Bel¨¦n Esteban, dos d¨¦cadas de vida en televisi¨®n y otra boda
El segundo enlace de la 'princesa del pueblo' permitir¨¢ a Telecinco seguir explotando el tir¨®n medi¨¢tico de su famosa colaboradora
En 1997, una joven t¨ªmida que viv¨ªa en el madrile?o barrio de San Blas, se asomaba por primera vez a las p¨¢ginas de la prensa rosa por su relaci¨®n con el torero de moda en aquel momento, Jesul¨ªn de Ubrique. Aquello no pintaba demasiado bien porque al matador la fama le ven¨ªa tanto por sus faenas dentro del ruedo como por las que realizaba fuera de ¨¦l con sus admiradoras, mayoritariamente mujeres rendidas a su gracejo m¨¢s que a su maestr¨ªa con el capote.
La pareja nunca se cas¨® pero el 20 de julio de 1999 nac¨ªa su hija Andrea. Entonces, una rubia y joven Bel¨¦n Esteban y su reto?o se instalaban en Ambiciones, la finca que el torero pose¨ªa en la localidad gaditana de Prado del Rey. Ni un a?o dur¨® el intento. Las cr¨®nicas contaron que la familia pol¨ªtica, que viv¨ªa en la misma casa, no dej¨® que Bel¨¦n ocupara su sitio y la madrile?a volvi¨® con su ni?a al barrio popular del que hab¨ªa salido. Volvi¨® pero ya no era la misma. Era una madre coraje despechada y decidida a luchar por los derechos de su hija. Y era tambi¨¦n una mujer sin filtros dispuesta a hablar lo m¨¢s grande en un momento en el que los programas de televisi¨®n dedicados a la cr¨®nica social viv¨ªan una explosi¨®n en la que resultaba urgente encontrar a protagonistas absolutos, aunque fueran ef¨ªmeros.
Bel¨¦n fue una de ellos. Los enfrentamientos con el padre de su ¨²nica hija ocuparon horas de televisi¨®n y los dimes y diretes de la pareja se convirtieron en un culebr¨®n por cap¨ªtulos que transform¨® definitivamente a Bel¨¦n Esteban en la actriz de su propia vida. Ella primero defend¨ªa lo suyo, b¨¢sicamente a su hija Andrea frente a un supuesto padre despistado en asuntos de manutenci¨®n econ¨®mica. Pero pronto intuy¨®, con esa sabidur¨ªa que da la vida de barrio, que all¨ª hab¨ªa negocio. Bel¨¦n Esteban se convirti¨® en la princesa del pueblo, porque pronto lleg¨® otra ¡ªMar¨ªa Jos¨¦ Campanario¡ª que la destron¨® definitivamente del coraz¨®n del torero. Se cas¨® con ¨¦l y tuvieron otros dos hijos. La Campanario, as¨ª con art¨ªculo delante del apellido, pas¨® a formar parte del circo medi¨¢tico en el que?La Esteban hab¨ªa encontrado su sustento.
La pensi¨®n de su hija, las visitas a Ambiciones y las diferencias entre los hijos del torero ¨Clos que viv¨ªan con ¨¦l a tiempo completo y la que solo iba de pascuas a ramos¨C pasaron a formar parte de la vida de todos los que tienen por costumbre asomarse a la televisi¨®n como forma de pasar el rato y evadirse de problemas de enjundia. Bel¨¦n Esteban se convirti¨® en la princesa del pueblo, una Lady Di de andar por casa, y sus frases de patio de vecinos pasaron a engrosar el vocabulario popular. ¡°Yo por mi hija ma-to¡±, ¡°Andre¨ªta, c¨®mete el pollo¡±, ¡°?Ni que yo fuera Bin Laden!¡±, ¡°Hasta luego Mari Carmen¡±, y m¨¢s recientemente ¡°?P¨¢-ga-me!¡± (dirigida a su exrepresentante To?o Sanch¨ªs) son ya patrimonio del espa?ol de a pie y valen casi para cualquier cosa.
M¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, Bel¨¦n Esteban sigue siendo un animal televisivo. En prime time ha contado sus amores y desamores, sus bajadas de insulina, las penas familiares, su primera boda con Fran ?lvarez ¨Cun camarero con quien se cas¨® en 2008 y del que se separ¨® cinco a?os despu¨¦s¨C, la etapa en la que estuvo ¡°muy malita¡± (el eufemismo que utiliz¨® para anunciar que los a?os de adicciones hab¨ªan acabado), y su pelea con To?o Sanch¨ªs, el representante que la convirti¨® en estrella y que, seg¨²n sentencia judicial, desvi¨® parte de los ingresos que deber¨ªa haber pagado a su representada.
Desde 2009 es colaboradora habitual de S¨¢lvame, el programa de Telecinco que informa de otros famosos tanto como disecciona a sus propios colaboradores. Este s¨¢bado, Bel¨¦n Esteban se vuelve a casar. Miguel Marcos, el novio, entr¨® en su vida hace algo m¨¢s de dos a?os cuando lleg¨® con su ambulancia a asistir a la colaboradora y trasladarla al hospital por una subida de az¨²car. La cadena en la que trabaja se prepara para convertir la boda en la protagonista de sus programas de fin de semana, pese a que la novia parece querer blindarla (o preparar una exclusiva) y dejarla en acontecimiento exclusivamente personal, que dif¨ªcilmente se salvar¨¢ de ser analizado al mil¨ªmetro por sus propios compa?eros de Telecinco, no todos de ellos invitados al enlace.
Falta por ver si el tir¨®n de Bel¨¦n Esteban aguanta enmarcado en una vida normal. Andrea Janeiro tiene casi 19 a?os, le ha pedido a su madre que no hable nunca m¨¢s de su padre y que a ella la deje al margen porque no quiere ser famosa. Miguel parece hacerla feliz. Jesul¨ªn ya no es tema de conversaci¨®n. Las adicciones y las operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica han quedado atr¨¢s. Y su rifirrafe con To?o Sanch¨ªs est¨¢ a punto de llegar a su fin. En una audiencia volcada en las desgracias ajenas y en la guerra sin cuartel, habr¨¢ que ver c¨®mo se defiende Bel¨¦n Esteban si su vida se estabiliza y tiene que ejercer solo como maestra de ceremonias de las de otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.