M¨¢s all¨¢ del ego
Buen amigo, buena persona y buen fot¨®grafo, pero enamorado de s¨ª mismo. El autor, que fue testigo de su egolatr¨ªa, repasa su arte y su car¨¢cter.
QUERIDO AMIGO. Nunca te lo dije, pero ahora que ya no est¨¢s aqu¨ª y nunca m¨¢s nos vamos a volver a encontrar, creo que ha llegado el momento de que te explique por qu¨¦ siempre que nos ve¨ªamos no aguantaba estar m¨¢s de 10 minutos contigo.
Eras un gran artista y una buena persona, pero no sab¨ªas hablar de otra cosa que no fuera tu arte, tus premios, tu perro, tu infancia, tus viajes, tus novias, tus fotos y tus grandes ideas. Te escuchaba como quien oye llover, porque cada vez que nos ve¨ªamos me volv¨ªas a contar lo que ya me hab¨ªas contado mil veces antes. Pero lo peor era que me pidieras cada 20 segundos que te dijera lo mucho que me gustaba lo que hab¨ªas hecho, lo que estabas haciendo y lo que ibas a hacer.
Guardo con cari?o todas las fotos que te compr¨¦ y tambi¨¦n las que me regalaste. Echo de menos aquellos momentos felices en los que yendo a Granada nos gustaba tanto mirar por la ventana del tren los campos de girasoles y los olivos, las monta?as y las nubes; que sacabas la c¨¢mara y te olvidabas de tus ¨¦xitos, de lo que dir¨ªan de tu exposici¨®n los peri¨®dicos y de la gente que nos miraba como bichos raros.
Cada vez que te daban un premio, ya fuera en Zamora o Pamplona, me ped¨ªas que te llevara en coche, pero como en esos d¨ªas yo andaba tambi¨¦n de ac¨¢ para all¨¢, casi siempre me escaqueaba. Conducir 500 kil¨®metros contigo al lado, sin que dejaras de hablarme, ni siquiera cuando paraba a repostar, era una de las peores torturas. Sobre todo cuando me ped¨ªas que asintiera a todo lo que me contabas y repitiera contigo una y otra vez que tus fotos merec¨ªan m¨¢s premios de los que te daban.
Es verdad que hac¨ªas unas fotos estupendas. Ten¨ªas una mirada casi marciana. Ve¨ªas lo que todos vemos, pero t¨² consegu¨ªas que en tus fotos apareciera algo que nadie hab¨ªa percibido. Eso es lo que admiraba de ti. Por eso eras un artista. Y ten¨ªas bien merecidos todos los premios que te daban.
Pero siempre estabas solo. No era el ¨²nico que admiraba tu arte, pero en cuanto dabas la tabarra la gente tomaba las de Villadiego. Menos mal que ten¨ªas a tu perro, a las chicas de la cafeter¨ªa, tu c¨¢mara y tus viajes por Oriente.
Lo bueno de que no nos volvamos a ver y de que no te afecte ya el fr¨ªo ni el calor, ni nada de lo que hablen de ti, es que eso que dicen de que nunca pagabas las comidas, ni las cenas, ni los caf¨¦s, tambi¨¦n es cierto, pero eras muy generoso regalando aquellos libros tan caros que editaban las diputaciones, los Ayuntamientos y los museos con tus fotos.
Siempre hablar¨¦ bien de ti. Nunca hiciste mal a nadie. Muchas gracias por tus fotos y tu arte. Un abrazo.?
Jes¨²s Ordov¨¢s es autor de Bob Dylan (S¨ªlex Ediciones).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.