unas 600. ¡°La situaci¨®n dio un vuelco con los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn. Hasta entonces, las solicitudes de adopci¨®n de ni?os sanos se tramitaban en unos 7 u 8 meses. Pero, a partir de ese momento, las puertas se cerraron y los tiempos comenzaron a alargarse mucho. Pensamos que, quiz¨¢, a China no le gustaba la imagen que transmit¨ªa un pa¨ªs con tantas adopciones¡±, cuenta.
El incremento en los controles durante el embarazo ha reducido considerablemente el n¨²mero de beb¨¦s que nacen con discapacidad
AFAC ha proporcionado asistencia a unas 17.000 familias espa?olas que han adoptado en China. Sin embargo, ahora desaconseja llevar a cabo este proceso en el gigante asi¨¢tico. ¡°La espera supera ya los 12 a?os, y es posible que contin¨²e creciendo, porque muchos meses no se realiza ninguna asignaci¨®n. Eso puede provocar que las parejas adoptantes terminen convirti¨¦ndose en abuelos antes que padres. No en vano, algunos de nuestros socios se han jubilado y han desistido en su intenci¨®n de adoptar¡±, explica Acero, cuya organizaci¨®n se ha convertido en ONG y presta asistencia especializada a invidentes en otro orfanato chino.
La ¨²nica forma factible de adoptar en la segunda potencia mundial en un plazo razonable reside actualmente en lo que se conoce como pasaje verde. ¡°Es la adopci¨®n de ni?os y ni?as con discapacidad intelectual o f¨ªsica¡±, explica Acero. Te¨®ricamente, los padres adoptivos son quienes determinan qu¨¦ tipo de dolencia est¨¢n dispuestos a asumir. ¡°El problema est¨¢ en la opacidad del pa¨ªs. En algunas ocasiones, el diagn¨®stico de nuestros m¨¦dicos no concuerda con el de los chinos. En otras, los padres no son conscientes de que problemas aparentemente leves, como el labio leporino, pueden esconder otros mucho m¨¢s graves, como enfermedades graves de ri?¨®n o incluso sordera. Adem¨¢s, las dolencias con las que llegan son cada vez m¨¢s graves, como cardiopat¨ªas severas¡±, a?ade el portavoz de la asociaci¨®n.
Por eso, Acero recomienda no apuntarse al pasaje verde con el objetivo de acortar el proceso. Sin embargo, es lo que ha hecho Noem¨ª Rodr¨ªguez. Madre de una hija china adoptada en 2006, esta mujer de Ponferrada comenz¨® los tr¨¢mites para adoptar a un segundo ni?o un a?o despu¨¦s. Pero, primero, su solicitud qued¨® temporalmente suspendida por duelo tras el fallecimiento de su madre; y, despu¨¦s, su divorcio provoc¨® que tuviese que comenzar de nuevo el farragoso proceso para determinar su idoneidad, un tr¨¢mite que no se exige en las adopciones por pasaje verde.
¡°En el pasaje ordinario, China asigna un ni?o y no se puede elegir; en el pasaje verde, China hace una propuesta y los padres pueden aceptarla o rechazarla¡±, explica Rodr¨ªguez. ¡°Yo solo pod¨ªa asumir una patolog¨ªa que fuese subsanable, y me asignaron un ni?o de un a?o con un problema de faringe que ya ha sido corregido. Me han mostrado el historial m¨¦dico y, aunque siento cierto temor porque creo que los orfanatos infravaloran los problemas que sufren, me fio porque tambi¨¦n he visto v¨ªdeos del ni?o¡±, cuenta. Ya solo le falta recoger a su hijo en Hefei para completar la familia con la que siempre so?¨®.
Rodr¨ªguez tambi¨¦n considera que, por lo que ha podido comprobar hasta ahora, el orfanato proporciona un cuidado adecuado. Sin embargo, Bel¨¦n Freijeiro, madre de tres ni?os adoptados en China, tiene dudas. Sobre todo, por los problemas con los que ha llegado Lucas, el ni?o que adopt¨® en el orfanato de Shangh¨¢i en 2012. ¡°Tambi¨¦n nos pasamos al pasaje verde porque los tiempos de espera comenzaron a alargarse mucho. En Shangh¨¢i nos asignaron a un ni?o con labio leporino, pero cuando lo trajimos a casa descubrimos que se rasca hasta quitarse la piel y las u?as, que tiene episodios de ira, y que no duerme o tiene pesadillas recurrentes¡±, asegura.
Freijeiro, y numerosos padres americanos que cuentan sus experiencias en un grupo de Facebook al que ha tenido acceso este peri¨®dico, considera que esta actitud es fruto de abusos sufridos en el orfanato que dirige Cai. ¡°?l cuenta que le met¨ªan la cabeza en un cubo con agua cuando se hac¨ªa pis por la noche, y por la noche grita porque un se?or le pegaba con un l¨¢tigo¡±, detalla Freijeiro. ¡°Algunas familias cuentan que los hijos tienen miedo de contar lo que les hab¨ªa pasado porque en el orfanato les dec¨ªan que, si lo hac¨ªan, los devolver¨ªan a China¡±, apostilla.
Acero es esc¨¦ptico y Moya Smith, fundadora de First Hugs, la ONG que facilit¨® a Frontela acceder al orfanato de Xinxiang, recuerda que es f¨¢cil confundir con abuso los efectos psicol¨®gicos secundarios relacionados con la propia adopci¨®n. ¡°Es un proceso duro que requiere un periodo de adaptaci¨®n emocional¡±, se?ala. Esta canadiense afincada en Estados Unidos ha establecido un programa de formaci¨®n para el personal del orfanato de Xinxiang y est¨¢ convencida de que el personal se preocupa por los ni?os. ¡°No es posible descartar que haya casos puntuales de abuso, que es una epidemia global, pero, aunque los orfanatos no sean hoteles de cinco estrellas, cuentan con infraestructura que a veces incluso supera a la de los centros europeos¡±, concuerda Acero.
Cai asegura que los ni?os a los que acoge en Shangh¨¢i reciben m¨¢s que cuidados f¨ªsicos y psicol¨®gicos: ¡°Les damos afecto, y eso se nota en las reuniones que solemos hacer durante el A?o Nuevo Chino con los ni?os que ya han sido adoptados¡±. Para la directora, que cada vez haya menos ni?os en su instituci¨®n es reflejo de los logros sociales del pa¨ªs, y Smith tambi¨¦n cree que el escenario m¨¢s deseable para el futuro es uno en el que su ONG no tenga raz¨®n de ser. ¡°Si cada vez es m¨¢s dif¨ªcil adoptar a ni?os chinos es porque no son abandonados y su situaci¨®n ha mejorado. Eso es algo que deber¨ªamos celebrar¡±, sentencia.
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