Viaje del norte al sur de Portugal, el pa¨ªs que sorprende al mundo
Cr¨®nica de un viaje de norte a sur del pa¨ªs que ha sorprendido al mundo con su energ¨ªa para afrontar la crisis econ¨®mica. A una semana de las elecciones, nos adentramos en la Nacional 2, que vertebra el coraz¨®n de ese esp¨ªritu.
CINCO J?VENES se hacen selfis en el punto kilom¨¦trico cero. Inician un viaje por la carretera m¨¢s larga de Portugal, la Nacional?2. ¡°Una curiosidad¡±, ¡°una aventura¡±, ¡°una oportunidad de conocer el pa¨ªs¡±, ¡°vacaciones¡±, ¡°eso¡±, responden Andreia, Raquel, Tania, Artur y Ana. Bautizada oficialmente en 1945, la Estrada Nacional 2 (EN2) nace en la norte?a Chaves y muere, 738 kil¨®metros despu¨¦s, en la sure?a Faro. El trazado disecciona el centro geogr¨¢fico del pa¨ªs. Lejos del Atl¨¢ntico, lejos de la frontera espa?ola y lejos de sus grandes ciudades, durante muchos kil¨®metros es tierra de nadie, el profundo y secular Portugal que, sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos ha sorprendido al mundo.
El 6 de octubre los portugueses van a las urnas. Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, la imagen del pa¨ªs cambi¨® radicalmente, hasta parecer exagerada. ?C¨®mo es el aut¨¦ntico Portugal, el que cay¨® en bancarrota y sufr¨ªa un IVA de lujo sobre su tradicional pan con chorizo, o el que dirige la ONU y el eurogrupo, gana la Eurocopa y Eurovisi¨®n? Un misterio que estos cinco j¨®venes y la gente que salga al paso de la N2 quiz¨¢s puedan ayudar a desentra?ar. Andreia, la l¨ªder del grupo, comienza a sacarnos de dudas. ¡°?Que c¨®mo es el pueblo portugu¨¦s? Depende¡±. A escasos metros de la chavaler¨ªa, se fuma un pitillo un contemplativo Am¨¦rico. Pese al nombre, apenas ha salido de Chaves en 73 a?os. ¡°El pueblo portugu¨¦s soy yo¡±.
Es el kil¨®metro cero y seguro que habr¨¢ camino para explayarse. Son las tierras de Tras-Os-Montes, ¡°con el mejor granito y la mejor agua carb¨®nica del mundo¡±, dice Eduardo, quiosquero en la estaci¨®n ferroviaria de Pedras Salgadas, por donde no pasa un tren hace 15 a?os. ¡°El portugu¨¦s es pac¨ªfico y cordeiro¡±. ?Cordero? ¡°S¨ª; si no, ya hubiera cambiado todas las cosas¡±.
Los vecinos viven de esas dos industrias que les regal¨® la naturaleza, aunque su futuro puede depender de una tercera. A escasa distancia se ha descubierto el mayor yacimiento europeo de litio, pero sus planes de extracci¨®n ya han generado pol¨¦micas ecologistas. Por ahora, y desde hace 10 a?os, Diana Rocha trabaja en el balneario del pueblo, que pertenece al due?o de ?gua das Pedras, una de las escasas carb¨®nicas 100% natural que existen en el mundo.?En el bar Refugio, los jubilados Adriano y Mar¨ªa F¨¢tima combaten el calor con el agua que embotellaron durante tres d¨¦cadas. Estos botellines los pagan, pero semanalmente todos los vecinos reciben gratis un litro de agua con gas. ¡°El portugu¨¦s es buena gente, aunque hay de todo como en todos lados¡±, reflexiona Mar¨ªa F¨¢tima.
La N2 flirtea con autopistas y puentes que salvan r¨ªos y barrancos para entrar en el valle del Duero, donde su vino de Oporto consigui¨® hace 263 a?os la primera denominaci¨®n de origen mundial. El grandilocuente nombre de Nacional choca con el estrecho camino de curvas y contracurvas, subidas y bajadas, obst¨¢culos que no impiden a sus agricultores plantar vi?as contra la ley de la gravedad.
