Huertos cercanos, compra kil¨®metro cero
El cultivo de frutas y verduras que provee la tierra f¨¦rtil del extrarradio favorece el comercio de proximidad y genera empleo para la poblaci¨®n de Saint Louis
La tierra est¨¢ a los pies de las personas. Para tratar con ella hay que hacer reverencias, agacharse, ponerse al nivel del elemento que sustenta la vida y la biodiversidad y que absorbe cantidades ingentes de carbono. A diario le muestran as¨ª sus respetos las agricultoras senegalesas en los campos que flanquean los alrededores de la ciudad de Saint Louis y en direcci¨®n hacia el noreste de la regi¨®n. Ah¨ª brotan, a los bordes de las orillas del r¨ªo Senegal, toneladas de tomates, cebollas, patatas, berenjenas, calabacines, pimientos, hibiscos, limones, mangos, palmeras para aceite¡ Se cultivan tambi¨¦n hect¨¢reas y hect¨¢reas de ca?a de az¨²car, ma¨ªz y de distintas variedades de arroz que se van incorporando con semillas adaptadas a las condiciones medioambientales trabajadas con el apoyo de programas nacionales para promover el autoabastecimiento del cereal.
Las mujeres han tomado la delantera en el sector y lideran centenares de iniciativas empresariales y asociaciones de producci¨®n y transformaci¨®n de alimentos. Un grupo de ellas llega al despuntar el d¨ªa al mercado de Sor de Saint Louis en una furgoneta que parte de madrugada desde los pueblos cercanos. Subido en la baca, un joven comienza a bajar sacos y sacos de distintas frutas y verduras que se van repartiendo entre las vendedoras que a la vez se aligeran en coger sitio en la calle para disponer el g¨¦nero. "Cada persona puede vender directamente los productos de su huerto sin problema, el Estado subvenciona semillas y fertilizante", detalla en su despacho Serigne Diaw, jefe del servicio regional de Comercio de Saint Louis, instituci¨®n que se encarga de regularizar la comercializaci¨®n, los precios y la calidad de los productos.
"La econom¨ªa de la regi¨®n de Saint Louis se basa esencialmente en la agricultura y la ganader¨ªa. Gran parte de la producci¨®n de granos proviene de la zona, y todos los tomates industriales y la ca?a de az¨²car tambi¨¦n proceden all¨ª, adem¨¢s de la cebolla y una porci¨®n significativa del arroz", se lee en el informe Situaci¨®n Econ¨®mica y Social Regional de Saint Louis de la Agencia Nacional de Estad¨ªstica y Demograf¨ªa. En el texto se detalla que las grandes unidades agroindustriales establecidas en la regi¨®n y otras empresas exportadoras son indicadores relevantes del potencial agr¨ªcola de la regi¨®n y contribuyen tambi¨¦n a reducir el desempleo juvenil "a trav¨¦s de puestos de trabajo directos e indirectos". Un sector que se une al de la pesca como "importante" promotor de la econom¨ªa local.
"Los vendedores del mercado vienen hasta mi huerto y se llevan directamente las frutas y las verduras para distribuirlas en la ciudad", explica la agricultora Maimouna Diop, en una pr¨¢ctica que favorece el mercado de proximidad, de kil¨®metro cero, que acorta los intermediarios y promueve la venta de productos frescos y de temporada. No obstante, detalla tambi¨¦n que el 100% de las cebollas y el 80% de los tomates que cultiva los env¨ªa a Dakar, asegura mientras camina a pleno sol por el huerto y va quitando malas hierbas. "Adem¨¢s de las ayudas para el sector, hemos recibido formaci¨®n para limitar el uso de los fertilizantes y preferimos utilizar compostaje, pero de momento lo compaginamos", se?ala Diop.
Protesta porque por culpa del cambio clim¨¢tico, la temporada de lluvias lleva dos meses de retraso, lo que le impide prever las cosechas y altera la producci¨®n, y por ende su disponibilidad y sus precios. Para regular las amenazas clim¨¢ticas y favorecer el autoabastecimiento del pa¨ªs, los agricultores reciben ayudas estatales o internacionales para la instalaci¨®n de infraestructuras que provean de agua a los huertos. Diop hace uso de ellos, y reclama reclama paneles de energ¨ªa solar para dar fuerza a las bombas de agua que facilitan la irrigaci¨®n en esta regi¨®n, que dispone tanto del agua del r¨ªo Senegal, controlada por la barreras de Diama y Manatali, como subterr¨¢nea.
"Despu¨¦s de la lluvia falta lechuga", dice Aisatou Coulibaly, que cuenta que es vendedora desde hace 25 a?os en el mercado de Sor y tapa sus frutas y hortalizas con un trapo h¨²medo para mantenerlas frescas. En la ciudad no hay supermercados ni grandes superficies comerciales, ni c¨¢maras frigor¨ªficas para mantener en la temperatura adecuada las frutas y las verduras, lo que genera que el proceso de recolecci¨®n y venta sea r¨¢pido. "En mi establecimiento vendo los productos que cosecha mi marido aqu¨ª al lado, en Gandiol, pr¨¢cticamente todo es de nuestro huerto", asegura la vendedora. Ella abastece de productos a uno de los restaurantes donde se prepara Ceebuj?n, el tradicional plato senegal¨¦s, para el que no debe faltar tomate, cebolla, berenjenas, lim¨®n y otra decena de ingredientes disponibles en la ciudad.
A los productos locales, se les suman tambi¨¦n los importados como las peras y las manzanas de Sud¨¢frica y los pl¨¢tanos y naranjas de Costa de Marfil que comparten mostrador en el puesto de Seynabou Gaye, tambi¨¦n de Sor. "Es un g¨¦nero bueno el que viene de fuera, pero tambi¨¦n tenemos de Senegal la sand¨ªa, el mel¨®n y los mangos, y la guan¨¢bana de Saint Louis", detalla la frutera, que retorn¨® a trabajar a la ciudad despu¨¦s de pasar seis a?os de cocinera en L¨ªbano. Por otro lado, la exportaci¨®n de otros productos tambi¨¦n repercute en la reducci¨®n de los alimentos que se consumen en Saint Louis. "Todos los granjeros tienen un campo donde cultivan para ellos mismos, pero si las grandes compa?¨ªas agroalimentarias les piden que trabajen como jornaleros y ellos aceptan, no tienen despu¨¦s tiempo para su producci¨®n. Esto conlleva que al final, los productos que se cultivaban aqu¨ª pueden no ser tan f¨¢ciles de encontrar. La gran empresa privada ha cambiado la tradici¨®n", indica Papa Insall, adjunto al jefe de Servicio Regional de Comercio.
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