Regeneraci¨®n

?Qu¨¦ ha pasado? Imaginen un partido de f¨²tbol. El bal¨®n est¨¢ en poder de un defensa del equipo rojo, que se lo pasa a su compa?ero, otro defensa del equipo rojo, que se lo devuelve sin ganar un metro, y as¨ª, mientras los dos pierden el tiempo delante de su propia porter¨ªa, un delantero del equipo azul se acerca. No corre demasiado deprisa, parece que no lleva peligro, el equipo rojo sigue teniendo el bal¨®n. Hasta que uno de sus defensas calcula mal y, sin que su compa?ero haga nada por evitarlo, le regala la pelota al delantero del equipo azul, que se queda solo delante de la porter¨ªa rival. ?Ser¨¢ gol? El bal¨®n puede irse alto, puede salir desviado, puede chocar en un palo, o en el larguero, puede propiciar una gran parada del portero rojo. Pero tambi¨¦n, y es muy probable, puede ser gol. Imaginen ahora que, mientras el delantero azul toma aliento, se coloca el bal¨®n, escoge un ¨¢ngulo para tirar a puerta, los dos defensas se dirigen a la grada, levantan los brazos, le piden a sus seguidores que griten, que canten, que les apoyen. ?Qu¨¦ har¨ªan ustedes? ?Les aplaudir¨ªan, les animar¨ªan, les llamar¨ªan payasos? Deben pensarlo bien, porque eso es exactamente lo que nos est¨¢ pasando. Deber¨ªan pensarlo a¨²n mejor S¨¢nchez e Iglesias, corresponsables en la malversaci¨®n del poder obtenido en las urnas. Deber¨ªan asumir sus errores, los de c¨¢lculo y los otros. Deber¨ªan ser conscientes, incluso, de que la ¨²nica probabilidad real de regeneraci¨®n que se divisa en el horizonte de la pol¨ªtica espa?ola, reside en las botas del delantero azul. Porque, si al final es gol, toda una generaci¨®n de dirigentes del PSOE y de Unidas Podemos se ir¨¢ al paro en bloque, por despido procedente y sin subsidio. En otras palabras, no van a tener calle para correr.