La nueva carrera espacial a la Luna

En agosto de 1969, unos d¨ªas despu¨¦s de que el hombre pisase la Luna por primera vez, un ex oficial de las SS explicaba a un panel del Gobierno de EE UU c¨®mo llevar humanos a Marte en un tiempo r¨¦cord: exactamente en noviembre de 1982. El proyecto ser¨ªa una nueva victoria espacial frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica y permitir¨ªa responder una pregunta ¡°universal¡±: ?hay vida en otros lugares del Sistema Solar?

Aquel hombre se llamaba Wernher Von Braun y fue tomado muy en serio. ?l hab¨ªa dise?ado los cohetes supers¨®nicos V2 con los que la Alemania nazi incendi¨® Londres durante la II Guerra Mundial. Pocos d¨ªas despu¨¦s de que Hitler se suicidase en su b¨²nker del Reichstag, una operaci¨®n meticulosamente urdida por Von Braun permiti¨® que fuera detenido por tropas de EE UU junto a sus colaboradores m¨¢s estrechos. Los sovi¨¦ticos tambi¨¦n andaban tras ¨¦l, pues sab¨ªan que era una mente capaz de dar a cualquier pa¨ªs el dominio del espacio. Y as¨ª fue. Von Braun dise?¨® para EE UU el cohete m¨¢s potente jam¨¢s construido, el Saturn V, que llev¨® al hombre a la superficie de la Luna por primera vez en 20 julio de 1969, hace hoy 50 a?os.

Aquel agosto Von Braun fue escuchado, pero no le hicieron caso. EE UU ya hab¨ªa ganado la carrera espacial con el Apolo 11 y su inter¨¦s estrat¨¦gico en la exploraci¨®n espacial m¨¢s arriesgada fue decayendo ¡ªel programa Apolo se cancel¨® antes de tiempo y solo se lleg¨® al vuelo 17 cuando estaba previsto hasta el 20¡ª. La NASA deriv¨® hacia la construcci¨®n de una estaci¨®n espacial en la ¨®rbita terrestre, el desarrollo de una nave espacial reutilizable y la exploraci¨®n rob¨®tica de los planetas del Sistema Solar. Decepcionado, Von Braun dej¨® la NASA por la empresa privada. Muri¨® de c¨¢ncer en 1977. Sus planes inclu¨ªan una armada de cohetes con cabezas nucleares que se ensamblar¨ªan en la ¨®rbita terrestre antes de salir hacia Marte, una configuraci¨®n de viaje capaz de generar gravedad propia y evitar los efectos de la ingravidez en los astronautas, y un m¨®dulo de aterrizaje y exploraci¨®n. Si se hubiesen llevado a cabo, los humanos podr¨ªan haber pisado Marte el mismo a?o que Steven Spielberg estrenaba E. T. el Extraterrestre.

La historia de Von Braun viene a cuento porque muestra que la exploraci¨®n humana de otros mundos en el Sistema Solar es cuesti¨®n de prioridades pol¨ªticas y porque, de nuevo, la conquista de la Luna vuelve a estar en boga. El Gobierno de Donald Trump ha asegurado que EE UU va a poner un humano sobre la Luna en 2024, un tiempo r¨¦cord teniendo en cuenta que a¨²n no est¨¢n listos ni el cohete que debe llevar all¨¢ a los astronautas, ni la c¨¢psula que debe transportarlos.

¡°Claramente tenemos que ir muy r¨¢pido¡±, explica Toni Carro, representante de la NASA en Espa?a. ¡°El objetivo es llevar a una mujer y un hombre a la superficie de la Luna en 2024 y construir una estaci¨®n espacial lunar en 2028. Los primeros lanzamientos de prueba comenzar¨¢n el pr¨®ximo a?o y en 2022 haremos el primer viaje tripulado, pero solo para orbitar la Luna y regresar¡±, explica. ¡°En realidad todo esto es parte del camino hacia Marte. Vamos a la la Luna para ganar experiencia con empresas privadas y socios internacionales en vuelos de larga duraci¨®n y para desarrollar protecci¨®n adecuada a la radiaci¨®n para los astronautas. Si todo va bien llegaremos a Marte en los a?os 30 de este siglo¡±, a?ade Carro.

El administrador de la NASA Jim Bridestine cifr¨® el coste de este proyecto en unos 25.000 millones de d¨®lares la semana pasada en declaraciones a la CNN. Es lo que cost¨® en su d¨ªa el programa Apolo en los 60 y 70, aunque esa cantidad equivale a unos 150.000 millones en dinero actual.

