Destructores de mundos

A pesar de que los ex¨¦getas cinematogr¨¢ficos del pan pringado se han apresurado a enfrentar Ad Astra con Interstellar como si de una pelea de gallos de prestigio se tratase, un examen superficial de ambas muestra las diferencias que las separan. Lo que el filme de Gray tiene ¨¢tono desarrollo seudofreudiano, con un astronauta rabiando por liberarse de la figura ominosa del padre en el vac¨ªo oscuro del subconsciente (el espacio exterior), lo tiene el de Nolan de narrativa endemoniada de un tiempo einsteniano convertido en barrera insalvable para la emoci¨®n frustrada entre padre a hija; incluido un elegante bucle narrativo mediante el cual el tiempo de Einstein, lineal y dependiente de cada sistema inercial, se convierte en tiempo f¨ªlmico circular, por el cual hechos narrados en la exposici¨®n (los misteriosos desplazamientos de libros) se explican por hechos narrados en el desenlace, es decir, por la torsi¨®n temporal a trav¨¦s del agujero negro.

Aunque son diferentes, un tono oscuro, marcado por un diapas¨®n com¨²n, une marginalmente a Ad Astra con Interstellar. El cine, comunicaci¨®n popular a la postre, empieza a predicar un profundo pesimismo antropol¨®gico para explicar la destrucci¨®n potencial del planeta. ¡°Somos destructores de mundos¡±, proclama un personaje de Ad Astra; somos una especie depredadora, colonizadora, se dice expl¨ªcitamente en Interstellar. Este pesimismo antropol¨®gico es simple y aterrador: la especie humana ha nacido para esquilmar un planeta y saltar a otro donde pueda proseguir fr¨ªamente con la misma operaci¨®n. La verosimilitud de este diagn¨®stico tiene dos fundamentos al menos tan probables como el optimismo voluntarista dominante. Uno, el capitalismo es incompatible (o poco compatible, el¨ªjase lo que proceda) con una explotaci¨®n moderada de los recursos de la nave espacial Tierra (Kenneth Boulding); dos, el individuo, solo o en colectividad, es reacio a prescindir de satisfacciones presentes para garantizar beneficios futuros.

La probabilidad de la cat¨¢strofe fue adelantada por f¨ªsicos, astrof¨ªsicos, neur¨®logos y escritores de sci-fi. Percibieron las sombras del apocalipsis diferido en los a?os noventa y precisaron detalles inquietantes en la primera d¨¦cada del siglo XXI. Sab¨ªan que el pesimismo era una opci¨®n real, porque est¨¢ en la naturaleza del escorpi¨®n matar aquello sobre lo que vive. Sin remisi¨®n.