Lo que ha querido transmitir Felipe VI con su novedoso estilo este verano

A primera vista, nadie calificar¨ªa como una apuesta de riesgo el hecho de llevar una camisa azul vivo estampada con un motivo azul claro. Sin embargo, la imagen del rey Felipe VI luciendo un dise?o as¨ª, el pasado 8 de agosto durante su visita a Son Marroig, en Mallorca, constituye toda una rareza. Y lo es, en primer lugar, por su naturalidad. Un an¨¢lisis r¨¢pido de la fotograf¨ªa (arriba, en este art¨ªculo) permite detectar las razones de esa aparente frescura.

El Rey lleva todo este verano demostrando que le ha perdido miedo al 'sport'. Hac¨ªa muchos a?os que no protagonizaba tantas apariciones p¨²blicas fuera de su agenda oficial

En primer lugar, el cuello de la camisa lleva dos botones desabrochados, y en el escote cuelgan las gafas de sol, en un gesto espont¨¢neo. Las mangas tambi¨¦n est¨¢n remangadas hasta la mitad del antebrazo. No lleva reloj. Y la naturalidad con la que el Rey presume de su barba gris sin miedo a parecer mayor es la misma con la que parece haber dominado, en estos ¨²ltimos meses, uno de los mayores retos indumentarios de cualquier hombre: vestir bien en el tiempo libre.

Parece una boutade, pero puede ser todo un desaf¨ªo. La etiqueta masculina cl¨¢sica distingue, a grandes rasgos, entre dos tipos de indumentaria: la formal y la sport. La primera es el territorio del traje, la camisa, la corbata y los zapatos cl¨¢sicos, y su monoton¨ªa es, en cierto modo, una forma de evitar disgustos. Por muy pocas nociones de estilo que tenga un hombre, es dif¨ªcil errar el tiro con traje gris oscuro, camisa blanca, corbata discreta y zapatos Oxford negros.

El sport (que, ojo, no tiene nada que ver con la ropa deportiva) se destina al tiempo libre, y abarca todo lo dem¨¢s: el jersey de punto, el pantal¨®n chino o de vestir, la americana desparejada, la camisa con cuello desabotonado o el polo. Es un territorio amplio en el que las reglas no est¨¢n tan claras, as¨ª que es un buen campo de batalla para demostrar el gusto personal de cada hombre. No es f¨¢cil equivocarse cuando las normas est¨¢n grabadas a fuego, pero s¨ª cuando se trata de combinar colores, prendas y tejidos m¨¢s flexibles que el traje.

Felipe VI lleva todo este verano demostrando que, por fin, le ha perdido miedo al sport. Hac¨ªa muchos a?os que no protagonizaba tantas apariciones p¨²blicas fuera de su agenda oficial o protocolaria, y por tanto las ocasiones de verle salirse del guion del traje formal hab¨ªan sido m¨¢s bien escasas. En los dos ¨²ltimos meses, sin embargo, ha decidido arriesgar, y lo ha hecho de un modo especialmente inteligente, en las ocasiones en las que ha compartido protagonismo con su familia, la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sof¨ªa.

Las camisas estampadas como la que luce el Rey en la imagen de apertura de este art¨ªculo son un buen term¨®metro para medir la temperatura estil¨ªstica en la que ha veraneado el monarca en 2019. Las ha llevado claras y oscuras, con predilecci¨®n por los microestampados y los colores en gama, porque tampoco hay que volverse loco. Se ha atrevido incluso con una camisa con motas azules y verdes en su posado estival en el Palacio de Marivent, a juego con unos vaqueros azul Prusia y a juego con la blusa blanca y las bermudas turquesa de la princesa Leonor. ?Diplomacia crom¨¢tica? En un verano de agitaci¨®n pol¨ªtica, hay que recordar lo que dice la psicolog¨ªa del color acerca de los tonos fr¨ªos: transmiten serenidad, paz y sinton¨ªa con la naturaleza.

El posado se hizo en el jard¨ªn, claro. Casi siempre, por cierto, el gesto es similar: un par de botones desabrochados, dos vueltas de manga y econom¨ªa de complementos. Los cinturones son de piel y marrones, aunque en algunos casos incorporan detalles en color de inspiraci¨®n n¨¢utica. Menci¨®n aparte merecen los pantalones, casi todos en tonos llamativos, principalmente blancos y grises. Siempre con pernera recta y siempre con el largo apropiado; por mucho que se modernice la monarqu¨ªa, al slim fit no se le ha perdido nada aqu¨ª, porque un pantal¨®n demasiado entallado marca la diferencia entre un hombre c¨®modo en sus zapatos y un hombre ansioso por aparentar 20 a?os menos.

En materia de zapatos, por cierto, las apariciones p¨²blicas del Monarca han ofrecido todo un muestrario de calzado veraniego mediterr¨¢neo. Ha llevado mocasines de varios tonos distintos de marr¨®n (sin calcet¨ªn) y tambi¨¦n zapatos de cord¨®n (con calcet¨ªn a juego). La elecci¨®n del mocas¨ªn tampoco parece casual: aunque la etiqueta brit¨¢nica lo circunscribe a momentos muy puntuales, en Espa?a e Italia son muy habituales durante todo el a?o. Los grandes ausentes han sido, en esta ocasi¨®n, los zapatos n¨¢uticos; cuando se ha subido a un barco, Felipe VI lo ha hecho con zapatillas deportivas oscuras de suela blanca.

No todo ha sido ir por la vida en mangas de camisa; en las visitas a su padre, el rey Juan Carlos, durante su convalecencia hospitalaria, Felipe VI ha aportado su peculiar granito de arena a la Quir¨®n Fashion Week con looks que no solo demuestran respeto, sino tambi¨¦n una cierta intenci¨®n de disfrutar con la moda. Para muestra, el pantal¨®n gris con pinzas que combin¨® con una camisa blanca estampada y una americana azul oscuro en cuadro ventana que ha lucido en m¨¢s de una ocasi¨®n, siempre con pantal¨®n claro y mocasines. O el traje claro con camisa oscura que no solo demuestra confianza, sino tambi¨¦n una pizca de riesgo.

Llegados a este punto, arrecian las teor¨ªas. ?Es simplemente buen gusto? ?Hay un estilista detr¨¢s? A favor de esta segunda tesis est¨¢ el hecho de que, en todas sus apariciones, hay una cierta armon¨ªa crom¨¢tica entre los looks de los miembros de la familia real. ?Puede convertirse esta pulcritud en una severidad estil¨ªstica como la que en ocasiones se achaca a la reina Letizia? Podr¨ªa ser, pero de momento lo ¨²nico claro es que este verano ser¨¢ recordado como aquel en el que el Rey aprendi¨® a disfrutar sin miedo de la moda informal.