La catastr¨®fica supererupci¨®n que transform¨® la vida de los mayas
Una investigaci¨®n reconstruye la explosi¨®n de la caldera de Ilopango en El Salvador, un fen¨®meno volc¨¢nico con consecuencias devastadoras hace 1.500 a?os
Al principio se cimbr¨® todo. Los terremotos sacudieron la tierra. Las primeras explosiones produjeron una onda de choque devastadora. Se crearon corrientes de densidad pirocl¨¢stica con materiales y gases volc¨¢nicos que viajaban entre 150 y 200 kil¨®metros por hora y que arrasaron con todo a su paso. Al final, se levant¨® una columna de ceniza de casi 50 kil¨®metros de altura y sus restos se extendieron 150 kil¨®metros a la redonda, incluso pudieron haber llegado a los polos del planeta. As¨ª se hubiera visto la supererupci¨®n de la caldera de Ilopango, un volc¨¢n en el centro de El Salvador, hace aproximadamente 1.500 a?os. "Fue una cat¨¢strofe total", afirma el vulcan¨®logo Gerardo J. Aguirre D¨ªaz, que coordin¨® una investigaci¨®n que detalla por primera vez la historia volc¨¢nica completa de Ilopango y el peligro que a¨²n representa, as¨ª como el impacto que tuvo sobre las poblaciones mayas que habitaban en esa regi¨®n.
Esta erupci¨®n de la caldera de Ilopango ha sido la explosi¨®n m¨¢s fuerte que ha tenido lugar en Centroam¨¦rica en los ¨²ltimos 10.000 a?os. La hip¨®tesis del equipo multidisciplinario de Aguirre D¨ªaz, investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), es que este evento volc¨¢nico fue unos de los detonantes de la disgregaci¨®n de los mayas en El Salvador y su eventual migraci¨®n hacia el norte, desde zonas centrales de Guatemala hasta la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. Ese flujo demogr¨¢fico sucedi¨® muy probablemente durante el periodo cl¨¢sico, entre 100 y 900 despu¨¦s de Cristo. Otras teor¨ªas sugieren, en cambio, que muchos de aquellos pobladores finalmente volvieron a El Salvador y el sur de Guatemala.
La explosi¨®n fue tan fuerte que arras¨® con pr¨¢cticamente toda la vegetaci¨®n e hizo que la zona en los 40 kil¨®metros que rodean al volc¨¢n fuera inhabitable. Hubo lahares, deslizamientos de barro que avanzaban a gran velocidad y destru¨ªan todo a su paso a lo largo de r¨ªos y valles. La agricultura colaps¨® y tard¨® a?os en recuperarse, varios asentamientos desaparecieron literalmente del mapa en cuesti¨®n de d¨ªas si no horas, el comercio se esfum¨®, probablemente hubo hambrunas y se propagaron enfermedades, infiere Aguirre D¨ªaz. "Si no te asfixiabas por los gases, te desintegrabas por las corrientes de ceniza con altas temperaturas que expuls¨® el volc¨¢n", asegura el investigador mexicano. Otros trabajos, como el del estadounidense Robert Dull, apuntan que estos fen¨®menos naturales fueron factores que influyeron en la ca¨ªda del flanco sur de la cultura maya y en los reacomodos pol¨ªticos de la ¨¦poca, como el ascenso de Cop¨¢n, un importante reino maya que se encuentra en lo que actualmente es Honduras.
El grupo de investigadores ¡ªen el que colaboran la UNAM, la Universidad de Oxford, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas de Espa?a, el Ministerio salvadore?o del Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Universidad Estatal de Oreg¨®n de Estados Unidos y el Instituto de Vulcanolog¨ªa de Italia¡ª tambi¨¦n busca confirmar si se produjo un invierno volc¨¢nico, que es cuando los gases con part¨ªculas suspendidas de las emisiones volc¨¢nicas forman aerosoles (gases) que se quedan suspendidos en la estrat¨®sfera y bloquean la luz solar. Estos bloqueos pudieron haber provocado un descenso en la temperatura de entre dos y tres grados, lo que pudo haber aumentado el colapso en los ecosistemas de la regi¨®n con afectaci¨®n para los humanos. El equipo, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa de M¨¦xico, logr¨® determinar despu¨¦s de tres a?os de trabajo que la primera gran erupci¨®n del volc¨¢n fue hace 1,78 millones de a?os e identific¨® otras 12 explosiones.
Los efectos de la supererupci¨®n de unos 15 siglos atr¨¢s a¨²n son visibles. Se sabe que toda el ¨¢rea metropolitana de San Salvador, a unos 10 kil¨®metros del volc¨¢n, est¨¢ construida sobre Tierra Blanca Joven, los restos volc¨¢nicos de color blanco soltados por Ilopango y por el volc¨¢n de San Salvador. Estos materiales no solo cubrieron pr¨¢cticamente todo el peque?o pa¨ªs centroamericano, tambi¨¦n est¨¢n presentes en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
La caldera est¨¢ cubierta por un lago hom¨®nimo que mide alrededor de 70 kil¨®metros cuadrados y su ¨²ltima erupci¨®n fue en 1879, hace un tiempo relativamente corto en vulcanolog¨ªa, por lo que todav¨ªa se considera activo. Los investigadores tambi¨¦n calcularon qu¨¦ tan recurrentes han sido estas erupciones y, aunque no han encontrado un patr¨®n claro, advierten de que a¨²n representa un riesgo para El Salvador y sus pa¨ªses vecinos. "Esta caldera ha tenido y seguir¨¢ teniendo m¨¢s erupciones, aunque no podemos saber qu¨¦ tan fuertes", comenta Aguirre D¨ªaz. Al tiempo que se desvela el misterio detr¨¢s del que pudo haber sido un episodio determinante para la civilizaci¨®n maya, los cient¨ªficos siguen tras la pista de los secretos y peligros que entra?a el volc¨¢n de Ilopango, uno de los mayores colosos de Centroam¨¦rica.
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