¡°Toda mi basura de un a?o cabe en este bote¡±
Historia de una familia que ha vivido 11 a?os sin producir residuos
Toda la basura que la familia de Bea Johnson produce en un a?o cabe en un frasco de cristal del tama?o de un pu?o. Los Johnson sol¨ªan ser una familia media norteamericana ¡ªde las que generan m¨¢s de dos toneladas de basura cada a?o¡ª, pero ahora los desechos anuales de sus cuatro miembros pesan menos de un kilo. En lo que va de 2019 solo han acumulado algunas pegatinas de fruta, un pedazo de cinta aislante que uno de los hijos trajo a casa pegada en un zapato y las etiquetas de una compra de ropa. Todo lo dem¨¢s lo han reutilizado o compostado (es decir, lo han convertido en abono org¨¢nico). En su casa de California conservan 11 frascos, uno por cada a?o desde que viven sin ocasionar residuos. ¡°Esto es un estilo de vida, no una llamada a la acci¨®n ecologista¡±, afirma Bea Johnson, de 45 a?os, pionera del movimiento residuos cero. ¡°Lo que predico, realmente, no es el reciclaje. Es no tener que llegar a ¨¦l¡±.
Bea Johnson naci¨® en Besan?on (Francia) en 1974 y se mud¨® a Estados Unidos al cumplir los 18 a?os para ser ni?era. En su libro Residuo cero en casa, publicado en 2013, cuenta c¨®mo una familia tipo estadounidense aprendi¨® a vivir sin producir basura. Se ha traducido a 26 idiomas, ha generado una comunidad de dos millones de personas en redes sociales y la ha elevado al estatus de gur¨² que predica su mensaje alrededor del mundo.
En conversaci¨®n por Skype cuenta la dificultad de la transici¨®n, pero ella y su familia han encontrado, poco a poco, un equilibrio que funciona. Todav¨ªa, por ejemplo, compran papel higi¨¦nico. Pero se lo encargan a un vendedor al por mayor que trae los rollos empaquetados en papel, y no en pl¨¢stico. Johnson quema almendras para hacer maquillaje, sabe que tanto la pelusa de la secadora como las u?as son compostables y solo utiliza agua y vinagre para limpiar su casa. Tambi¨¦n asume que no es necesario aceptar ese bol¨ªgrafo que le regalan cada vez que asiste a una conferencia, y se arriesga a regalar frutas a los ni?os que van a pedir caramelos a su puerta en la noche de Halloween.
Para Johnson, el secreto son cinco pasos: rechazar lo que no necesita; reducir lo inevitable; emplear sustitutos para los pl¨¢sticos de un solo uso; reciclar lo que no se puede rechazar, reducir o reutilizar; y compostar todo lo dem¨¢s.
Su familia usa pa?uelos que lavan semanalmente, convierte las s¨¢banas viejas en bolsas para comprar pan y revende todos sus aparatos electr¨®nicos. Incluso su regla pasa de la copa menstrual a fertilizar las plantas de interior. Para Johnson el cambio m¨¢s radical fue darse cuenta de que ¡°es mejor hacer que tener¡±. Sus dos hijos, de 17 y 19 a?os, han vivido m¨¢s de la mitad de su existencia sin residuos y no est¨¢n acostumbrados a los regalos f¨ªsicos; prefieren volar en parapente o hacer paracaidismo por sus cumplea?os.
Los Johnson no tienen papeleras, ni siquiera en el ba?o. ¡°Toda mi basura de un a?o cabe en un bote¡±, subraya ella. Y no todo lo que contienen es suyo. ¡°En diez a?os nos cayeron dos globos de cumplea?os en el jard¨ªn. El primero era de aluminio y se lo devolvimos a la empresa productora. Pero el segundo, de l¨¢tex con su cuerda, termin¨® en el bote". Johnson tambi¨¦n recuerda una fiesta donde una mujer tir¨® un tamp¨®n por el inodoro al no encontrar una papelera. ¡°Se qued¨® flotando. Mi marido tuvo que pescarlo y tuvimos que guardarlo en el frasco de ese a?o¡±.
Para Johnson, Residuo Cero no tiene nada que ver con la pol¨ªtica. "Es m¨¢s efectivo decirle a la gente que puede ahorrar dinero, tiempo y mejorar su salud si evita generar residuos que exponer los abrumadores datos del ecologismo", sostiene. Pero afirma que comprar es votar: "Cada vez que compramos envoltorios de pl¨¢stico estamos pidiendo que se produzcan m¨¢s".
Acostumbrada a comprar con sus propios envases, utilizar una sola barra de jab¨®n para todo su aseo personal e incapaz de aceptar regalos superfluos, Johnson solo admite una debilidad: ¡°Los recuerdos¡±. Conserva un dibujo que uno de sus hijos hizo a los tres a?os y la manta del otro de cuando era un beb¨¦. ¡°Los padres les damos mucho valor a esas cosas¡±, reflexiona. ¡°Siempre me pareci¨® interesante que tengamos tan arraigada la necesidad de acumular objetos y traspasarlos a quienes nos suceden. A m¨ª me encantar¨ªa, al morir, no dejar nada m¨¢s que la ropa que lleve puesta¡±.
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