Contar hasta 10 o la importancia de la paciencia en la educaci¨®n de los ni?os
Lo normal es que los menores no lo hagan todo bien ni a la primera ni todas las veces
Hoy en d¨ªa vivimos en la cultura de la inmediatez donde impera el aqu¨ª y ahora. La sociedad y las nuevas tecnolog¨ªas nos lo ponen cada vez m¨¢s f¨¢cil. Las prisas y la falta de paciencia forman parte de nuestra vida cotidiana. ?Qu¨¦ ocurre con los ni?os? ?En qu¨¦ medida les afecta todo esto?
De la misma manera, buscamos recetas m¨¢gicas para la educaci¨®n de nuestros hijos, r¨¢pidas y efectivas, pero pronto llega la frustraci¨®n al ver que estas no siempre resultan tan eficientes ni funcionan tan r¨¢pido como esper¨¢bamos.
Seg¨²n crecen nos vamos dando cuenta de que criar a un hijo no es tarea f¨¢cil, pero nadie dijo que as¨ª fuera, la crianza requiere mucho tiempo, control emocional tolerancia y sobre todo grandes dosis de paciencia.
La educaci¨®n tiene mucho de sentido com¨²n y poco de reglas absolutas.
?Por qu¨¦ es tan importante la paciencia?
Reflexionemos sobre ello: Los adultos esperamos resultados inmediatos en sus vidas: que aprendan a andar r¨¢pido, que se est¨¦n quietos, que obedezcan, que aprendan a compartir, que controlen su ira o dejen llorar. Nos olvidamos que los ni?os son ni?os, que no nacieron sabi¨¦ndolo todo y necesitan pasar por un proceso de aprendizaje. Pero sobre todo nos necesitan a nosotros.
Conscientes de que a veces es dif¨ªcil bajar el ritmo, quiz¨¢ convendr¨ªa tratar de ajustar nuestras expectativas.
- ?Qu¨¦ m¨¦todos utilizamos en el d¨ªa a d¨ªa cuando estamos cansados y esperamos que se duchen o hagan sus tareas? La b¨²squeda de obediencia inmediata y las prisas hacen que los adultos recurran de manera sistem¨¢tica a los chantajes y las amenazas, los cuales suelen provocar miedo y culpa, lo que puede generar efectos muy perjudiciales en los ni?os.
- ?Qu¨¦ deseamos para nuestros hijos?, ?Obediencia o colaboraci¨®n?, ?Que hagan las cosas por miedo o que sean responsables y piensen por s¨ª mismos?
- ?Qu¨¦ ocurre cuando los padres y madres cansados de largas horas de jornada laboral y miles de quehaceres en el hogar exponemos a los ni?os a tiempos ilimitados delante de las pantallas?
En la crianza tambi¨¦n hay momentos de supervivencia, pero estos no deben convertirse en una rutina.
Pedimos respeto cuando nosotros no respetamos sus tiempos, y en ocasiones tampoco sus prioridades, las cuales est¨¢n a menudo muy lejos de las nuestras.
Si un ni?o est¨¢ jugando solemos interrumpirlo, pensando que lo que tiene que hacer siempre es mucho m¨¢s importante.
Seamos conscientes de sus prioridades y aprendamos a respetarlas. As¨ª ellos tambi¨¦n respetar¨¢n las nuestras.
A veces es tan sencillo como darles un poco m¨¢s de tiempo y obtener su colaboraci¨®n de forma voluntaria. S¨¦ que te est¨¢s divirtiendo mucho en este momento pero es la hora del ba?o. ?Quieres jugar 5 minutos m¨¢s o prefieres llevarte alg¨²n juguete a la ba?era?
Sumando exigencias, tratamos de que los ni?os se comporten o hagan cosas para las que a¨²n no est¨¢n preparados, pero eso no ocurre solo en el hogar tambi¨¦n en los centros educativos. Las prisas por aprender a leer, los objetivos marcados, los horarios, las altas expectativas¡
Lo normal es que los ni?os no lo hagan todo bien ni a la primera ni todas las veces. En ocasiones los adultos acabamos haciendo cosas por ellos que podr¨ªan hacer por s¨ª mismos, bien por falta de tiempo o porque no siempre hacen las cosas como nos gustar¨ªa, priv¨¢ndoles as¨ª de una extraordinaria oportunidad de aprendizaje.
Constantemente les pedimos a los ni?os paciencia y que aprendan a tolerar su frustraci¨®n, cuando a menudo nosotros fallamos como modelo.
La paciencia es una virtud que debemos cultivar y junto a la calma son dos de los mejores regalos que podemos hacer a los ni?os, no podemos olvidar mantener una actitud positiva mientras esperamos.
Todo puede convertirse en una batalla si lo permitimos, pero si conseguimos relativizar, y abandonar la urgencia, podremos abordar las dificultades que surjan en el d¨ªa a d¨ªa, con la calma que ellos y nosotros precisamos.
Es necesario priorizar donde queremos poner nuestra energ¨ªa, de lo contrario llegar¨¢ el desgaste.
No nos olvidemos que ser ni?o en esta sociedad tampoco es tarea f¨¢cil.
*Ruth Alfonso Arias. Educadora Infantil. Educadora de familias certificada de Disciplina Positiva
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