Quiero ser presidente
Seg¨²n las encuestas, la incapacidad de las fuerzas antigubernamentales de Venezuela para presentar un candidato unitario hizo que perdieran las elecciones
La divisi¨®n de la oposici¨®n venezolana es alarmante desde hace casi dos decenios, pero que lo reconozca Estados Unidos como el principal problema para expulsar a Nicol¨¢s Maduro es reciente y clarificador. Hace pocos d¨ªas, en una reuni¨®n con dirigentes de la comunidad jud¨ªa de Nueva York, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, anticip¨® que cuando caiga Maduro una multitud alzar¨¢ la mano reclamando el mando. ¡°Yo, yo ser¨¦ el siguiente presidente de Venezuela. Habr¨¢ unas 40 personas que se crean herederas leg¨ªtimas de Maduro¡±, seg¨²n la grabaci¨®n obtenida por The Washington Post.
El mal mil veces diagnosticado: la fragmentaci¨®n de las fuerzas antigubernamentales que EE?UU y la CIA han tratado de subsanar durante a?os para proteger sus intereses. Misi¨®n imposible. Al igual que varios embaucadores iraqu¨ªes convencieron a la central de inteligencia y a Bush de que Sadam Husein almacenaba armas de destrucci¨®n masiva, el extremismo persuadi¨® a Trump de que si amenazaba con una intervenci¨®n militar, los cuarteles se rebelar¨ªan contra el dictador. Coser y cantar. La Casa Blanca y sus servicios de inteligencia procesando voluntarismo y viveza criolla.
La divisi¨®n de las fuerzas, aprovechada y fomentada por el Gobierno, explica, en parte, el fracaso del golpe del pasado 30 de abril y el fiasco de las conversaciones de Oslo. Aun entendiendo las dificultades de la oposici¨®n para serlo con un r¨¦gimen que manipula la legalidad para retener el poder, la confesi¨®n de Pompeo invita al rebobinado: ?Qu¨¦ pas¨® en las presidenciales de mayo de 2018 para que se denuncie que fueron ileg¨ªtimas y que Maduro es un usurpador? Las encuestas daban ganadora a la oposici¨®n siempre que cumpliese un requisito: la presentaci¨®n de un candidato unitario. Advirtieron de que las perder¨ªa si se presentaban varios aspirantes. La oposici¨®n tuvo varios meses para elegir un representante, pero no lo hizo porque ninguno de sus l¨ªderes dio el brazo a torcer. Negociaban entre ellos con cartas marcadas, dados lastrados, ases en la manga, zancadillas y pu?aladas traperas. Lleg¨® el final del plazo de presentaci¨®n, y no logr¨® un candidato ¨²nico. La dispersi¨®n de fuerzas anticipaba otra derrota en las urnas.
EE?UU impuso una soluci¨®n: no presentarse a los comicios y calificarlos de ileg¨ªtimos. Pompeo ha venido a reconocer que la lealtad de los diferentes grupos opositores a Guaid¨® es un fingimiento de cara a los medios de comunicaci¨®n y a la opini¨®n p¨²blica. El falseamiento de la democracia por el chavismo es tan grave como las responsabilidades de la oposici¨®n en la perduraci¨®n de un r¨¦gimen que hubiera sido derrotado a la pata coja por un candidato de consenso. Ni las muchas trampas, ni el ventajismo oficial hubieran podido evitarlo. Era imposible perder frente a un mandatario lastrado por el desgobierno y las calamidades, muchas made in USA, pero las fundamentales, m¨¦rito suyo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.