?T¨² tambi¨¦n has renunciado a sitios que te gustaban para evitar que te hablara gente que siempre estaba all¨ª?

Estaba yo esta ma?ana tomando un caf¨¦ en un bar de mi barrio. Dormir fatal me est¨¢ creando nuevas necesidades. No solo es que requiera una cama o un rinc¨®n oscuro y algo ventilado en cualquier momento del d¨ªa, sino que como el sue?o no se recupera ¨Ces como los rescates bancarios¨C, debo llenar bastantes m¨¢s horas cada jornada.

Entonces, bueno, pues por las ma?anas me tomo un caf¨¦ en un bar en el que ponen Espejo p¨²blico, que es la mejor forma de decirle a la clientela que su d¨ªa solo puede mejorar. De ah¨ª ya salgo con media hora gastada. Hoy me tom¨¦ el caf¨¦ con hielo al lado de tres parroquianos que se llaman los unos a los otros por sus nombres, algo que no me ha sucedido casi nunca en casi ning¨²n bar. Y no ser¨¢ porque no haya ido yo a bares. Entre ellos han empezado a comentar cosas de esas de pol¨ªtica espa?ola. Han departido en unos t¨¦rminos que me han hecho sospechar algo terrible: esta gente se cita fuera del bar. Igual organizan cenas, o salen en bicicleta, o van a la Sierra, o a saber qu¨¦ guarradas hacen.

Al salir, me he acordado de aquella amiga que se mud¨® a Dinamarca y, al tercer d¨ªa, le dijo a una compa?era de trabajo si le apetec¨ªa salir a tomar algo. Esta le respondi¨® que no, gracias, ya ten¨ªa muchos amigos y no pod¨ªa adoptar nuevos, pues no se ve¨ªa con tiempo para atenderles. Mi amiga se sinti¨® como un Pok¨¦mon. A m¨ª, la danesa me pareci¨® heroica. Desde entonces, siempre he querido darle a alguien la respuesta que ella regal¨®. Pero no se ha dado el caso ¨Cno voy a detenerme en este detalle, si me lo permite¨C y, para qu¨¦ enga?arnos, tampoco tengo suficiente personalidad como para responder eso a nadie. A m¨ª, me llama Hitler cont¨¢ndome que se le cae la casa encima y me pillo un taxi a Pozuelo con una botella de an¨ªs y una caja de manolitos a hacerle compa?¨ªa. Si me lo pide, hasta le cuento alg¨²n chiste de jud¨ªos. Soy un bienqueda, incluso con dictadores y genocidas.

Unos sostienen que es bueno porque socializar siempre es bueno. Discrepo. Nada es bueno siempre. Ni siquiera Messi o la pizza. Otros, m¨¢s pragm¨¢ticos, lo encuentran positivo porque en el bar te pueden recoger los paquetes de Amazon

?Cu¨¢ntas veces debes ir a un bar para que alguien te pregunte, o peor, te diga su nombre? Y sobre todo: ?es eso bueno? Yo he renunciado a sitios que me gustaban mucho solo para evitar que me hablara gente que siempre estaba all¨ª y a la que prefer¨ª ahorrarles el disgusto de comunicarles que no iba al bar para verles, sino para tomarme una cerveza pensando en c¨®mo odio el mundo, ellos incluidos. He tenido esta discusi¨®n con varios conocidos.

Unos sostienen que es bueno porque socializar siempre es bueno. Discrepo. Nada es bueno siempre. Ni siquiera Messi o la pizza. Otros, m¨¢s pragm¨¢ticos, lo encuentran positivo porque en el bar te pueden recoger los paquetes de Amazon y les puedes dejar las llaves cuando tu madre viene de visita. Yo ya tengo un portero en mi finca que me ayuda con eso, aunque debo confesar que tard¨¦ un a?o en preguntarle su nombre, otro en que me diera su tel¨¦fono y otro m¨¢s en cambiar el nombre de su contacto en mi agenda por el correcto. ?l sabe el m¨ªo gracias a Discogs. Claudio (antes conocido como Julio) y yo nos conocimos as¨ª. A pesar de los desajustes iniciales, hoy creo que lo nuestro va viento en popa.

La semana pasada me avis¨® de que acababa de fregar el suelo de la entrada, ya no con gesto de fastidio, sino preocupado sinceramente (s¨ª, sinceramente) por mi bienestar, no fuera yo a resbalar. Eso s¨ª, al d¨ªa siguiente, envalentonado, al entrar por el portal me fui directo a su garita y le coment¨¦ que hac¨ªa un calor horrible y tal. Me mir¨® y guard¨® silencio. Parec¨ªa que quer¨ªa ahorrarme el disgusto de tener que decirme que estaba en la garita porque no le quedaba m¨¢s remedio, no para charlar conmigo, sino para sentarse en silencio y odiar el mundo y a todos los vecinos con Amazon Premium.