¡®Calentamiento¡¯ es una palabra fr¨ªa

Las transformaciones que sufren las constantes vitales de la Tierra deben recibir un nombre que se halle a la altura de ese fen¨®meno. Se llam¨® ¡°calentamiento global¡±, pero eso pod¨ªa entenderse como una mejora del tiempo. Apareci¨® luego ¡°cambio clim¨¢tico¡±, que edulcoraba lo nombrado y que muchos habr¨¢n entendido como parte de lo que ocurr¨ªa siempre: que unos d¨ªas llueve y otros hace sol.

La insistente confusi¨®n period¨ªstica entre lo meteorol¨®gico y lo clim¨¢tico ha contribuido a confundir el tiempo y el clima. El tiempo y la meteorolog¨ªa se relacionan con las circunstancias de cada d¨ªa: lluvia, granizo, sol, viento¡­; pero el clima hace referencia a las condiciones habituales y reiteradas en un lugar dado: el clima atl¨¢ntico, el clima mediterr¨¢neo, el clima polar, el clima de Burgos¡­

Con frecuencia encontramos en los medios informativos oraciones como ¡°el acto se suspendi¨® por las adversas condiciones climatol¨®gicas¡±, en lugar de ¡°el acto se suspendi¨® por el mal tiempo¡±; o ¡°esta ma?ana estamos gozando de un buen clima¡±, en vez de ¡°estamos gozando de una buena ma?ana¡±.

Salvo glaciaciones, bolas de fuego sobrevenidas o que el cielo se derrumbe sobre nuestras cabezas, algo que no ocurrir¨¢ ma?ana, el clima no cambia. El tiempo meteorol¨®gico, s¨ª.

Bueno, eso en teor¨ªa. Porque el clima s¨ª que cambia ahora. He ah¨ª lo preocupante. Pero como la palabra se ha desvirtuado, la locuci¨®n ¡°cambio clim¨¢tico¡± no provoca ya perplejidad alguna. Por ello, quienes han tomado conciencia de estas limitaciones ling¨¹¨ªsticas est¨¢n planteando f¨®rmulas que ponen el acento de la angustia en el sustantivo, pues dan por descontada la intrascendencia del adjetivo (¡°clim¨¢tico¡±); y por eso hablan de ¡°crisis clim¨¢tica¡±, ¡°golpe clim¨¢tico¡±, ¡°impacto clim¨¢tico¡±.

El diario brit¨¢nico The Guardian ha modificado su manual de estilo para introducir alternativas preferentes como ¡°emergencia clim¨¢tica¡± y ¡°crisis clim¨¢tica¡±. Por su parte, la l¨ªder ecologista Greta Thunberg ha hablado de ¡°colapso clim¨¢tico¡±, ¡°emergencia clim¨¢tica¡± o ¡°colapso ecol¨®gico¡±.

Y aun as¨ª, todas esas f¨®rmulas tambi¨¦n corren el riesgo de no representar con crudeza la subida del nivel del mar (que alg¨²n d¨ªa llegar¨¢ a anegar islas y playas), el derretimiento de los glaciares, la insospechada supervivencia invernal del escarabajo descortezador (que antes mor¨ªa en invierno pero ahora supera los fr¨ªos y deja sin savia en EE UU y Canad¨¢ a millones de ¨¢rboles, convertidos en cad¨¢veres verticales), las tormentas m¨¢s intensas, el aumento de los desastres naturales, el mayor contagio de enfermedades, el incremento de incendios en los bosques¡­

Una tragedia.

Y puesto que la humanidad sufrir¨¢ una tragedia si no se pone remedio a todo esto, quiz¨¢ valga la pena recordar esa palabra, expresiva y grave, alertante y tremenda. Hay que parar la tragedia clim¨¢tica, prevenir la tragedia clim¨¢tica, combatir la tragedia clim¨¢tica. Se trata de un vocablo grueso, pero perfecto para el caso a tenor de la quinta acepci¨®n del Diccionario: ¡°Situaci¨®n o suceso luctuoso y lamentable que afecta a personas o sociedades humanas¡±.

Y en efecto, nos hallamos ante una situaci¨®n dolorosa (lamentable) que cuesta vidas (luctuosa) y que causar¨¢ pobreza y peligros a mucha gente (afecta a las sociedades humanas).

Habr¨¢ quien acuse a la opci¨®n ¡°tragedia clim¨¢tica¡± de sonar muy tr¨¢gica. Pero eso, ay, quiz¨¢s forme parte tambi¨¦n de la propia tragedia.