La raz¨®n para volver a votar

Cuando se producen unas elecciones debe saberse el motivo pol¨ªtico de fondo. Theresa May, al convocar a las urnas en junio de 2017, argument¨® que necesitaba una mayor¨ªa fuerte para gestionar el Brexit y confiaba en que la distancia que le sacaba a los laboristas en las encuestas terminar¨ªa por d¨¢rsela irremediablemente. Sin embargo, May perdi¨® el control de la campa?a: el resultado fue que se qued¨® sin mayor¨ªa absoluta en el Parlamento; la oposici¨®n le recort¨® distancias merced a sus errores en las ¨²ltimas semanas. Es decir, que incluso cuando los sondeos favorecen y hay un buen armaz¨®n argumental, toda elecci¨®n entra?a riesgos.

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Aroma a elecciones en el Congreso

Editorial | Todos sue?an

Pedro S¨¢nchez pudo construir una buena justificaci¨®n para la convocatoria de las elecciones el 28 de abril. Un Gobierno salido de una moci¨®n de censura, incapaz de aprobar sus presupuestos por el veto independentista y con una oposici¨®n cada vez m¨¢s escorada a la derecha ten¨ªa argumentos para no querer prolongar la legislatura. Aunque durante la campa?a perdi¨® algo de ventaja, el PSOE fue el primer partido de lejos y parec¨ªa que podr¨ªa armar f¨¢cilmente una mayor¨ªa. Hecho que, adem¨¢s, espole¨® sus resultados en los comicios del 26-M, ampliando a¨²n m¨¢s su poder territorial.

Tras el fracaso de la investidura de julio, la hip¨®tesis de la repetici¨®n electoral cobra fuerza. El tipo de Gobierno es el nudo gordiano para la izquierda. Unidas Podemos (UP) necesita la coalici¨®n para estabilizar su organizaci¨®n, cohesionarse internamente y mostrarse como partido de gesti¨®n. Es improbable su apoyo solo a un pacto de programa. El PSOE, teme que coaligarse con UP no le asegure la mayor¨ªa y le desgaste, imposibilit¨¢ndole gobernar y llev¨¢ndolo a una legislatura corta. Es improbable que se abra a otra cosa que no sea un Gobierno monocolor. Y, adem¨¢s, parece que ninguno de los dos tiene miedo a las elecciones: quiz¨¢ UP piensa que toc¨® suelo y seguir¨¢ siendo imprescindible el 11 de noviembre; quiz¨¢ el PSOE piensa que a¨²n no ha llegado a su techo electoral.

La ronda de contactos con la sociedad civil solo ha sido ¨²til a efectos de estrategia. Deja pasar el tiempo, acercando la fecha fat¨ªdica del 23-S, y arma un proyecto que presentar¨¢ al resto de socios como programa de Gobierno, quiz¨¢ incluso esperando que Podemos se divida internamente. Si los morados lo aceptan, la investidura est¨¢ hecha. Si es rechazado, ser¨¢ la base para culpar a los dem¨¢s de obstruirles, acusando a UP de darle una segunda oportunidad a la derecha por su ambici¨®n de cargos. Ser¨¢ la base de un mes de reproches cruzados entre PSOE y UP en el que, m¨¢s que negociar, se va a presionar.

El tablero est¨¢ dispuesto de forma que no haya grises sino un juego de suma cero: para abortar los comicios, o gana uno o el otro. Algo que no termina de clarificar, en todo caso, cu¨¢l ser¨ªa la raz¨®n pol¨ªtica de fondo para volver a votar el 10-N: no termina de verse claro por qu¨¦ lo que estuvo cerca de lograrse en julio es imposible ahora. Las campa?as electorales en contextos vol¨¢tiles son cruciales para activar a los votantes. ?Qu¨¦ puede ofrecer entonces al elector medio un debate endog¨¢mico en la izquierda sobre qui¨¦n es m¨¢s culpable del bloqueo?