Alimentaci¨®n y sem¨¢ntica
UN POLLO DECAPITADO fuera de contexto es como el urinario de Duchamp. Podr¨ªa ser arte, signifique lo que signifique esta palabra, arte. A veces basta cambiar las cosas de sitio para producirlo. Pero resulta complicado. Lautr¨¦amont dec¨ªa que el surrealismo era el encuentro fortuito de una m¨¢quina de coser y un paraguas sobre una mesa de operaciones. Ahora bien, hay que darle un par de vueltas al asunto para que se te ocurra un bodeg¨®n tan pertinente. En todo caso, el pollo de la imagen produce cierta turbaci¨®n, no sabr¨ªamos decir si de orden est¨¦tico o antiest¨¦tico. Alguien lo ha colocado en el banquillo de un equipo de baloncesto, suponemos que para ofender al rival, como para se?alar que sus jugadores se mueven por el campo como un conjunto de pollos sin cabeza.
El significado es fundamental. Casi todas las acciones del ser humano lo tienen o procuran tenerlo. Pero con independencia del significado concreto que se le pretendiera dar el d¨ªa en el que se celebr¨® el encuentro, para usted y para m¨ª adquiere, al contemplarlo fuera de su lugar natural (la carnicer¨ªa), un sentido escatol¨®gico, un sentido final, un sentido, si me permiten la hip¨¦rbole, un poco apocal¨ªptico. Toda esa carnalidad desnuda, concentrada, yacente, ese color enfermizo de la piel, esas magulladuras o hematomas, nos llenan de piedad por el animal y por nosotros mismos. Me pregunto qu¨¦ fue del pobre pollo una vez cumplida su funci¨®n sem¨¢ntica. Tal vez el mismo que se la otorg¨® lo devolvi¨® luego a su papel alimenticio y se lo comi¨® en compa?¨ªa de su esposa e hijos. Dios nos ampare.
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