El nuevo impulso lunar de EE UU llega poco despu¨¦s de que China haya ense?ado m¨²sculo. El 3 de enero este pa¨ªs anunci¨® que hab¨ªa conseguido aterrizar en la cara oculta de la Luna. La misi¨®n Chang¡¯e 4 hab¨ªa llevado con ¨¦xito un m¨®dulo orbital y un m¨®dulo de aterrizaje que se pos¨® en el cr¨¢ter Von K¨¢rm¨¢n, de 186 kil¨®metros de di¨¢metro, y que a su vez est¨¢ dentro de la cuenca Aitken, uno de los cr¨¢teres de impacto m¨¢s grandes del sistema solar, con m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de di¨¢metro. Es la primera nave humana que consigue hacer algo as¨ª. China ya planea nuevas expediciones rob¨®ticas al sat¨¦lite para traer de vuelta tierra lunar.

¡°No teng¨¢is dudas, estamos en una nueva carrera espacial igual que en los 60, y esta vez las apuestas son incluso mayores¡±, dijo en marzo Mike Pence, vicepresidente de EE UU, quien alert¨® de las intenciones de China de convertirse en una naci¨®n dominante en el espacio. La realidad es mucho m¨¢s gris de lo que plantea el pol¨ªtico republicano, pues ni China parece estar preparada para rivalizar con las potencias espaciales tradicionales, ni existen unos bloques pol¨ªticos tan bien definidos como en la Guerra Fr¨ªa capaces de impulsar una competici¨®n real.

¡°Supongo que una nueva carrera espacial ser¨ªa posible, pero lo veo muy improbable¡±, opina Casey Dreier, experto en el programa espacial chino de la Sociedad Planetaria, fundada en 1980 por Carl Sagan. Dreier explica que China est¨¢ a¨²n bastante rezagada en tecnolog¨ªa y capacidad para llevar humanos a la Luna. Aunque esa brecha se ir¨¢ cerrando en las pr¨®ximas d¨¦cadas, parece que al pa¨ªs asi¨¢tico no le interesa tanto competir con EE UU como proseguir con sus propios planes, que son construir una estaci¨®n espacial en la ¨®rbita terrestre y, en todo caso, llegar a la Luna no antes de la d¨¦cada de los a?os 30 de este siglo, seg¨²n Dreier, cuando en teor¨ªa EE UU estar¨ªa ya llegando a Marte.

Europa va de la mano de EE UU en el proyecto de la base lunar, junto a Rusia, Canad¨¢ y Jap¨®n. Cuanto mayor sea la participaci¨®n europea en el nuevo plan de EE UU, m¨¢s oportunidades tendr¨¢ Europa de llevar astronautas propios primero a la base lunar y luego a la superficie del sat¨¦lite. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha fabricado el m¨®dulo de servicio de la c¨¢psula Orion que llevar¨¢ astronautas a la Luna. Empresas europeas, incluidas algunas espa?olas, est¨¢n desarrollando componentes de la futura estaci¨®n lunar. Adem¨¢s la ESA lidera el proyecto Heracles para construir una especie de montacargas espacial entre la estaci¨®n orbital y la superficie de la Luna en el que tambi¨¦n participan Jap¨®n y Canad¨¢. La agencia europea tambi¨¦n estudia c¨®mo extraer agua y ox¨ªgeno en la Luna.

"La luna contiene adem¨¢s minerales como titanio, hierro o aluminio y una presencia abundante de Helio-3 proveniente del viento solar", explica Javier Ventura-Traveset, portavoz de la ESA en Espa?a. "Este is¨®topo ligero, seg¨²n indican algunos expertos en fusi¨®n nuclear, podr¨ªa potencialmente convertirse en un combustible ideal no contaminante. Adem¨¢s, esta misma semana hemos terminado un acuerdo con la NASA confirmando que adem¨¢s de participar en las misiones Artemis 1 y Artemis 2 de acceso a la ¨®rbita lunar, Europa participar¨¢ tambi¨¦n en la misi¨®n Artemis 3 en 2024", resalta.

Todos estos proyectos son pasos hacia la llamada ¡°aldea lunar¡±, un concepto impulsado por el actual director general de la ESA, Jan Woerner, para desarrollar una base lunar basada en la cooperaci¨®n internacional. Europa no tiene problemas en colaborar con China en proyectos espaciales y de hecho los astronautas europeos estudian chino, un idioma que puede ser fundamental para poder entrar en la futura estaci¨®n espacial que este pa¨ªs planea instalar en la ¨®rbita terrestre.

El nuevo contendiente en esta carrera es India, que quiere convertirse en el cuarto pa¨ªs que aterriza con ¨¦xito en la Luna. La misi¨®n Chandrayaan 2 de este pa¨ªs marcar¨¢ un hito al intentar enviar un m¨®dulo orbital al sat¨¦lite del que se desprender¨¢ un m¨®dulo de aterrizaje que se posar¨¢ en una llanura entre dos cr¨¢teres del polo sur. El proyecto incluye un peque?o robot de exploraci¨®n de 27 kilos capaz de recorrer unos 500 metros y que estar¨¢ operativo durante unos 14 d¨ªas. Tras un fallo t¨¦cnico que impidi¨® lanzarla en fecha, la Agencia India de Investigaci¨®n Espacial tiene previsto el despegue para el lunes a las 11:43 de la ma?ana, hora peninsular.