Atornillando la ciencia
La burocracia que paraliza la ciencia espa?ola ha provocado una rebeli¨®n de profesores y catedr¨¢ticos de la Universidad Complutense
Se dice que la ciencia la hacen los becarios, y es verdad en un sentido muy concreto. Los jefes tienen que rellenar tan largos formularios, tramitar tan sinuosos documentos, implorar tan altos permisos y solicitar dinero a tanta gente tan poco predispuesta a soltarlo que, como es l¨®gico, los ¨²nicos que pueden hacer los experimentos son los estudiantes de doctorado, los posdocs y dem¨¢s gente de mal vivir que rueda por el laboratorio.
Lee en Materia una peque?a rebeli¨®n de diez profesores y catedr¨¢ticos de la Universidad Complutense contra esa org¨ªa burocr¨¢tica a la que llaman, con humor e intensidad mitol¨®gica, ¡°la Hidra de Lerna¡±, aquella asquerosa y cruel serpiente polic¨¦fala del inframundo que generaba dos cabezas por cada una que le cortabas. Uno de esos monstruos a los que la mayor parte de la gente preferir¨ªa dejar tranquilos para no empeorar sus opciones de supervivencia. Pero al que estos diez cient¨ªficos, que coordinan la plataforma de investigadores de esa universidad madrile?a, se han atrevido a desafiar como solo H¨¦rcules os¨® hacer en tiempos b¨ªblicos.
Los investigadores deben restringirse a proveedores autorizados que venden por encima del precio de mercado
Si todo ese procedimiento administrativo aumentara la sensatez, o incluso la agudeza, en la concesi¨®n de subvenciones a los proyectos, o los mejorara durante su tramitaci¨®n con las cr¨ªticas y consejos de unos paneles cient¨ªficos entregados a ello, la dilataci¨®n en el tiempo podr¨ªa servir de algo, despu¨¦s de todo. Pero los investigadores de la Complutense no est¨¢n persuadidos de que sea as¨ª. Piensan m¨¢s bien que los funcionarios y estamentos administrativos no suelen entrar al fondo de las cuestiones cient¨ªficas que se debaten. Simplemente se retrasan por la misma raz¨®n que se demoran los cantos en un arroyo: porque son pesados y poco aerodin¨¢micos.
La hip¨®tesis alternativa ¡ªque haya una conspiraci¨®n administrativa para evitar que los laboratorios compren un destornillador en menos de tres meses¡ª ser¨ªa verdaderamente extra?a, ?no? M¨¢s vale creer en la torpeza humana, aunque hay otras denuncias m¨¢s preocupantes si cabe, porque los investigadores deben restringirse a un cat¨¢logo de proveedores autorizados que venden por encima del precio de mercado. Lean el art¨ªculo citado m¨¢s arriba para aprender una devastadora lista de ejemplos.
El estorbo que supone tardar tres meses en comprar un destornillador sub¨®ptimo lo puede entender cualquiera, pero hay un asunto m¨¢s sutil que rara vez se discute en este contexto. La pr¨¢ctica cient¨ªfica es en el fondo una artesan¨ªa, y ha exigido siempre que los viejos supervisen y ense?en a los j¨®venes. El jefe no puede hacer eso si se pasa nueve horas al d¨ªa rellenando papeles innecesarios. Destruir a la Hidra de Lerna fue el segundo de los trabajos de H¨¦rcules, ?y saben cu¨¢l fue el truco? En cuanto H¨¦rcules cortaba una cabeza del monstruo, su sobrino le abrasaba con fuego el mu?¨®n del que, de otra forma, habr¨ªan brotado dos cabezas nuevas. Dejo al lector la interpretaci¨®n de esta met¨¢fora.
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