Las mujeres, en el centro de la respuesta a la crisis clim¨¢tica
Es urgente implementar acciones contundentes y compromisos concretos ante el cambio clim¨¢tico, pero el desarrollo sostenible no se lograr¨¢ bajo un sistema patriarcal y sin la participaci¨®n de las mujeres y las ni?as, en todos los niveles y en todas las esferas
¡°Frente a los m¨²ltiples y complejos efectos de la crisis clim¨¢tica en la vida de las mujeres y las ni?as, ellas no son solo v¨ªctimas, sino que han demostrado la capacidad, creatividad e innovaci¨®n ante la adversidad, tomando la iniciativa y siendo l¨ªderes en la generaci¨®n de transformaciones culturales que paso a paso contribuyen a proteger el medio ambiente, mejorar la calidad de vida de sus hogares y de sus comunidades; es decir, ayudan a revertir las inequidades y desigualdades que el sistema patriarcal impone sobre las mujeres y el planeta¡±, Ruta Pac¨ªfica de las Mujeres, un movimiento pacifista, antimilitarista y de construcci¨®n de paz en Colombia.
La crisis medioambiental del Amazonas causada por las deforestaciones masivas promovidas por sistemas de producci¨®n y consumo insostenibles, que en 2019 han significado la tala de entre 12.000 y 13.000 kil¨®metros cuadrados de selva, provocando incendios que han devastado ya m¨¢s de 3,000 kil¨®metros cuadrados de este ecosistema, nos urge a brindar respuestas integrales, sostenidas, con perspectiva de g¨¦nero y enfoque de derechos humanos si queremos lograr el desarrollo sostenible que nos hemos planteado hacia el 2030.
El problema de fondo subyace en el modelo de desarrollo adoptado por los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe, el cual se ha centrado en la producci¨®n de bienes, sacrificado los dem¨¢s aspectos de la vida. Bajo este modelo, la ¨¦tica, la justicia y cuidado de la naturaleza han sido relegados, trayendo efectos catastr¨®ficos para el planeta, las mujeres y sus comunidades. Una muestra de ello son las cifras de personas defensoras del medioambiente asesinadas por oponerse a esta visi¨®n del desarrollo que impera en todo el mundo. En Colombia, por ejemplo, la miner¨ªa ilegal va de la mano con el conflicto, poniendo en riesgo el proceso de paz que diversas organizaciones civiles, muchas de ellas lideradas por mujeres, han impulsado durante los ¨²ltimos a?os.
El Comit¨¦ de Am¨¦rica Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem) tambi¨¦n ha denunciado la inacci¨®n y permisividad de los gobiernos neoliberales ante las actividades indiscriminadas de producci¨®n y extracci¨®n, cuyos impactos socio-ambientales son disfrazados bajo supuestos objetivos vinculados al desarrollo y el progreso de las comunidades, que priorizan los intereses particulares y de consumo sobre el inter¨¦s general y la protecci¨®n del medioambiente.
La ¨¦tica, la justicia y cuidado de la naturaleza han sido relegados, trayendo efectos catastr¨®ficos para el planeta, las mujeres y sus comunidades
Las brechas de desigualdad se acent¨²an bajo este sistema, donde las consecuencias m¨¢s graves las sufren las personas en situaci¨®n de pobreza, particularmente las mujeres y las ni?as, ya que son ellas quienes duplican o triplican esfuerzos para alimentar y proporcionar una vivienda adecuada a sus familias cuando ocurren desastres naturales o hay escasez de servicios b¨¢sicos como agua potable, aunado a la violencia que enfrentan en contextos de crisis humanitaria provocados por desastres naturales y a la violencia basada en g¨¦nero que les afecta cotidianamente.
A pesar de ello, el ?ndice de G¨¦nero de los ODS de 2019, realizado por Equal Measures 2030, revela que 19 de los 21 pa¨ªses de la regi¨®n incluidos en esta herramienta obtienen una calificaci¨®n reprobatoria en el nivel de compromiso con la reducci¨®n del riesgo de desastres, exceptuando M¨¦xico y Per¨², tendencia que el ?ndice observa a nivel global. Asimismo, en pa¨ªses como Chile, Paraguay, Per¨², Brasil, Venezuela, Nicaragua y Guatemala las mujeres no est¨¢n suficientemente representadas en las delegaciones de pa¨ªs dentro de la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico (UNFCCC, por sus siglas en ingl¨¦s) ¨Ccoloc¨¢ndoles con un desempe?o deficiente o muy deficiente en este rubro¨C, obviando el papel central de las mujeres y las ni?as en estos esfuerzos.
Los gobiernos deben reconocer el papel fundamental que las organizaciones de mujeres tienen en el cuidado del planeta
Lo anterior no solo va a detrimento de las metas contenidas en el ODS 13 sobre cambio clim¨¢tico y el ODS 5? sobre igualdad de g¨¦nero, sino de otros objetivos fundamentales para erradicar la pobreza, las desigualdades y para alcanzar la paz en nuestros pa¨ªses. Ante este escenario, reiteramos la urgencia de implementar acciones contundentes y compromisos concretos ante el cambio clim¨¢tico, recordando que el desarrollo sostenible no se lograr¨¢ bajo un sistema patriarcal y sin la participaci¨®n de las mujeres y las ni?as, en todos los niveles y en todas las esferas.
Hoy reclamamos nuestro derecho a ser parte integral de la respuesta ante la crisis clim¨¢tica global y que los gobiernos reconozcan el papel fundamental que las organizaciones de mujeres tienen en el cuidado de la vida y del planeta, promoviendo su participaci¨®n real y efectiva, y abordando las brechas de informaci¨®n en temas cr¨ªticos vinculados a la inclusi¨®n de las mujeres en la toma de decisiones en materia energ¨¦tica, clim¨¢tica y migratoria, entre otras, mismas que el ?ndice de G¨¦nero de los ODS tambi¨¦n identifica.
Sandra L. Luna, Ruta Pac¨ªfica de las Mujeres, Coordinadora del Proyecto EM2030 en Colombia.? Cecilia Garc¨ªa, Coordinadora del Proyecto Equal Measures (EM2030) / CLADEM?en ALC
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