Nunca soltar Estambul
La llegada de un nuevo alcalde supon¨ªa levantar alfombras. Las maniobras para evitarlo han llevado a repetir elecciones
Todo apunta a que las elecciones municipales turcas del pasado 31 de marzo pasar¨¢n a ser conocidas?como las que sacudieron el trono de Erdogan, provocando un terremoto en el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que actualmente sigue en el Gobierno. Ah¨ª se encuentran las claves para entender los comicios que se celebran hoy en Estambul.
El cambio tect¨®nico m¨¢s notable se produjo en las seis principales ciudades ¡ªAnkara y Mers¨ªn, entre otras¡ª, que pasaron a manos del bloque de la oposici¨®n. La sacudida hay que agradec¨¦rsela a la movilizaci¨®n t¨¢ctica masiva de los votantes kurdos, causantes de la derrota del partido en el poder.
La formaci¨®n prokurda Partido Democr¨¢tico de los Pueblos (HDP) fue excluida de la alianza opositora. Y las medidas opresivas que el Gobierno tom¨® en su contra causaron tal indignaci¨®n que sus votantes decidieron apoyar al bloque opositor.
D¨ªas despu¨¦s de perder la alcald¨ªa, el partido del Gobierno dispar¨® una bater¨ªa de objeciones con el apoyo de los medios de comunicaci¨®n progubernamentales
La verdadera conmoci¨®n fue que el AKP perdiese en Estambul, centro financiero de Turqu¨ªa y coto de Erdogan. La megal¨®polis de 15 millones de habitantes fue la cuna de su ascenso como estrella pol¨ªtica hace un cuarto de siglo. Pero la victoria del nuevo alcalde, Ekrem Imamoglu, fue breve. Su mandato acab¨® el 6 de mayo, cuando el Consejo Electoral Supremo (YSK) anul¨® los resultados de las elecciones alegando que algunos presidentes de mesa y parte del personal electoral no pertenec¨ªan al cuerpo de funcionarios. La presi¨®n pol¨ªtica sobre el Consejo YSK era evidente, y el argumento no resultaba en absoluto convincente. Seg¨²n la oposici¨®n ¡ªy como sostienen algunos incluso en los c¨ªrculos de poder¡ª, al nuevo alcalde, de 49 a?os, se le ha arrebatado la victoria por la fuerza. No hay precedentes de algo as¨ª, y el episodio ha servido para amplificar la imagen del regidor depuesto como estrella en ascenso. Con sus modales moderados y su hablar tranquilo, Imamoglu transmite un mensaje unificador, al contrario que Erdogan, que con su virulenta ret¨®rica es un motor de polarizaci¨®n.
?En qu¨¦ consiste el verdadero esc¨¢ndalo de la negativa de Erdogan a soltar Estambul cuando la victoria de Imamoglu era tan clara? Tan solo unos d¨ªas despu¨¦s de perder la alcald¨ªa, el partido del Gobierno cuestion¨® los resultados y dispar¨® una bater¨ªa de objeciones con el apoyo de los medios de comunicaci¨®n progubernamentales, bombardeando a la opini¨®n p¨²blica con noticias falsas. Qued¨® claro que el objetivo de esta campa?a era poner contra las cuerdas al Consejo YSK, que sucumbi¨® a la presi¨®n. Erdogan no se detendr¨ªa ante nada con tal de recuperar Estambul.
Desde el punto de vista simb¨®lico, la p¨¦rdida de esa alcald¨ªa indicaba el principio del fin de su dominio. Era un duro golpe a la leyenda sobre la invencibilidad de Erdogan. Cierto que el presidente nunca ha conseguido controlar la costa occidental de Turqu¨ªa, como tampoco las provincias mayoritariamente kurdas del sureste, pero mantener el poder en Ankara ¡ªen el plano pol¨ªtico¡ª y en Estambul ¡ªen los ¨¢mbitos financiero y medi¨¢tico¡ª era muy importante para su imagen. De Ankara tal vez podr¨ªa prescindir, pero de Estambul no, porque representa aproximadamente la mitad de la econom¨ªa y comercio de Turqu¨ªa. La mayor¨ªa de los gigantescos proyectos de los que se enorgullece Erdogan, como el puente y el t¨²nel del B¨®sforo, el enorme aeropuerto y el canal Estambul (por no hablar de las decenas de centros comerciales), est¨¢n en esa ciudad. La oposici¨®n, sin embargo, los considera fuente de latrocinio, expolio y nepotismo.
El destape de todo esto es la aut¨¦ntica amenaza para Erdogan y para aquellos que apoyan un sistema unipersonal que ¨¦l se empe?a en prolongar. Nada m¨¢s ganar las elecciones en marzo, Imamoglu declar¨® que pondr¨ªa todos los medios para hacer p¨²blicos los documentos del Ayuntamiento que necesitaran escrutinio. Al cabo de 36 horas, un tribunal local prohibi¨® a su equipo de inspectores que accedieran a ellos.
Lo que est¨¢ en juego es la falta de transparencia en las licitaciones; sea cual sea la ¡°verdad oculta¡± que se esconde en Estambul, exponerla significa sacar a la luz un abuso de poder a gran escala, algo que podr¨ªa allanar el camino para hacer caer a Erdogan. ?Puede permitirse el presidente soltar la ciudad? La pregunta evidencia que las elecciones de hoy no son solo para elegir al alcalde de Estambul, sino que constituyen un refer¨¦ndum sobre la moralidad, y sobre el futuro del pa¨ªs.
Yavuz Baydar es periodista y dirige el medio digital Ahval.
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