La hora de los camellos
Guatemala, como "tercer pa¨ªs seguro", no solo no funcionar¨¢ sino que generar¨¢ m¨¢s problemas y sufrimientos de los que te¨®ricamente resolver¨¢
La verdad que es muy dif¨ªcil entender c¨®mo un sector de la opini¨®n p¨²blica estadounidense puede apoyar la imposici¨®n a Guatemala de convertirlo en ¡°tercer pa¨ªs seguro¡± como un medio ¡°eficaz¡± para frenar la migraci¨®n del sur.
Parecer¨ªa que estamos ante un c¨ªnico juego de im¨¢genes para enga?arse rec¨ªprocamente con una controversial medida que no funcionar¨¢ y que ya est¨¢ siendo cuestionada por la justicia en los dos pa¨ªses. Del Gobierno estadounidense, por un lado, imaginando que en Guatemala se alojar¨¢n tranquilamente miles de hondure?os y salvadore?os expulsados; y del Gobierno guatemalteco, por el otro, para zafarse de la inc¨®moda presi¨®n de Washington aceptando, de la boca para afuera, convertirse en dep¨®sito de centroamericanos expulsados de Texas o Arizona. Digo ¡°de la boca para afuera¡± porque, como es m¨¢s que evidente, quienes hayan llegado desde Honduras hasta la frontera estadounidense, ¡°asilarse¡± en Guatemala luego de ser devuelto no es ni ser¨¢ opci¨®n. Salvo para arrancarse de nuevo, apenas recupere energ¨ªas. Como es obvio, hacia el norte.
Lo del ¡°tercer pa¨ªs seguro¡± no solo no funcionar¨¢, sino que generar¨¢ m¨¢s problemas y sufrimientos de los que te¨®ricamente resolver¨¢. Destaco en eso tres asuntos fundamentales.
Primero: el acuerdo firmado en Washington por el presidente saliente de Guatemala Jimmy Morales, y un representante de Trump (quien ni se apareci¨®) se anuncia como que ¡°no supondr¨¢ ning¨²n gasto para Guatemala¡± y que el pa¨ªs recibir¨ªa ayuda econ¨®mica de EE UU (ayuda no cuantificada y que no est¨¢ en el presupuesto de ninguna agencia estadounidense). Es una inc¨®gnita si Alejandro Giammattei el presidente entrante, asumir¨¢ este convenio que ya es rechazado por ocho de cada diez guatemaltecos.
Segundo: La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que desde Honduras salen 300 personas diarias hacia el norte buscando un futuro mejor y de supervivencia; desde Guatemala ocurre lo propio. Lo hacen por razones econ¨®micas nueve de cada diez guatemaltecos, como se detect¨® en una reciente encuesta de la Organizaci¨®n Internacional de Migraciones (OIM). Parecer¨ªa una broma de humor negro que en un pa¨ªs en esas condiciones de pobreza se pretenda alojar a los hondure?os ¨Ctambi¨¦n pobres- expulsados de EE UU. Lo primero que organizar¨¢n es una nueva emigraci¨®n; ahora desde Guatemala.
Tercero: mayores dificultades para cruzar la frontera, no ha significado disminuci¨®n dr¨¢stica de los migrantes sino el fortalecimiento de las redes de contrabando de personas. Esto disparar¨¢ la demanda de coyotes, con todo lo que implica ponerse en manos de sus oscuras redes.
Antes de la llegada de Trump (2017), los ¡°coyotes¡± cobraban aproximadamente 8.000 d¨®lares por persona por una traves¨ªa de hasta diez d¨ªas para llegar desde Centroam¨¦rica a la frontera estadounidense. A ello hab¨ªa y hay que agregar el ¡°peaje¡± a los Zetas que controlan varios pasos de frontera.
El costo de los coyotes se duplic¨® con Trump, pero, parad¨®jicamente, no fren¨® a los migrantes. Aument¨® a 33% la porci¨®n de migrantes en busca de un coyote para poder driblear a la ¡°amenaza Trump¡±. Al cerrarse los caminos del asilo y convertirse el medio ilegal en cuasi monop¨®lico para llegar y cruzar la frontera. Los grandes beneficiarios de estas trapacer¨ªas para una reelecci¨®n el 2020 ser¨¢n estas redes delincuenciales.
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