M¨¢s alternativas para abandonar el uso del coche privado
El sector se encamina hacia un sistema que integre todas las opciones que hay para moverse por la ciudad
Internet permite que los particulares se pongan de acuerdo entre s¨ª, a trav¨¦s de plataformas online, para compartir (carpooling) o alquilar su veh¨ªculo; o que puedan alquilar un coche el¨¦ctrico por minutos (carsharing). Nunca ha habido tantas alternativas al coche en propiedad, que circula con una sola persona a bordo, provoca atascos y contamina. ¡°El coche particular es un caso de ¨¦xito, tanto que ha llegado al punto de colapso en las ciudades¡±, reflexiona Javier L¨¢zaro, director de Digital Hub de Ferrovial. La Movilidad como Servicio (MaaS, sus siglas en ingl¨¦s) pretende acabar con su reinado e institucionalizar un cambio cultural que prima el uso sobre la propiedad, el servicio sobre el producto.
Servicios como Zity, Emov y Share Now (antes Car2go) permiten alquilar veh¨ªculos el¨¦ctricos por minutos en Madrid que los clientes controlan mediante app gratuita: reserva, apertura (no necesita llave para abrir la puerta, ni, ya que estamos, fianza), puesta en marcha, comienzo y fin del viaje. El primero, con 270.000 de usuarios, es una empresa conjunta entre Ferrovial Servicios y Renault; el segundo es fruto de la alianza entre la empresa especializada en servicios de movilidad urbana Eysa y el grupo automovil¨ªstico PSA; el tercero, 237.000 personas registradas, tiene detr¨¢s a Daimler AG y BMW Group, una colaboraci¨®n que ha tardado a?os en sellarse. Ejemplos claros de c¨®mo los fabricantes de autom¨®viles maniobran para transformarse en proveedores de servicios de movilidad.
¡°Si voy al centro en mi coche vuelvo en mi coche, eso seguro; pero si cojo el metro puedo regresar en cualquier medio de transporte p¨²blico, bici o patinete el¨¦ctrico de alquiler, o en un Zity¡±, dice Javier Mateos, primer ejecutivo de la marca. ¡°Cuantas m¨¢s opciones tiene el ciudadano, menos motivos para usar coche privado¡±, incide David Bartolom¨¦, desarrollador de negocio de Share Now en Espa?a. El reto consiste en extender esta nueva f¨®rmula m¨¢s all¨¢ de Madrid; en Barcelona, recordemos, el carsharing no est¨¢ regulado.
Soluciones diversas
¡°Encontramos muchas soluciones de movilidad, pero ?d¨®nde? En Madrid y Barcelona. El 80% de Espa?a no entiende de patinete, carsharing, Uber o Cabify, y sigue circulando en su veh¨ªculo privado¡±, recuerda Alberto Bajjali, consejero delegado de Amovens. ¡°Hay mucha ebullici¨®n¡±, observa (otras fuentes hablan de cierta saturaci¨®n), necesitada de regulaci¨®n. ¡°La propia din¨¢mica del mercado ir¨¢ cribando¡±, vaticina. De hecho, se atisban movimientos de integraci¨®n, que es, junto con intermodalidad, una palabra de moda. La empresa espa?ola Cabify, que funciona con licencias VCT (veh¨ªculos de alquiler con conductor), ya permite contratar en su plataforma motos, patinetes el¨¦ctricos y taxis.
¡°Nuestro ¨²nico enemigo es el coche particular¡±, insiste Mariano Silveyra, presidente de Cabify en Europa y Asia, que a comienzos de semana lanz¨® una potente campa?a sobre MaaS.
Ferrovial tambi¨¦n ha hecho su movimiento en esta direcci¨®n. Su app Wondo permite alquilar en Madrid Zity, Emov, patinete y moto el¨¦ctrica. ¡°Debemos unir fuerzas¡±, es el mensaje de L¨¢zaro. ¡°Lo que quiere el usuario es llegar del punto A al B sin tener que descargarse 20 apps para ello¡±, recuerda Ugo Valenti, director del Congreso mundial sobre ciudades y movilidad inteligente que se celebra en Barcelona en noviembre. Valenti no descarta que aparezcan plataformas globales que a¨²nen todos los servicios. ¡°Un Netflix de la movilidad¡±, compara.
Hay tambi¨¦n iniciativas p¨²blicas en esta l¨ªnea. La EMT madrile?a impuls¨® en la ¨²ltima legislatura un servicio hom¨®nimo que permite acceder a todas las soluciones de transporte p¨²blico y movilidad sostenible que operan en la capital. Cabe recordar que precisamente bajo este ejecutivo entr¨® Car2Go, abriendo la puerta el resto de operadores en el centro y la periferia.
BlaBlaCar y Amovens, plataformas de carpooling, est¨¢n presentes en toda Espa?a. La primera, con casi cinco millones de usuarios, ha conseguido que la palabra blablacar sea sin¨®nimo de coche compartido, y ahora traslada su f¨®rmula (por lo pronto solo en Francia y en Brasil) a los trayectos entre las ciudades dormitorio y el centro de una gran urbe. ¡°BlaBlaLines es una aplicaci¨®n orientada a los desplazamientos diarios por trabajo; nuestro modelo de negocio ataca el coche vac¨ªo¡±, explica su director para Iberia, ?lvaro Zam¨¢cola. Tras la adquisici¨®n de la compa?¨ªa de autobuses de bajo coste OuiBus pretenden lanzar BlaBlaBus en Europa. ¡°En Espa?a no podemos implantarlo, el sector no est¨¢ liberalizado, es un modelo de concesiones en el que hay que optar a un concurso; habr¨¢ BlaBlaBus en rutas transfronterizas¡±, avanza.
Amovens, con un mill¨®n y medio de usuarios, ofrece coche compartido, alquiler entre particulares (hay unos 10.000 veh¨ªculos que se alquilan, principalmente en Barcelona, Madrid, Levante, Baleares, Sevilla y M¨¢laga) y renting, que no es econom¨ªa colaborativa, pero elimina la propiedad y pone el foco en el pago por uso. ¡°Muchas compa?¨ªas de renting no saben hablar con el particular; nosotros hacemos esa mediaci¨®n¡±, acota Bajjali. Actualmente saca al mercado unos 350 coches al mes mediante esta f¨®rmula; el 40% se subalquilan en alg¨²n momento. Y acaba de lanzar el renting de veh¨ªculos de segunda mano. ¡°Es m¨¢s barato, aunque su ventaja es que lo puedes dejar cada a?o, sin penalizaci¨®n¡±, expone.
¡°Nuestras l¨ªneas de negocio est¨¢n conectadas; hemos ido creciendo con el p¨²blico y sus demandas¡±, asegura. ¡°Desde hace un par de a?os, el renting ha ido ganando adeptos en Espa?a, pero ha sido en 2018 cuando se ha instalado entre los particulares¡±, informa en nota de prensa Volkswagen, que aprovecha la necesidad de los individuos de cambiar de veh¨ªculo en funci¨®n de la normativa ambientales.
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