En R¨¦gua, capital de la zona vin¨ªcola, la tentaci¨®n llama a desviarse hacia Pinh?o por el ramal N222, la carretera m¨¢s placentera del planeta, seg¨²n The Best Driving Road. Hace cuatro a?os, una firma de alquiler de coches contrat¨® a un dise?ador de circuitos de f¨®rmula 1, a otro de monta?as rusas y a un f¨ªsico cu¨¢ntico, que fij¨® el algoritmo m¨¢gico del nirvana de la conducci¨®n: 11 segundos en recta por cada uno en curva. La serpenteante estrada que discurre entre el agua del Duero y la pizarra de los bancales de vi?edos guarda la curiosa proporci¨®n de 10 segundos en recta por cada uno en curva. No son d¨ªas para conducir con una mano al ritmo de la brisa. Septiembre es mes de vendimia y camiones cargados de uvas se cruzan a velocidades endiabladas.?
¡°Creo que el portugu¨¦s peca de humildad. Es profundo, hospitalario, pasional, pero deber¨ªa venderse mejor¡±, dice la en¨®loga Sandra Tavares
La en¨®loga Sandra Tavares selecciona los racimos que le acaban de llegar a la bodega. Exmodelo, exvoleibolista, inici¨® el siglo con un vi?edo de tres hect¨¢reas. Ella y su marido, Jorge Ser?dio, fundaron Wine and Soul con la filosof¨ªa de recuperar cepas viejas y t¨¦cnicas antiguas. ¡°Trabajamos con cepas de m¨¢s de 60 a?os y 30 variedades de uva portuguesa¡±, cuenta Sandra. ¡°Hoy tenemos 30 hect¨¢reas con una producci¨®n de 90.000 botellas, 20% blanco, 10% oporto blanco y el resto tinto¡±. Su Pintas 2011 se hizo famoso al recibir 98 de 100 puntos por una prestigiosa revista internacional. La pareja se pasa la mitad del a?o viajando, pues, a pesar de ser Portugal el mayor consumidor de vino per capita, exporta el 70% de sus caldos. ¡°Creo que el portugu¨¦s peca de humildad. Es profundo, hospitalario, pasional, pero deber¨ªa ambicionar m¨¢s, venderse mejor¡±. Recuperamos la N2 para llegar a Lamego, que celebra las fiestas en honor de Nuestra Se?ora de los Remedios. Para llegar a su espectacular santuario hay que subir 686 escalones en nueve niveles. Lo m¨¢s bonito es de lejos ¡ªnos autoconvencemos¡ª y hay una catedral que pilla en plano. En el p¨®rtico manuelino del siglo XVI destacan unas esculturas humanas en posturas y actos dir¨ªamos ¡ªejem¡ª pornogr¨¢ficos. Esperamos a que el padre Marcos Alvim termine de celebrar la misa de las seis y media de la tarde para que nos lo explique. Gafas de sol, polo rojo, 43 a?os, el sacerdote se fotograf¨ªa delante de las figuras y se echa a re¨ªr. ¡°Creo que con esas im¨¢genes, la Iglesia nos quer¨ªa recordar la condici¨®n humana y sus pecados, pues pecadores somos todos¡±. Pienso, pero callo, que para seguir con el razonamiento, hoy tocar¨ªa repartir playboys en la puerta de los templos.
Con dos misas diarias, si alguien conoce las inquietudes de los vecinos es ¨¦l, adem¨¢s del m¨¦dico y el polic¨ªa. ¡°Sobre esa parte de mi trabajo no puedo hablar, pero tengo una feligres¨ªa afable y bien organizada. Ahora tenemos un Gobierno de izquierdas y, bueno¡, los pobres suelen ser los m¨¢s alegres y los m¨¢s generosos, los que comparten m¨¢s con el pr¨®jimo¡±.
