Personas no humanas
La defensa de los derechos de los animales se dilucida en los tribunales
Como en otros muchos ¨¢mbitos, Espa?a ha ido con retraso en la protecci¨®n de los animales de compa?¨ªa. Tard¨® casi tres d¨¦cadas en firmar el Convenio Europeo aprobado en Estrasburgo en 1987. Este texto viene a reconocer que el hombre est¨¢ en la obligaci¨®n moral de respetar a todas las criaturas vivas, teniendo presentes las especiales relaciones existentes con los animales dom¨¦sticos. En esta categor¨ªa entran aquellos que sean tenidos en la propia vivienda y que sirvan de ¡°esparcimiento¡±, a diferencia de los animales vagabundos (¡°todo aquel que carezca de hogar¡± y ¡°no est¨¦ bajo el control o la vigilancia directa de ning¨²n propietario o guardi¨¢n¡±). En sus primeros art¨ªculos, el convenio deja claro que nadie debe infligir innecesariamente dolor, sufrimiento o angustia a un animal de compa?¨ªa, que no debe ser abandonado y que los due?os son responsables de su salud y bienestar.
Espa?a se adhiri¨® a este convenio en 2015, el mismo a?o en el que un juzgado argentino dict¨® una sentencia sorprendente sobre una orangutana llamada Sandra, en la que se reconoc¨ªan sus derechos como ¡°persona no humana¡±, un caso del que ha dado cuenta El Pa¨ªs Semanal. Aunque no sea un animal de compa?¨ªa, el fallo consideraba al mono antropomorfo como ¡°sujeto de derecho¡± y ordenaba al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, propietario del zoo donde viv¨ªa la orangutana, que le garantizara ¡°las condiciones naturales del h¨¢bitat y las actividades necesarias para preservar sus habilidades cognitivas¡±. Tras la reclamaci¨®n efectuada en nombre de Sandra, se present¨® en Nueva York un caso de habeas corpus ¡ªque reconoce el derecho a no ser privado de libertad sin acusaci¨®n¡ª a favor de un chimpanc¨¦ llamado Tommy. Los defensores de estos animales no aspiran a equiparar a los seres humanos con otras especies, sino a que sean titulares de derechos, como lo son las empresas.
En Europa, no todas las mascotas tienen reconocidas las mismas garant¨ªas. Alemania, Francia o Portugal se acogieron a la reserva al Convenio Europeo que prohib¨ªa cortar la cola a los animales. Especialmente desamparados quedaron en Groenlandia e islas Feroe, territorios que Dinamarca dej¨® fuera del ¨¢mbito de aplicaci¨®n del convenio. Tampoco son especies dom¨¦sticas, pero ?llegar¨¢n alguna vez los calderones a ser personas no humanas y eludir as¨ª las cacer¨ªas ancestrales?
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