Amos del juego
El PP y Ciudadanos dan a Vox la llave para traducir su radicalidad en hechos
Los pactos alcanzados por el Partido Popular y Ciudadanos para constituir los Ayuntamientos surgidos el pasado 26 de mayo tendr¨¢n un efecto duradero sobre la gesti¨®n de los municipios y, en la medida en que son determinantes para los acuerdos que se cierren en otros ¨¢mbitos de poder, sobre la totalidad del sistema institucional. Ambos partidos ten¨ªan en su mano la posibilidad de contribuir a la configuraci¨®n de un espacio pol¨ªtico mayoritario que conjurase la crispaci¨®n durante los pr¨®ximos cuatro a?os. Bastaba con que hubieran hecho lo mismo que sus partidos afines en la Uni¨®n Europea: tejer alianzas que neutralizaran las posibilidades de chantaje sobre el sistema que viene ejerciendo la ultraderecha. En lugar de ello, han preferido desempe?ar el papel de anomal¨ªa comunitaria, una vez que la experiencia austriaca de un Gobierno de la derecha y la ultraderecha concluyera recientemente en fracaso.
Editoriales anteriores
El objetivo del Partido Popular recurriendo a Vox para completar mayor¨ªas no es otro que dulcificar el severo castigo electoral que ha recibido en las urnas, compensando la p¨¦rdida de apoyo con el vistoso trofeo de algunas grandes ciudades. En el caso de Ciudadanos, por el contrario, la estrategia resulta indescifrable, aun en el supuesto de que lo que pretende sea hacerse con el liderazgo de la derecha. Ali¨¢ndose con los populares en aquellos municipios en los que adem¨¢s necesitan de los votos de Vox, Ciudadanos no solo no obtiene m¨¢s poder del que habr¨ªa logrado con un pacto alternativo, sino que se lo entrega al partido que quiere debilitar y paga por a?adidura el coste de aparecer vinculado a la ultraderecha. Falta por ver si sus electores se muestran o no condescendientes con el intento de disimular este ¨²ltimo extremo recurriendo al truculento contrasentido de que el aliado imprescindible de su aliado no es su aliado, sino una sombra inexistente.
Incluir a la ultraderecha en las mayor¨ªas de Gobierno conlleva los riesgos manifestados durante la tramitaci¨®n de los Presupuestos andaluces. El Partido Popular pact¨® con Vox un programa en el que se sustitu¨ªan por eufemismos sus reclamaciones inconstitucionales, y Ciudadanos consinti¨® recurriendo a la f¨®rmula farisaica que ahora ha generalizado. Vox solo ha necesitado amagar para obtener de sus aliados las contrapartidas que ha estimado oportunas. Constituidos los Ayuntamientos, las posibilidades de este g¨¦nero de chantaje se multiplican, dejando en evidencia el tenebroso callej¨®n hacia el que el Partido Popular y Ciudadanos han empujado la pol¨ªtica espa?ola: ellos la radicalizaron verbalmente, pero le han entregado a Vox la llave para traducir la radicalidad en hechos.
El derrotero adoptado por los pactos municipales coloca al candidato socialista, Pedro S¨¢nchez, ante la tesitura de contar con los independentistas en el momento de su investidura o repetir las elecciones. Es de esperar que el Partido Popular y Ciudadanos no tengan la osad¨ªa de reclamar como ¨¦xito propio lo que, en realidad, es la descorazonadora derrota que su estrategia ha infligido a todos: entendi¨¦ndose ellos con la ultraderecha obligan al partido socialista a entenderse con los independentistas, de modo que, en lugar de reforzar el sistema democr¨¢tico frente a los extremos, se les hace gratuitamente entrega de los mecanismos para chantajearlo. Acept¨¢ndolos como ¨¢rbitros del juego institucional se les facilita lo que est¨¢n persiguiendo: convertirse en sus amos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.