La noche cae en Viseu, la localidad m¨¢s populosa de la carretera con sus 98.000 habitantes. Es la ciudad de Viriato, el legendario pastor que se enfrent¨® a los invasores romanos. Una espl¨¦ndida escultura de Benlliure recuerda al guerrero, aunque hoy el h¨¦roe local se llama Jo?o F¨¦lix, un chaval de 19 a?os que se ha convertido en el cuarto jugador m¨¢s caro de la historia del f¨²tbol. Su imagen imberbe destaca sobre la carteler¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos, que piden un voto para el pr¨®ximo domingo.
Bajando hacia el centro del pa¨ªs, el paisaje se corta en tres colores, el azul del cielo que nos machaca, el verde p¨¢lido del renaciente bosque que ardi¨® hace dos a?os y el marr¨®n oscuro, el de los incendios de la actual temporada. Es el azote de estas tierras. En Pedr¨®g?o Grande, donde en 2017 murieron quemadas 66 personas, los bomberos voluntarios hacen guardia alrededor de un televisor. ¡°Nunca vi nada igual¡±, recuerda Sergio Lorenzo, 35 a?os de servicio. ¡°Todo se puso a favor de la tragedia, varios focos a la vez y un viento que rol¨® 360 grados y nos atrap¨®¡±. Como en aquel d¨ªa, hoy la mayor¨ªa de los vecinos se ha ido a las playas fluviales. En el pantano de Cabril, Ramiro dirige el flamante Club N¨¢utico de Pedr¨®g?o, donde lo mismo ense?a p¨¢del que esqu¨ª. Fibroso, moreno curtido de la calva a los tobillos, se muestra m¨¢s hablador sobre pol¨ªtica que sobre el tr¨¢gico verano de 2017. ¡°El pueblo ya no existe, existe el ciudadano. Ya no valen las viejas definiciones. Se acab¨® la divisi¨®n de nobleza, burgues¨ªa y pueblo. Para recibir todos son pueblo, para pagar nadie quiere ser pueblo. La gente se volvi¨® muy exigente y en parte la culpa es de ustedes, de los medios de comunicaci¨®n, que no paran de recordarnos derechos y derechos que tenemos, pero de deberes nada¡±.
Aunque en el mapa parezca una l¨ªnea semirrecta, la EN2 se entretiene buscando todas las curvas y aldeas de la geograf¨ªa nacional, una tortura de asfalto que se abre entre murallas de eucaliptos depredadores. Hay que bajar por Sert? y Vila de Rei para que aparezcan tierras por donde nada hubo ni hay pero todo indica que habr¨¢. De ello se encargan los smart farmers, los granjeros inteligentes, como dice Filipe Rosa, un promotor de la agricultura intensiva. Despu¨¦s de 15 a?os trabajando en Brasil en start-ups tecnol¨®gicas, este portugu¨¦s regresa para plantar 5.000 hect¨¢reas de almendros. ¡°Controlaremos la humedad, las plagas y los fertilizantes con sensores y drones¡±. Fundador de la empresa Veracruz, Rosa espera la primera cosecha para 2021. ¡°Es la agricultura 4.0, con GPS para la ¨®ptima plantaci¨®n de cuatro millones de ¨¢rboles, robots en la recolecci¨®n y aplicaci¨®n de blockchain para la rastreabilidad de la producci¨®n, sin olvidarnos del atractivo tur¨ªstico durante la floraci¨®n del almendro¡±.
Y aparecen tierras donde nada hubo ni hay, pero todo indica que habr¨¢. De ello se encargan los smart farmers, los granjeros inteligentes
A la salida de Abrantes cambia el panorama, la vegetaci¨®n y hasta el mismo camino. Los valles dejan paso a las planicies, el verde al amarillo, el eucalipto a la encina, y hasta la N2 toma, por momentos, donaires de autopista. Entramos en el coraz¨®n del pa¨ªs.
Portugal no se puede entender sin pisar el Alentejo, el 35% del territorio continental y el 7% de su poblaci¨®n. Cada d¨ªa, ocho alentejanos se marchan en busca de una oportunidad. Tierra de latifundios que, tras la Revoluci¨®n de los Claveles (1974), fueron expropiados en favor de sus braceros y que en los a?os noventa se devolvieron a sus propietarios.?
