Ocho consecuencias de evitar que nuestros hijos tomen decisiones
Baja autoestima, inseguridad y desconfianza en el criterio propio son habituales en los ni?os a los que no se deja tomar decisiones que corresponden a su edad
Los ni?os nacen totalmente dependientes de sus progenitores, pero a partir de los dos a?os, comienzan a desarrollar su personalidad y surgen las primeras negativas frente a las propuestas de los adultos, ya que el ni?o inicia el desarrollo de su capacidad de decidir por s¨ª mismo. ¡°A medida que el ni?o crece, perfila sus gustos, intereses, opiniones y pensamientos propios. Se trata de un proceso crucial para el desarrollo de su autonom¨ªa y de la constituci¨®n de su identidad personal. Por ello, es imprescindible que los padres apoyen que sus hijos aprendan a decidir de manera progresiva y no se dejen llevar ¨²nicamente por lo que ellos desean para los ni?os, sin tener en cuenta si eso es lo que, verdaderamente, necesita el peque?o , o si choca frontalmente con sus deseos o intereses. Las expectativas muy r¨ªgidas o exigentes acerca de lo que esperamos que sean o alcancen nuestros hijos pueden provocar que decidamos por ellos, sin darnos cuenta de que lo perjudicial que puede resultar¡±, explica Carla Valverde, psic¨®loga cl¨ªnica infanto-juvenil del Centro de Salud Mental de Alcobendas.
El equilibrio entre ofrecer libertad de decisi¨®n al ni?o y poner l¨ªmites razonables con cuestiones que solo deciden los progenitores resulta clave para que los peque?os avancen con pie firme hacia su madurez. ¡°El ni?o no puede decidirlo todo por s¨ª mismo. Algunos padres consultan a sus hijos todas las decisiones a tomar, y esto no es recomendable. Los ni?os tienen que aprender que no siempre puede ser lo que ellos elijan. De esta forma, desarrollan frustraci¨®n frente a la tolerancia que genera un no a determinadas peticiones de los peque?os, porque resultan perjudiciales o suponen un riesgo para el ni?o, como en el caso de que con 4 a?os quiera utilizar solo un cuchillo en la cocina. Seg¨²n su edad, los ni?os pueden decidir sobre ciertas cuestiones, como qu¨¦ actividad extraescolar prefieren y no sobre otras, como ir solos al cole con 5 a?os¡±, explica la psic¨®loga, Carla Valverde, que enumera las consecuencias de no ofrecer a nuestros hijos la posibilidad de tomar las decisiones que corresponden seg¨²n su edad:
1-Dificultad para tomar decisiones por uno mismo, que se mantendr¨¢n cuando el ni?o sea un adulto y tenga que realizar elecciones importantes para s¨ª mismo.
2- Sentimientos de inseguridad. No confiar en el propio criterio.
3- Dependencia excesiva del adulto a la hora de decidir. El ni?o que no tiene entrenada la capacidad de elecci¨®n carece de determinaci¨®n e iniciativa propia.
4- Tendencia a la inhibici¨®n o a doblegarse ante los deseos o intenciones de otras personas, por lo que ser¨¢ excesivamente complaciente.
5-El ni?o se puede sentir anulado y pensar que lo que siente, quiere o desea no es v¨¢lido y nunca se tiene en cuenta.
6-Dificultad para oponerse ante los deseos de otras personas, lo que implica el riesgo, sobre todo en la adolescencia, de no saber negarse a presiones sociales, como en el caso del consumo de alcohol o drogas.
7-Disminuci¨®n de la autoestima y de los sentimientos de val¨ªa personal.
8-Desarrollo de sentimientos de enfado y resentimiento hacia las personas que tratan de imponer un criterio diferente del suyo.
Tomar decisiones es un h¨¢bito que se aprende a base de hacerlo. Los ni?os necesitan su proceso de entrenamiento y aprendizaje al respecto, pero ?c¨®mo podemos ayudarles para que los consigan desde casa? Gema Jos¨¦ Moreno, psic¨®loga infanto-juvenil, apunta las siguientes pautas:
-Ser un ejemplo de respeto de la libertad del criterio de otras personas, independientemente de su edad, aunque la opini¨®n de los progenitores no coincida con la del ni?o.
-Ense?ar los pros y contras de cada opci¨®n a elegir y dejar que sea el ni?o quien decida.
-Ense?ar a valorar y sopesar antes de tomar una decisi¨®n, as¨ª como a asumir las consecuencias de los errores, de los que tambi¨¦n se aprende.
-Equivocarse es normal, as¨ª que conviene evitar juzgar la elecci¨®n del ni?o y ayudarle a asumir la frustraci¨®n que conlleva.
-En el proceso de aprendizaje de la toma de decisiones, la ansiedad puede bloquear al ni?o y convertir la elecci¨®n en un problema que genera sentimientos de angustia. Por ello, conviene ense?ar al ni?o que tiene la libertad de compartir esas emociones, sin que ello implique delegar la responsabilidad de la elecci¨®n en otra persona.
-Educar a los hijos en libertad para que elijan, se equivoquen, sean consecuentes con sus actos y experimenten emociones que, aunque sean dolorosas, forman parte del proceso de aprendizaje en la toma de decisiones, que convertir¨¢n al ni?o en una persona independiente y feliz.
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