Psicolog¨ªa en el aeropuerto: por qu¨¦ unos viajeros llegan horas antes y otros, en el ¨²ltimo minuto
Con todos los incentivos que hay para estar a tiempo, ?c¨®mo es que hay personas que no son puntuales ni despu¨¦s de perder varios vuelos?
Pocas situaciones se prestan m¨¢s a la autoacr¨ªtica destructiva en un aeropuerto que llegar a la puerta de embarque segundos despu¨¦s del cierre. Da igual que el avi¨®n siga enganchado al finger, el acceso es ya infranqueable. El c¨®ctel de verg¨¹enza, sentimiento de culpa e irresponsabilidad aflora ante las miradas de superioridad de los otros pasajeros, quienes, dispuestos en filas, preparan su documentaci¨®n para acceder al avi¨®n, ellos s¨ª, a tiempo. Cuando la situaci¨®n no est¨¢ motivada por una causa de fuerza mayor, el escarmiento es a¨²n m¨¢s duro... y merecido. Aunque hay motivos para ser comprensivos con los impuntuales.
Nadie puede culparles de no querer estar demasiado tiempo en un aeropuerto, ya que antes de que a uno le dejen subirse a un tubo a 10.000 metros de altura, debe atravesar la realidad paralela de estas instalaciones, una experiencia marcada por colas, normas, b¨²squeda de informaci¨®n en pantallas que no se actualizan y avisos constantes por megafon¨ªa advirtiendo de la importancia de vigilar las pertenencias, porque los ladrones acechan. De hecho, todo ello genera tal ansiedad en algunas personas que las hace ser mucho m¨¢s que puntuales.
Cuatro horas antes hasta para un vuelo de 40 minutos
Cuando el vuelo est¨¢ programado a primera hora, muchos viajeros no pegar¨¢n ojo ante el riesgo de no o¨ªr el despertador y quedarse dormidos. Los "por si acaso" aumentan conforme se va pensando en situaciones como un atasco en la autopista o los trasbordos que requerir¨¢ el transporte p¨²blico; si el mostrador para el check in estar¨¢ hasta arriba o si tocar¨¢ hacerlo a trav¨¦s de una m¨¢quina incomprensible¡ Los motivos detr¨¢s de tanta intranquilidad: el montante del billete sigue siendo una cantidad lo suficientemente respetable como para no despreocuparse y las sucesivas colas y controles, que son exasperantes. Cuantos menos riesgos, mejor.
De entre todos los viajeros puntuales destaca un grupo que despierta comentarios frecuentes en redes sociales e hilos de Forocoches: los que se sit¨²an en la puerta antes de que se inicie el embarque. Una acci¨®n que tiene todo el sentido. Tal y como explican a BUENAVIDA desde la p¨¢gina web El Avionista, "en aviones de pasillo ¨²nico es probable que si embarcas el ¨²ltimo no haya espacio en el maletero para dejar tu mochila o maleta, as¨ª que tendr¨¢s que dejarla bajo el asiento y restar espacio, o llevarla a bodega". Eso s¨ª, la medida no parece que vaya a funcionar durante mucho tiempo, pues la tendencia de cobrar por el embarque para quienes quieran entrar los primeros,?iniciada por las compa?¨ªas low cost en cuyos aviones puedes sentirte como en casa, se est¨¢ generalizando en todas las aerol¨ªneas.
Y quien no se ve apremiado por un viaje en avi¨®n, cuenta con sanciones que incentivan la puntualidad: "En el billete aparece recogido que las puertas se cerrar¨¢n los minutos antes de la salida. En ese sentido el billete funciona como un contrato. A las aerol¨ªneas les puede perjudicar en el caso de que el pasajero hubiese facturado equipaje, por el tema log¨ªstico. El avi¨®n debe salir puntual para no perder su slot, que es el espacio temporal que se asigna para despegar. Y para las aerol¨ªneas la m¨¢xima clara: avi¨®n en tierra, avi¨®n que no hace dinero". Con todo, la idea de ocuparse hasta la extenuaci¨®n en los proleg¨®menos de un viaje a¨¦reo es absolutamente ajena a algunas personas que parecen inmunes a esta ansiedad, personas que en los casos m¨¢s graves, no parecen ser capaces de ser puntuales por muchos aviones, trenes y autobuses que hayan perdido. ?Qu¨¦ pasa por sus cabezas?
?Ser m¨¢s creativo te hace impuntual?
La tecnolog¨ªa rema a favor de los asiduos a la ¨²ltima llamada: desde aplicaciones como TRIPIT, que ayudan a organizarse a aquellos que desean pasar el menor tiempo posible de espera pendiente del monitor, a todo el sistema de check in en l¨ªnea, tarjetas de embarque electr¨®nicas... Lo pr¨®ximo, el embarque a trav¨¦s del reconocimiento facial, una tecnolog¨ªa que lo sabe todo y que la compa?¨ªa Air Europa est¨¢ probando en el aeropuerto de Menorca. Pero una cosa es aprovechar tu tiempo al m¨¢ximo y otra es llegar con el justo cuando todo el entorno te est¨¢ incentivando a llegar con un margen para imprevistos. Es una actitud tan curiosa que los psic¨®logos se han detenido a estudiarla.
Entre los investigadores metidos en la faena de desentra?ar lo que sucede en las mentes de estas personas figura el psic¨®logo de la Universidad del Estado de San Diego, en Estados Unidos, Jeffrey Conte. Seg¨²n sus trabajos, que solo marcan una l¨ªnea de investigaci¨®n y no deben tomarse como conclusiones generalizables, las personas multitarea son m¨¢s proclives a los retrasos y a llegar m¨¢s tarde al trabajo. En el caso del estudio, quienes se retrasaban no eran pasajeros que llegaban tarde a los aviones sino conductores de tren. Y elegir hacer varias cosas a la vez no es la ¨²nica caracter¨ªstica de la personalidad que Conte ha se?alado como causa probable de la propensi¨®n por alcanzar el l¨ªmite de los plazos de tiempo.
Seg¨²n un trabajo del investigador que vio la luz en la revista Journal of Applied Social Psychology, hay personas para las que, sencillamente, el tiempo pasa m¨¢s despacio. Su equipo dividi¨® a unos voluntarios en dos grupos seg¨²n dos tipos de personalidad, la tipo A, en la que la ambici¨®n y la competitividad eran notas dominantes, y la de tipo B, m¨¢s cercana a la creatividad y a la reflexividad. Luego midieron cu¨¢ndo pensaban que hab¨ªa pasado un minuto sin que tuvieran un reloj a mano, y anotaron que las personas con personalidad A deten¨ªan el cron¨®metro cuando hab¨ªan transcurrido 58 segundos, mientras que los del tipo B lo hicieron a los 77 segundos. Son 19 segundos de diferencia que, quiz¨¢, se acumulan hasta que el tiempo se les echa encima... Si las conclusiones de los experimentos se sostienen, lo m¨¢s probable es que la creatividad extra de las personas con personalidad tipo B no sea suficiente como para poder subir al avi¨®n cuando la puerta de embarque se ha cerrado.
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