En medio siglo han emigrado la mitad de los vecinos del encantador Montemor-o-Novo; sin embargo, el bailar¨ªn y core¨®grafo Rui Horta dej¨® Alemania, dej¨® Lisboa y opt¨® por asentar aqu¨ª, en un antiguo convento de dominicas de clausura, su Espacio del Tiempo, una residencia de artistas del teatro y la danza. Quince a?os despu¨¦s aqu¨ª sigue, pero m¨¢s grande y con un prestigio internacional. ¡°Damos cama y comida a 70 creadores para que se dediquen a trabajar sus proyectos¡±,? cuenta Susana Picazo, coordinadora de la residencia. ¡°Cada dos a?os acuden agentes y programadores de toda Europa para ver lo ¨²ltimo de la creaci¨®n contempor¨¢nea emergente. Aqu¨ª se contratan los espect¨¢culos que despu¨¦s girar¨¢n por Europa¡±.
No ser¨¢ por falta de tranquilidad que los artistas se bloqueen en Montemor. ¡°Noche tranquila, como es habitual¡±. El sargento Batista da el parte en el cuartelillo de la Guardia Nacional Republicana (GNR). ¡°La escasa delincuencia se reduce a algunos robos, nada de violencia ni delitos de sangre¡±. En el tercer pa¨ªs m¨¢s pac¨ªfico del mundo, el Alentejo es la regi¨®n con menor tasa de criminalidad. ¡°El portugu¨¦s es buena gente. Y accesible¡±.?
Cruzamos aldeas con nombres chocantes, Pintadinho Novo, Vale de Narizes, Picha, ?gua de Todo Ano¡; tambi¨¦n sorprende la popularidad de apellidos como Coelho (conejo) o Leit?o (cerdo), pues en Espa?a hace a?os que desaparecieron por arte de magia, renunciando las familias a su patron¨ªmico. Con esas filosof¨ªas en la cabeza avanzamos al encuentro de Joaquim Sim Sim,? predestinado a fabricar, claro, campanas. Como su tierra, Alc¨¢?ovas, es m¨¢s de ganado que de campanarios, la saga Sim Sim se dedica desde el siglo XVIII a la producci¨®n de cencerros. ¡°Hace 40 a?os exist¨ªan 17 talleres artesanales, hoy apenas resistimos tres en el pueblo¡±, nos dice. La manufacturaci¨®n del prehist¨®rico GPS del ganado fue distinguida en 2015 como patrimonio mundial de la humanidad; pese a ello, Sim Sim cree que ser¨¢ el ¨²ltimo de los chocalheiros. ¡°El cercado y el cambio del pastoreo acabaron con los cencerros. Antes, el vaquero sal¨ªa con su reba?o durante meses y respond¨ªa por las cabezas que se hab¨ªa llevado y el cencerro era fundamental en esa labor. Hoy regresa cada fin de semana para cobrar y descansar¡±. Sim Sim no ha ido mucho m¨¢s lejos del sonido de un tol¨®n. ¡°Nac¨ª en este pueblo y siempre viv¨ª en esta casa, que es tambi¨¦n mi taller¡±. Se le agolpan los cencerros sin badajo. ¡°Mi sue?o ser¨ªa terminarlos, pero ni mi salud ni la demanda lo aconsejan. Hoy apenas se venden para decoraci¨®n¡±.
Sim Sim empez¨® con 12 a?os a trabajar. ¡°Y no me arrepiento, aprend¨ª un oficio y un arte¡±. ?El pueblo portugu¨¦s? ¡°Hay diferencias, el viejo era trabajador, para el actual lo primero es la juerga, despu¨¦s el resto. No somos todos iguales, no se?or¡±.
