Mapas ind¨ªgenas de la Amazonia en 3D
La representaci¨®n geogr¨¢fica usual de los bosques tropicales no suele incluir la aportaci¨®n de las comunidades locales. Una investigadora colombiana ha contado con ellas y el resultado sorprende
Lo que no aparece en un mapa, no existe, y en el caso de los bosques tropicales, la representaci¨®n geogr¨¢fica de la superficie que ocupan no suele incluir la aportaci¨®n de las comunidades ind¨ªgenas en su conservaci¨®n. Aunque los mapas tradicionales muestran la sobreexplotaci¨®n de recursos naturales, ya sea miner¨ªa, una central hidroel¨¦ctrica o la tala de ¨¢rboles, tampoco plasman los efectos para sus habitantes. Sara Ram¨ªrez G¨®mez, investigadora colombiana y experta en geociencia y desarrollo sostenible de la Universidad de Utrecht, ha recorrido la Amazonia colombiana, el sur de Surinam (antigua colonia holandesa en Sudam¨¦rica) y la cuenca alta del r¨ªo de mismo nombre, en busca de sus pobladores aut¨®ctonos. En la ¨²ltima zona, su trabajo dio un giro inesperado: sus mapas fueron generados en 3D con la participaci¨®n de los grupos locales, ¡°porque el Amazonas no es solo un ecosistema ¨²nico para todos¡±, indica. ¡°Surinam posee el ¨¢rea de bosque m¨¢s intacto de mundo, y por eso trazar una carretera en la regi¨®n amaz¨®nica ser¨ªa el principio del fin¡±.
Los mapas de Sara Ram¨ªrez vertebran la tesis doctoral que acaba de defender en Utrecht, y revelan los cambios operados en la disponibilidad de recursos por las presiones de uso del suelo y de la globalizaci¨®n. ¡°Las zonas de bosques intactos deben ser priorizadas en el mapa de conservaci¨®n global, dadas la carencias del mapeo con sensores remotos observadas. Normalmente se resaltan vastas zonas cubiertas de bosque sin se?alar la ubicaci¨®n real de las comunidades que los habitan. Es un tupido dosel verde, y puede parecer que bajo el mismo los grupos solo se asientan a lo largo de los r¨ªos, con cultivos peque?os. En realidad, se acaba la caza o la fruta, pero dicha transformaci¨®n vital es omitida en un mapa cl¨¢sico. Ellos usan los recursos del bosque entero desde hace siglos con mesura, y sin embargo, nadie les consulta cuando los Gobiernos hacen concesiones para abrir v¨ªas, o para cultivos extensos que afectan a sus tierras¡±, asegura la investigadora, que habl¨® con m¨¢s de un millar de personas.
De los tres territorios estudiados, cada uno con necesidades distintas, la cuenca alta del r¨ªo Surinam, que da nombre al pa¨ªs, desemboca en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Su comunidad (Saramaca) la forman descendientes de esclavos africanos y fue la que particip¨® en el mapa en 3D. Esta forma de representaci¨®n espacial, m¨¢s cercana a una maqueta y m¨¢s reconocible que los tradicionales, ¡°mostr¨® por primera vez la amplitud de la utilizaci¨®n de los bosques intactos por parte de las comunidades locales, porque hasta entonces, las zonas sin informaci¨®n clara se consideraban sin uso y ello repercute en su conservaci¨®n¡±, sigue la experta.
Hab¨ªa que involucrar a todas las generaciones en la elaboraci¨®n de los mapas, y los ni?os colaboraron en la primera parte del proceso. Luego llegaron los adultos para poblar el territorio. ¡°En 3 dimensiones, tuvo un efecto estimulante, porque pod¨ªan pintar el r¨ªo, se?alar los lugares donde deb¨ªa preservarse los recursos naturales para el futuro, o bien de disfrute cultural. Probar que en el bosque no hay puntos bald¨ªos, sino que forma un ecosistema valioso completo, les facilitar¨¢ el di¨¢logo con las autoridades cuando se proponga construir una hidroel¨¦ctrica, o una carretera. Su tradici¨®n es oral, y esta es una herramienta para comunicarse con el exterior¡±.
