Gestaci¨®n y alcohol, nunca
Y si sabemos todo esto, ?por qu¨¦ a veces no se considera tan peligroso tomar una copa de vino durante la gestaci¨®n como fumar un cigarrillo o realizar una radiograf¨ªa?
Todo el mundo tiene claro que durante el embarazo hay que intentar evitar completamente la exposici¨®n al tabaco, a f¨¢rmacos potencialmente t¨®xicos o a los rayos X, por dar algunos ejemplos. De hecho, nos asustar¨ªamos mucho si alguien dijera: ¡°no pasa nada por fumar un cigarrillo al d¨ªa aunque est¨¦s embarazada¡±. Pero con el alcohol, sorprendentemente, no est¨¢ tan claro. Y llegamos hasta el punto de que Emily Oster, economista estadounidense y autora de varios libros sobre el embarazo y crianza, no ha tenido reparo en afirmar que ¡°es bastante seguro beber una copa de vino al d¨ªa desde el segundo trimestre¡±. Tras el revuelo generado por el art¨ªculo que recog¨ªa estas pol¨¦micas opiniones y la posterior aclaraci¨®n afirmando que el ¨²nico consumo seguro de alcohol durante el embarazo es cero, probablemente merezca la pena analizar el origen de la controversia.
En primer lugar, no hay ninguna duda desde el punto de vista cient¨ªfico de que el alcohol es un terat¨®geno, palabra derivada del griego t¨¦ratos (monstruo) y que describe a cualquier sustancia capaz de alterar el desarrollo normal del embri¨®n o del feto y producir malformaciones en el reci¨¦n nacido. Y el alcohol es terat¨®geno porque su consumo durante la gestaci¨®n se asocia con un mayor riesgo de aborto, de bajo peso del beb¨¦ al nacer y de da?os en diversos ¨®rganos, lo que conocemos de forma gen¨¦rica como trastornos del espectro alcoh¨®lico fetal (TEAF). Los TEAF son mucho m¨¢s frecuentes de lo que se cree y se estima que padecen un TEAF al menos un 2% de los reci¨¦n nacidos en Europa, cifra que es m¨¢s alta en los pa¨ªses del conocido como ¡°cintur¨®n del vodka¡± (Rusia y pa¨ªses de Europa del este). Su forma m¨¢s grave es el s¨ªndrome alcoh¨®lico fetal, asociado con retraso mental y del crecimiento, as¨ª como malformaciones en el coraz¨®n, los huesos o el sistema nervioso. A mayor cantidad de alcohol consumido por la madre, mayor es el da?o, pero incluso dosis bajas de alcohol pueden producir malformaciones m¨¢s leves, como el labio leporino, o favorecer la aparici¨®n de trastornos conductuales o cognitivos (hiperactividad o alteraciones del aprendizaje, entre otros). El alcohol atraviesa f¨¢cilmente la placenta y el feto tarda mucho en eliminarlo, de forma que ¡°lo que bebe la madre, lo bebe el feto¡±. Por tanto, no existe en modo alguno una dosis segura de alcohol durante el embarazo y la recomendaci¨®n de todas las instituciones y sociedades cient¨ªficas es clara y un¨¢nime: la ¨²nica cantidad recomendada de bebidas alcoh¨®licas durante el embarazo es cero. Aqu¨ª es importante recordar que la cerveza sin, e incluso la ¡°0,0¡±, tienen todav¨ªa un poco de alcohol, igual que lo pueden contener productos de reposter¨ªa o fermentados como el k¨¦fir.
