Coincidencias retroactivas
Algunas coincidencias asombrosas no lo son tanto si tenemos en cuenta la enorme cantidad de sucesos que se repiten continuamente
Como vimos la semana pasada, la velocidad de rotaci¨®n de la Luna ha ido disminuyendo hasta estabilizarse en una situaci¨®n de ¡°acoplamiento gravitacional¡± en la que siempre nos muestra la misma cara. Pero la velocidad de rotaci¨®n de la Tierra tambi¨¦n disminuye, aunque a un ritmo muy lento (los d¨ªas se vuelven un segundo m¨¢s largos cada cincuenta mil a?os), a causa del rozamiento de la masa oce¨¢nica con el manto terrestre, vinculado a su vez a las mareas provocadas por la Luna. Y al disminuir la velocidad de rotaci¨®n de la Tierra, aumenta la velocidad de traslaci¨®n de la Luna, lo que hace que se aleje a un ritmo de 3,78 cent¨ªmetros por a?o.
?Se alejar¨¢ la Luna indefinidamente hasta desaparecer en la lejan¨ªa? No: cuando el acoplamiento gravitacional Tierra-Luna sea total y el d¨ªa terrestre sea igual al ciclo lunar (con lo que la Tierra tambi¨¦n mostrar¨¢ siempre la misma cara a la Luna), la situaci¨®n se estabilizar¨¢. Aunque no habr¨ªa que hablar en futuro sino en potencial, pues este proceso es tan lento que el Sol, en su agon¨ªa, engullir¨¢ a la Tierra y a su sat¨¦lite mucho antes de que esto ocurra.
La ¡°peque?a trampa¡± de la f¨®rmula que da la velocidad que alcanza un objeto al caer desde una altura h: v = ¡Ì2gh, es que en ella se considera que g es constante, cuando en realidad var¨ªa con la altura. Cuando h es muy peque?a en relaci¨®n con el radio del astro en el que tiene lugar la ca¨ªda, como en el caso de la Tierra y una altura a escala humana, la variaci¨®n de g es insignificante; pero en el caso hipot¨¦tico planteado la semana pasada (si toda la masa de un astro se concentrara en su centro -valga la redundancia- y un objeto cayera desde su superficie), g aumentar¨ªa notablemente a medida que el objeto se acercara al centro: no ser¨ªa un movimiento uniformemente acelerado, sino aceleradamente acelerado.
El hecho de que la Luna se aleje de la Tierra al mismo ritmo que nos crecen las u?as a los humanos, es una t¨ªpica ¡°coincidencia retroactiva¡±: a nuestro alrededor tienen lugar numerosos procesos de crecimiento lento, por lo que no es extra?o que alguno de ellos coincida en velocidad con el alejamiento de nuestro sat¨¦lite. Es muy f¨¢cil encontrar a posteriori este tipo de coincidencias, pues, como ya se?al¨® Arist¨®teles, continuamente suceden tantas cosas, que es sumamente probable que suceda algo sumamente improbable. El consabido t¨®pico de que todos tenemos al menos un doble f¨ªsicamente muy parecido deja de ser asombroso si tenemos en cuenta que hay unos 7.500 millones de repeticiones del patr¨®n humano sobre la faz de la Tierra.
El mapa y el territorio
De los comentarios de la semana pasada, quisiera llamar la atenci¨®n sobre este de nuestro ¡°usuario destacado¡± Francisco Montesinos: ¡°En f¨ªsica preocupa mucho menos tener que recurrir a conceptos idealizados como el de punto material con masa pero sin volumen que el hecho de conseguir resultados excelentes por medio de tales idealizaciones''.
?Hay alg¨²n l¨ªmite a las ¡°idealizaciones¡± que permiten o facilitan los modelos matem¨¢ticos aplicables a la f¨ªsica u otras ciencias? ?Pueden inducir a error o distorsionar nuestra visi¨®n de la realidad? Someto esta interesante cuesti¨®n a la consideraci¨®n de mis sagaces lectoras/es.
El mapa no es el territorio, nos recuerda Wittgenstein. Pero¡
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
Puede seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirse aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.