Aunque estas poblaciones conocen el ritmo del bosque y pueden contribuir a evitar su explotaci¨®n desmedida, en los mapas corrientes no pueden se?alar las zonas afectadas por las presiones medioambientales, y las que vale la pena no tocar. ¡°Era necesario construir un material comprensible y tangible, que les diera voz, y sirviera para dialogar con los que toman decisiones sobre su entorno a miles de kil¨®metros de distancia¡±, contin¨²a. Luego a?ade: ¡°Cuando los bancos de desarrollo financian proyectos de infraestructuras que afectan a bosques tropicales, su impacto no aparece reflejado en las im¨¢genes de sat¨¦lite. Eso solo se obtiene preguntando a sus pobladores, y es preciso incorporar otro tipo de informaci¨®n para generar un argumento internacional que evite la destrucci¨®n de un entorno vital¡±.
Durante todo el proceso, la estudiosa habl¨® con los l¨ªderes de las comunidades analizadas y el resto de sus miembros, que tambi¨¦n quieren mejorar su calidad de vida y tener acceso a la sanidad y la educaci¨®n. Como son los mejores usuarios del bosque, ella sugiere la creaci¨®n de empresas que les permitan aprovechar ellos mismos sus recursos de forma sostenible con los productos originarios, ya sean resinas, nueces, aceites o artesan¨ªa. ¡°De otro modo, puede ocurrir como en esta cuenca del r¨ªo Surinam, donde los l¨ªderes ind¨ªgenas piden concesiones forestales al Gobierno, pero como no tienen capacidad gestora, aparecen las compa?¨ªas de China y Malasia. Ellos acaban aceptando un dinero que gastan sin que mejore su vida, mientras otros se llevan la madera¡±.
Surinam posee el ¨¢rea de bosque m¨¢s intacto de mundo, y por eso trazar una carretera en la regi¨®n amaz¨®nica ser¨ªa el principio del fin
Al sur del propio Surinam, los mapas fueron elaborados en papel y luego en versi¨®n digital, y se?alan a su vez las zonas de valor cultural y econ¨®mico, y de subsistencia, para los ind¨ªgenas. ¡°El estudio sirvi¨® de base para la designaci¨®n del denominado Corredor de Conservaci¨®n, un proyecto remitido a la Asamblea Nacional del pa¨ªs, que puede contribuir a preservar 7,2 millones de hect¨¢reas de bosque intacto. Su aprobaci¨®n est¨¢ pendiente y la ONG Conservaci¨®n Internacional apoya a las comunidades ind¨ªgenas en este proceso. Por otra parte, Tropenbos [bosque tropical] International, la organizaci¨®n que financia el trabajo de Sara, la asiste para que regrese a la regi¨®n y comparta con sus moradores los resultados finales del trabajo¡±, indica Pita Verweij, profesora asociada del Copernicus Institute of Sustainable Development, de la Universidad de Utrecht, y supervisora de la tesis de la investigadora.
En la Amazonia colombiana, se plasmaron las ¨¢reas de caza, pesca, recolecci¨®n de frutas silvestres, obtenci¨®n de madera, fibras y materiales para la fabricaci¨®n de techos, o bien resinas silvestres y ornamentos. Si bien aqu¨ª la situaci¨®n es distinta, porque los pobladores tienen derechos sobre sus tierras ancestrales -que no sobre el subsuelo y ello puede crear problemas con la miner¨ªa- los mapas combinan el pasado y presente de la disponibilidad de recursos. Ello permiti¨® que vieran c¨®mo deb¨ªan adaptar su manejo tradicional para no agotarlos, reforzando as¨ª la utilidad de la investigaci¨®n en su conjunto para los grupos ind¨ªgenas.
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