Y si sabemos todo esto, ?por qu¨¦ a veces no se considera tan peligroso tomar una copa de vino durante el embarazo como fumar un cigarrillo o realizar una radiograf¨ªa? En primer lugar, porque est¨¢ muy arraigada la falsa creencia de que una copa de vino o una cerveza pueden tener efectos beneficiosos sobre la salud, y es sencillo ¡°extender esta idea¡± al embarazo. Es muy f¨¢cil tambi¨¦n creer lo que encaja con nuestros gustos o estilo de vida. Adem¨¢s, el consumo de cantidades muy bajas de alcohol (p. ej., una cerveza a la semana) tiene, afortunadamente, un riesgo tambi¨¦n muy bajo de provocar alteraciones en el beb¨¦. De hecho, la peligrosa afirmaci¨®n de que ¡°por un poco de alcohol no pasa nada¡± se origina en parte porque algunos estudios no han encontrado alteraciones en reci¨¦n nacidos expuestos a peque?as cantidades de alcohol. Pero ser¨ªa un error grave afirmar que estos estudios demuestran que el consumo de alcohol en el embarazo es seguro a bajas dosis. Lo que demuestran estos estudios es que una peque?a cantidad de alcohol puede no producir da?o, o que este da?o sea tan leve que no es detectable, pero no demuestran que su consumo sea seguro. Esta informaci¨®n es ¨²til, por ejemplo, para poder tranquilizar a la madre que ha consumido peque?as cantidades de alcohol, incluso inadvertidamente o por desconocimiento, y de esta forma reducir la ansiedad generada por las preocupaciones sobre la salud del beb¨¦.
Pero no podemos equivocarnos en este punto: un riesgo bajo significa que existe riesgo, y las consecuencias son potencialmente graves e irreversibles. Sabemos a ciencia cierta que el alcohol es terat¨®geno, que hay estudios que s¨ª han encontrado alteraciones tras el consumo de dosis bajas, que cada beb¨¦ tiene una susceptibilidad diferente al da?o, y que los efectos pueden ser dif¨ªciles de detectar. Por tanto, la ¨²nica recomendaci¨®n posible, como hemos mencionado, es no tomar alcohol durante el embarazo.
Los paralelismos con los ejemplos que hemos comentado inicialmente son evidentes. Realizar una radiograf¨ªa puntualmente durante el embarazo tiene tambi¨¦n un riesgo muy bajo de provocar malformaciones, pero ninguna embarazada se someter¨ªa a esta prueba salvo que fuera estrictamente necesario y siempre con todas las precauciones posibles. ?Por qu¨¦ no se sigue de forma universal este principio b¨¢sico de precauci¨®n con el alcohol?. Somos tambi¨¦n muy cautos, y por buenos motivos, con el uso de f¨¢rmacos potencialmente terat¨®genos y ninguna embarazada los tomar¨ªa salvo en circunstancias especiales y bajo vigilancia m¨¦dica. La misma actitud deber¨ªamos tomar en buena l¨®gica en el caso del alcohol, terat¨®geno conocido.
Para conseguir que se aplique esta recomendaci¨®n, es clave en primer lugar que no se entienda como una limitaci¨®n de la autonom¨ªa de la madre sino como una recomendaci¨®n sanitaria clara de acuerdo a la evidencia cient¨ªfica. Es fundamental tambi¨¦n que tanto la embarazada como su entorno familiar y social dispongan de esta informaci¨®n, y pueda as¨ª reducirse esa sensaci¨®n de ausencia de riesgo que lleva al ¡°por una copa no pasa nada¡±. Tenemos que ser conscientes de que la recomendaci¨®n de no beber nada de alcohol durante el embarazo es tan clara como la de no fumar o no realizar radiograf¨ªas. Los TEAF son potencialmente muy graves y son 100% prevenibles evitando el consumo de bebidas alcoh¨®licas. Hagamos todo lo posible para que as¨ª sea.
Miguel Marcos Mart¨ªn. Especialista en medicina interna del Hospital Universitario de Salamanca y profesor de la Universidad de Salamanca. Miembro del grupo de trabajo de Alcohol y Alcoholismo de la Sociedad Espa?ola de Medicina Interna e investigador del IBSAL y de la Red de Trastornos Adictivos del Instituto de Salud Carlos III.
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