Solo en verano

La confusi¨®n en que nos dej¨® la Real Academia de la Lengua al suprimir la tilde en ¡°solo¡± hace ambiguo el titular que he puesto, pero me viene bien, as¨ª mezclo cosas. Quer¨ªa escribir sobre c¨®mo es estar solo en verano, pero as¨ª tambi¨¦n puedo contar m¨¢s cosas que pasan solamente en verano, que es de lo que han ido estas columnas. Pasar el verano solo es m¨¢s intenso, porque todo te pasa a ti. No hay que esperar en los restaurantes, pero en general las vacaciones no est¨¢n pensadas para gente sola. Te miran raro. Piensan: ?por qu¨¦ estar¨¢ solo? Y no piensan nada bueno. Alguna desgracia, que lo haces obligado o est¨¢s trabajando. Vi una camiseta graciosa en una zona de descanso del extranjero: ¡°Soy camionero espa?ol¡±. No por orgullo patrio, sino para que le reconocieran otros espa?oles y poder hablar con alguien.

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El blues del verano

Primer amor

Estando solos siempre vemos a los dem¨¢s como en una pel¨ªcula y el verano para esto es formidable, la gente contempla su vida como desde un mirador y se pone filos¨®fica. Pas¨¦ solo parte del verano y apunt¨¦ frases o¨ªdas en conversaciones. Algunas propias de quien va a meterse en un t¨²nel donde se pierde la orientaci¨®n: ¡°Este invierno tenemos que ver gente, ya no vemos a nadie¡±; ¡°Este a?o me lo voy a tomar con m¨¢s calma¡±; ¡°Pues si nos sube el alquiler, tendremos que irnos y no s¨¦ d¨®nde vamos a ir¡±. Hay comentarios nost¨¢lgicos: ¡°Ahora me tomo m¨¢s de una y al d¨ªa siguiente no me puedo ni mover¡±; ¡°Hac¨ªa mil a?os que no escuchaba esta canci¨®n¡±; ¡°Alg¨²n d¨ªa tendr¨¦ una huerta, con mis tomatitos¡±. La gente pierde amistades por no saber educar a los ni?os: ¡°No me apetece verlos por no aguantar a sus hijos, y me da pena, porque ellos son majos¡±. En esto se ven extremos en verano: mucho ni?o grit¨®n, cuyos padres creen por alguna raz¨®n que los dem¨¢s tambi¨¦n deben soportarlo, y demasiadas familias cenando en silencio con los ni?os pegados a la tableta viendo Peppa Pig.

Ves parejas felices y otras en crisis, de eso que se ve a la legua. En un chiringuito ¨¦l le dijo que estaba destrozando el pescado, que no sab¨ªa partirlo. Ella respondi¨®: ¡°Siempre me est¨¢s criticando¡±. Y luego discutieron media hora sobre su relaci¨®n. Por una lubina. Los dos llevaban gafas de sol, no se ve¨ªan los ojos. Personalmente me marc¨® una conversaci¨®n con una camarera joven que me trat¨® de usted:

¡ªHombre, ?ha vuelto el usted?

¡ªCon gente mayor como usted, s¨ª.

Lo peor es que lo dijo sin malicia. Hay sensaciones que solo sentimos en verano que volveremos a olvidar: te limpias la arena de la planta de los pies en la pantorrilla de la otra pierna; nunca te pones crema en el tobillo y luego te escuece; el ruido de las chancletas en el eco del pasillo; el siseo de la cadena de la bicicleta cuando bajas la cuesta sin pedalear; el estruendo de las cigarras en un pinar. Al final del verano vi un padre que le pasaba la mano por el pelo a su hijo ya casi adolescente, reci¨¦n salido del mar, un gesto tierno, r¨¢pido, como si fuera la ¨²ltima vez antes de que no le deje hacerlo.

Feliz oto?o, que no se suele decir. Lo de ¡°feliz algo¡± se usa cuando se supone que uno tiene que ser feliz: cumplea?os, vacaciones, Navidades, fines de semana, puentes, veranos. Todo lo relacionado con no trabajar. Sobreentendemos que el resto del tiempo queda descartado, pero, como dec¨ªa Pasternak, ¡°se vive para vivir, no para prepararse a vivir¡±. Y felices vacaciones a los abuelos que empiezan sus vacaciones (tras librarse por fin de los nietos).