?xito sanitario

Espa?a puede ser el segundo pa¨ªs del mundo, despu¨¦s de Islandia, en erradicar dentro de cinco a?os una de las enfermedades m¨¢s graves e insidiosas: la hepatitis C. De los diferentes virus que causan hepatitis, el C es el peor porque es silencioso y en un porcentaje elevado de casos la lesi¨®n que provoca en el h¨ªgado deriva en cirrosis o c¨¢ncer con una tasa de mortalidad elevada. Esta es una historia de ¨¦xito que hay que celebrar porque en ella se combina un progreso m¨¦dico indiscutible y la existencia de un sistema sanitario p¨²blico, universal y gratuito, que garantiza el acceso equitativo de toda la poblaci¨®n a los beneficios de las nuevas terapias. El medicamento supone un antes y un despu¨¦s en el tratamiento de esta patolog¨ªa, pues permite la curaci¨®n del 97% de los infectados con un periodo de tratamiento corto y sin efectos secundarios.

Con un coste relativamente moderado ¡ª2.500 millones de euros¡ª, el Plan Nacional contra la Hepatitis que se inici¨® en 2015 ha permitido tratar a 130.000 afectados. Al principio, el elevado coste del nuevo f¨¢rmaco oblig¨® a priorizar a los enfermos en estadios m¨¢s avanzados, pero desde 2017 se administra a todos los diagnosticados. Se estima que hay unas 60.000 personas que desconocen que est¨¢n infectadas porque el virus no da s¨ªntomas en las fases iniciales.

La existencia de un sistema nacional de salud permite en estos casos negociar e imponer, si las pretensiones son desorbitadas, un precio razonable para la incorporaci¨®n de las nuevas terapias. La gran industria farmac¨¦utica intenta imponer elevados precios para poder amortizar en poco tiempo los costes de la investigaci¨®n, pero esta pretensi¨®n debe ser modulada, como ha ocurrido en este caso, por el inter¨¦s com¨²n. La terapia sali¨® a un precio de m¨¢s de 60.000 euros por tratamiento, pero las autoridades sanitarias lograron rebajarlo a 7.000 y 10.000 euros. Lo sucedido con la hepatitis C pone de manifiesto las bondades de un modelo sanitario universal sostenido con fondos p¨²blicos: no solo garantiza justicia y equidad en el acceso a los nuevos medicamentos, sino que, cuando puede aplicar una compra estrat¨¦gica, permite afrontar estas mejoras a costes razonables.

Dentro de cinco a?os, la hepatitis C puede estar controlada en Espa?a gracias a esta combinaci¨®n virtuosa. La incorporaci¨®n de nuevas terapias, con eficacia demostrada, debe ser contemplada no solo como un imperativo ¨¦tico y de justicia social, sino tambi¨¦n como una inversi¨®n productiva. Como se ha visto en este caso, permite salvar vidas y hacerlo adem¨¢s a un coste muy inferior al que supondr¨ªan los tratamientos del c¨¢ncer de h¨ªgado o la cirrosis antes de perderlas. Los logros obtenidos frente a la hepatitis C demuestran, una vez m¨¢s, la importancia de preservar y fortalecer el sistema sanitario p¨²blico.