La indagatoria de ?lvaro Uribe

El expresidente y actual senador colombiano, ?lvaro Uribe, tiene m¨²ltiples procesos judiciales y se?alamientos. Desde acusaciones de haber participado, junto a su hermano, en la conformaci¨®n de grupos paramilitares pasando por una de sus marcas m¨¢s negativas: que durante su gobierno m¨¢s de 4.000 colombianos fueron asesinados por miembros de Fuerzas Militares y se les hizo pasar por guerrilleros muertos en combate, hecho popularmente conocido como falsos positivos hasta uno de sus ¨²ltimos esc¨¢ndalos, llamado ¡®volteo de testigos¡¯, es decir, influir para que testigos en procesos judiciales cambien o modifiquen sus versiones.

Este ¨²ltimo caso lo llev¨®, por primera vez, a los estrados judiciales. Es algo relativamente parad¨®jico pues todo comenz¨® por una demanda que ¨¦l interpuso contra el senador Iv¨¢n Cepeda, luego de que este ¨²ltimo hiciera un debate sobre conformaci¨®n de grupos paramilitares. Meses despu¨¦s, la Corte Suprema de Justicia cerr¨® la investigaci¨®n contra Iv¨¢n Cepeda y compuls¨® copias contra el senador Uribe por manipulaci¨®n de testigos. Es un caso incre¨ªble ya que es el mejor ejemplo de un boomerang. Adem¨¢s, Uribe tiene acusaciones mucho m¨¢s graves que hasta el momento no lo han afectado judicialmente.

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En sentido estricto lo que ocurrir¨¢ en las pr¨®ximas horas es una indagatoria, nada m¨¢s que eso. Sin embargo, si la Corte Suprema considera que el senador ?lvaro Uribe puede torpedear el proceso judicial podr¨ªa dictar su encarcelaci¨®n. La otra opci¨®n es que la Corte no defina eso y Uribe no sea encarcelado aunque el proceso contin¨²e. Esa posibilidad ha puesto a Colombia en un gran debate porque el uribismo ha intentado llevar el caso del ¡°volteo de testigos¡± al terreno pol¨ªtico, hablando de persecuci¨®n, acusando a la justicia de estar infiltrada por la izquierda. Incluso hay quienes hablan de complot en el que meten a Venezuela, Cuba, Soros y lo que ellos llaman la ultraizquierda internacional. Algo realmente demencial, pero que es el argumento que utilizan. El uribismo ha puesto vallas, convocado plantones y marchas, pero el p¨²blico ya no responde como antes. La imagen del expresidente Uribe se ha deteriorado mucho en el ¨²ltimo tiempo.

Desde la posesi¨®n del presidente Iv¨¢n Duque, hace poco m¨¢s de un a?o y con un senador Uribe, que se cre¨ªa fortalecido, el partido de gobierno y en general el uribismo se meti¨® en una gran batalla por promover una reforma constitucional o una Asamblea Nacional Constituyente. Inicialmente hablaron de que el sistema judicial era corrupto y costoso y, por ende, se deb¨ªan suprimir las altas corte y crear una sola. Obviamente, dicha Corte todopoderosa ser¨ªa elegida bajo la administraci¨®n de Iv¨¢n Duque. Es decir, ellos tendr¨ªan una gran influencia en la designaci¨®n de los magistrados, garantizando detener los diferentes procesos judiciales en contra del expresidente. Sin embargo, el mal arranque del gobierno Duque; la unidad de sectores de la oposici¨®n y errores estrat¨¦gicos del uribismo han ido acabando con esa ilusi¨®n.

Ahora est¨¢n desesperados e intentando una ¨²ltima estrategia. B¨¢sicamente est¨¢n manejando el discurso de que el sistema de justicia transicional, creado en el marco del Acuerdo de Paz entre la exguerrilla de las FARC y el Estado colombiano, traer¨¢ impunidad y por esa raz¨®n hay que acabarlo. Para ello est¨¢n recogiendo firmas para promover un referendo. Obviamente, al final del proceso, intentar¨¢n incluir una gran reforma judicial para modificar el sistema judicial. Aun as¨ª los tiempos no cuadran, tampoco la fortaleza del ejecutivo en el Congreso de la Rep¨²blica y es muy factible que una propuesta de estas no aguante una revisi¨®n de la Corte Constitucional.

De hecho, una buena cantidad de las investigaciones contra el senador Uribe deber¨ªan ser asumidas por la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP). Esta posibilidad tiene igualmente tensionado al expresidente quien ha dise?ado todo tipo de estrategias para destruir la JEP. Sin importar que pase en las pr¨®ximas horas, es importante recordar que nadie puede estar por encima de la justicia y la democracia. El que cometa delitos que pague por ellos.