Los vencedores no saben vencer
El feminismo, hoy, es el movimiento donde la libertad tomacuerpo, donde se percibe el acento de la verdad.
La primera fake news, filfa o mentira de difusi¨®n masiva apareci¨® en un medio tan autorizado y prestigioso como es el G¨¦nesis y ata?e al origen de la mujer, que habr¨ªa nacido de una costilla del hombre. La teolog¨ªa m¨¢s cabal interpreta hoy esa parte del relato m¨ªtico con el significado de una ¡°unidad original¡±, la creaci¨®n del ser humano, Adam, como var¨®n y mujer. Pero el relato patriarcal qued¨® ah¨ª en su literalidad y muy grabado en eso que llamamos subconsciente colectivo, con el estigma para la mujer de una posici¨®n subalterna. Todav¨ªa hoy, de vez en cuando, alg¨²n var¨®n achulapado suelta la infausta sin¨¦cdoque: ¡°?Y aqu¨ª les presento a mi costilla!¡±. No, la culpa de la subordinaci¨®n y de la historia dram¨¢tica del g¨¦nero femenino no radica en esa primera fake news. Hubo muchas otras. Carros y carretas de patra?as, y no pocas veces en boca de los considerados m¨¢s sabios.
Y sin embargo, en el propio G¨¦nesis, como ocurre en la gran literatura, el relato se libera de s¨ª mismo, desequilibra y, m¨¢s que cerrarse, nos deja en el enigma. Y la protagonista es Eva, la mujer. Es ella la activista de la desobediencia, la que toma la palabra y la que se atreve a probar el fruto del ¨¢rbol del bien y del mal. Ese acto de desobediencia inaugura la libertad. Y el Dios del Antiguo Testamento, como inspirador del relato, podr¨ªa decir lo que el escritor Isaac Bashevis Singer cuando le preguntaron si cre¨ªa en el libre albedr¨ªo: ¡°No tengo otra elecci¨®n¡±.
Aquel castigo fue una bendici¨®n. Entre periodos de guerras, pandemias, pestes y exterminios, la humanidad y su salvaje compa?¨ªa siempre conserv¨® un secreto a voces: el para¨ªso est¨¢ en la Tierra. En el mundo de hoy vivimos una angustia ambientalista que no se detiene en fronteras, como el humo de la Amazonia que oscurece el cielo de Buenos Aires. Todo est¨¢ cada vez m¨¢s envenenado y sometido al expolio y a la violencia catastral. Pero no ser¨ªa acertado ponerle fecha al apocalipsis. En la ¨¦poca de los ¡°alumbrados¡±, en Sevilla, la mayor celebridad fue el padre M¨¦ndez, con misas que duraban hasta 24 horas y sin que se moviese nadie. Hasta que profetiz¨® el d¨ªa de su muerte: ser¨ªa el 20 de julio de 1616. Y ah¨ª patin¨®. Pese a los rezos de toda Sevilla, el padre M¨¦ndez no se muri¨®. Y un fraile guas¨®n dijo: ¡°Si no nos cumple la palabra, lo hemos de ahogar¡±.
No, no hay que ponerle fecha al apocalipsis. Hay que tomar la palabra, no dejarse paralizar por el miedo o el odio, y ponerle fecha, s¨ª, a los objetivos y nombrar las causas y los responsables. Y nadie mejor, en cada cat¨¢strofe, en cada lugar, que la voz de las mujeres. Por una simple raz¨®n. Porque el feminismo, hoy, es el movimiento donde la libertad toma cuerpo, donde se percibe el acento de la verdad.
Una singularidad de la actual onda reaccionaria es que usa, conscientemente, la doctrina de las mentiras, el pensamiento grosero y el lenguaje intimidatorio. El estilo del macho vencedor. ¡°Los vencedores no saben vencer¡±, dijo el arist¨®crata Villalonga cuando termin¨® la guerra espa?ola, y eso que ¨¦l era un vencedor. Estamos en ese estilo bravuc¨®n. Los vencedores de hoy no saben hablar, solo insultar. Son las mujeres ind¨ªgenas de la Amazonia las que mejor han desmontado las baladronadas de Bolsonaro. Son las feministas chinas, las cinco chicas detenidas por denunciar la discriminaci¨®n en el capitalismo comunista, las que han desnudado al emperador Xi Jinping. Son la capitana del Sea-Watch 3, Carola Rackete, y la escritora italiana Michela Murgia, dos valientes entre tanto silencio, las que mejor han retratado al soez Salvini. Y si alguien ha puesto en el lugar que le corresponde, el de campe¨®n chabacano, a Donald Trump, esa ha sido la capitana de la selecci¨®n femenina de f¨²tbol de Estados Unidos, Megan Rapinoe, que despu¨¦s de ganar el Mundial en Par¨ªs rechaz¨® la invitaci¨®n de ir a la Casa Blanca por considerar racista y xen¨®foba la pol¨ªtica del anfitri¨®n.
Y hay alguien que podr¨ªa hablar por todas y por todos. Por ind¨ªgenas, refugiados, migrantes, trabajadores empobrecidos, j¨®venes precarizados, mujeres que sufren una guerra permanente, con miles de feminicidios, sobreexplotaci¨®n y trata. Por la Madre Tierra. Podr¨ªa hablar y lo hace, d¨ªa a d¨ªa, desde el 15 de abril de 1977, cuando una patota criminal secuestr¨® a su hijo Carlos Gustavo, uno de los 30.000 detenidos-desaparecidos de la dictadura. El d¨ªa 13 de septiembre, en Buenos Aires, el mundo de los derechos humanos homenajea a Nora, Norita, Morales de Corti?as, cofundadora de las Madres de Mayo, 89 a?os con la esperanza en los dientes.?
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