El largo trayecto de la vieja N2 a veces desaparece por la construcci¨®n de un pantano, en otras para rodear una ciudad, a veces al contrario; en Brotas, un sem¨¢foro distribuye el tr¨¢fico porque no caben dos veh¨ªculos a la vez, pero en Ferreira es una pi?a de hombres, cantando codo con codo, quien bloquea la ruta. Son Los Boinas, uno de los 14 grupos de cante alentejano que existen en un pueblo de 14.000 vecinos. ¡°Fundamos el coro en 2014, pocos meses despu¨¦s del reconocimiento de la Unesco a nuestro cante¡±, cuenta Fernando Candeias. ¡°Quer¨ªa darle un toque distinto, m¨¢s moderno, con voces m¨¢s j¨®venes¡±. Lucas, de 9 a?os, y Alfonso, de 12, son los abstemios del grupo, que nunca se anima ¡ªcomo el resto de coros¡ª sin buenos vasos de vino y una cena potente. Tambi¨¦n es cuando relajan la lengua. ¡°Que quede claro que el pueblo alentejano es el mejor de Portugal¡±, dice el barbudo Gon?alo. ¡°Eso por descontado¡±, contestan a coro. ¡°Muy tolerante¡±,? ¡°el que mejor acepta las diferencias¡±, ¡°muy hospitalario¡±, dicen otros. A Lucas, que se ve que le gusta comer, se le escapa: ¡°?El pueblo portugu¨¦s es el de las francesinhas!¡±. ¡°?Calla!, que eso es de Oporto¡±, le reprende la madre.
Como varios otros de Los Boinas, Gon?alo trabaja en el sector agr¨ªcola; es t¨¦cnico en un lagar. A la salida de Ferreira se encuentra el de Oliveira da Serra, primer productor mundial de aceite, con m¨¢s de 10.000 hect¨¢reas. El espectacular edificio, obra del arquitecto Ricardo Bak Gordon, transforma al d¨ªa mil toneladas de aceitunas en oro l¨ªquido. Los trigales de los campos alentejanos van mudando por hileras infinitas de olivos que producen con t¨¦cnicas de agricultura intensiva. Hay pol¨¦mica tambi¨¦n por eso: si unos dicen que acaban con el agua, los otros les achacan que prefieran la imagen folcl¨®rica del campesino pobre.?
Eduardo Louren?o, ensayista: ¡°Por primera vez, nuestro pa¨ªs vive y hasta comienza a ser visto por los otros como un pueblo insolentemente feliz¡±
El escritor Miguel Torga (1907-1995), que dedic¨® su obra a desentra?ar el alma portuguesa, defin¨ªa a sus compatriotas como una ¡°sociedad pac¨ªfica de enfadados¡±, y no le falta raz¨®n. Probablemente tambi¨¦n se la dar¨ªa la mitad de los portugueses que no ir¨¢ a votar el domingo. Pero tambi¨¦n vale la pena escuchar al gran ensayista Eduardo Louren?o (Almeida, 1923), autor de El laberinto de la saudade: ¡°Por primera vez, nuestro pa¨ªs vive y hasta comienza a ser visto por los otros como un pueblo insolentemente feliz¡±.
Ya cerca del final de la ruta, de Almod?var a S?o Bras de Alportel, el otra vez tortuoso camino se ha transformado en un museo de la nostalgia, restaurando viejas casas de camineros, anuncios m¨ªticos como el de Fosfatos de Chile y paneles de azulejos con las distancias kilom¨¦tricas, propios de los a?os cincuenta. La vida rural poco se ha alterado en este tramo, con peque?as aldeas y grandes encinas de tronco rojizo, reci¨¦n descorchadas, se?al de actividad humana con un producto ancestral hoy incorporado a la modernidad de los cohetes del espacio y los trenes bala.?
Se huele a mar por primera vez. Un humilde moj¨®n se?ala el kil¨®metro 738, fin de la Nacional 2. Tres d¨ªas despu¨¦s llegamos al otro extremo de Portugal, Faro, plagado de turistas en chanclas. En esta punta, como final de trayecto, qui¨¦n mejor que Ant¨®nio Silva, farero del faro de la ciudad de Faro, para que, desde su incomparable atalaya, nos diga c¨®mo lo ve: ¡°Aventurero, trabajador, acogedor, pero el pueblo portugu¨¦s es, sobre todo, vers¨¢til; se adapta a cualquier circunstancia, a cualquier pa¨ªs, a cualquier evoluci¨®n¡±.?
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