Lichis: la nueva vida de mileurista del m¨²sico que alcanz¨® el n¨²mero uno
Con La Cabra Mec¨¢nica son¨® en todos los hogares espa?oles, hoy reniega de todo aquello: toca en salas peque?as, no echa de menos la fama y es m¨¢s feliz que nunca
Con La Cabra Mec¨¢nica lleg¨® al n¨²mero uno de Los 40 Principales, los estribillos de La lista de la compra -su d¨²o con Mar¨ªa Jim¨¦nez- o No me llames iluso -tema del cup¨®n de la ONCE- eran tarareados por todo el mundo y la cr¨ªtica musical alababa sus discos. Hoy, el protagonista de todo aquello, Miguel ?ngel Hernando Trillo, m¨¢s conocido como Lichis, vive al d¨ªa, acumula deudas como muchos espa?oles y dice: "El mes que me va bien soy mileurista". Sin embargo, est¨¢ en paz consigo mismo y no se cambiar¨ªa por el que era hace 20 a?os. "Ahora mismo tengo una vida de la que me siento muy orgulloso y voy con la cabeza alta", afirma.
Lichis (Barcelona, 1970) se ha levantado temprano la ma?ana de la entrevista con ICON. Ha llevado a sus hijos al colegio y ha cogido un tren de Cercan¨ªas. Vive en Humanes, a 34 kil¨®metros de Madrid ciudad. All¨ª se compr¨® una casa espaciosa, que asegura que le cost¨® lo mismo que podr¨ªa haberse gastado en un apartamento de 50 metros cuadrados en el centro de Madrid. Y se mont¨® un estudio. Despu¨¦s de 35 minutos de trayecto llega a la estaci¨®n de Atocha, donde hemos quedado para la entrevista. "No volver¨ªa al centro de Madrid jam¨¢s, se ha vuelto hostil y elitista. Es un conglomerado de franquicias", sentencia.
"He vivido momentos de meterme en la furgoneta llorando porque la gente me ped¨ªa que le devolviera el dinero de la entrada"
El m¨²sico tiene buen aspecto. El a?o que viene cumplir¨¢ 50 a?os. Su pelo desali?ado es pr¨¢cticamente el mismo con el que hace 22 a?os debutaba con La Cabra Mec¨¢nica, pero la barba de tres d¨ªas, la ligera hinchaz¨®n bajos sus ojos y cierto aire de cansancio le alejan del veintea?ero que era cuando empez¨® su carrera. Nada en ¨¦l hace indicar que uno est¨¦ frente a una estrella del rock que no hace tanto tocaba frente a miles de personas. Durante la hora y pico en que transcurre la entrevista nadie le para ni le piden fotos o aut¨®grafos.
Uno de sus ¨²ltimos conciertos junto a Rub¨¦n Pozo (exPereza), que est¨¢n recorriendo Espa?a y que acaban de publicar el disco Mesa para dos, ha sido en una sala de Granada con un modesto aforo de 110 personas. El m¨²sico es aut¨®nomo, como lo son los tres millones de espa?oles registrados en el R¨¦gimen Especial de Trabajadores Aut¨®nomos (RETA), no llega sobrado a fin de mes y es un padre de familia que trabaja el 90% del tiempo en casa e intenta cuadrar todos los compromisos profesionales para atender sus deberes como padre. A su primera hija, Julieta, la tuvo con 42 a?os, a su hijo peque?o con 46. Es consciente de que van a tener un "pap¨¢ bastante abuelete". Lichis piensa mucho en la muerte, un tema que le ha obsesionado siempre, pero que se ha acentuado desde que es padre. "Miro 20 a?os atr¨¢s y me parece que fue ayer. Si pienso en 20 a?os adelante, mis hijos tendr¨¢n 28 y 24 a?os, yo 70... Me gustar¨ªa verlos crecer y conocer a alg¨²n nieto. Estas cosas son complicadas...".
V¨ªdeo de 'La lista de la compra', uno de los grandes ¨¦xitos de La Cabra Mec¨¢nica, esta vez junto a Mar¨ªa Jim¨¦nez.
Cuando conoci¨® a su actual mujer, Roc¨ªo, ¨¦l ten¨ªa una hija y ella ten¨ªa un hijo. Poco despu¨¦s se casaron y tuvieron un ni?o, "el peque?¨ªn". Ahora en casa son cinco. "Somos una familia moderna. Mi vida es absolutamente normal. El peque?o tiene 4 a?os, la mediana 8, y el mayor 12", explica mientras apura un caf¨¦ con leche. Lichis reconoce que formar una familia le ha reconciliado con la vida: lleva m¨¢s de 30 a?os viviendo de la m¨²sica y se siente un triunfador. "El mensaje que quiero lanzar a mis hijos es que si tienen que fracasar, que fracasen con lo que realmente les gusta. Porque entonces no ser¨¢ un fracaso", se?ala.
Lichis hace esta reflexi¨®n cuando se cumplen 10 a?os del fin de La Cabra Mec¨¢nica, el grupo con el que se gan¨® a la cr¨ªtica y lleg¨® a ser n¨²mero uno, pero que termin¨® llev¨¢ndole a una depresi¨®n tras publicar No me llames iluso. El tema de la campa?a del cup¨®n de la ONCE de 2003, que sonaba varias veces al d¨ªa en los hogares espa?oles durante los anuncios de la televisi¨®n, fue, en propias palabras del m¨²sico, "un error", una canci¨®n que jam¨¢s debi¨® haber hecho. "La Cabra Mec¨¢nica era un proyecto medianamente respetado. Se nos hac¨ªa jugar en la liga de Joaqu¨ªn Sabina, Kiko Veneno... , pero de repente lleg¨® una agencia de publicidad con una canci¨®n [No me llames iluso] que era una p¨¦sima imitaci¨®n de mi propio trabajo. Me dijeron que ten¨ªamos muy dif¨ªcil sonar en radio y que era bueno para mi carrera hacerla. Al final, ced¨ª. Solo ped¨ª que me dejaran hacer una letra, unos arreglos y vestirla de otra forma que no fuera esa basura. Lo intent¨¦, pero no lo consegu¨ª. Se vendieron la mitad de discos de los que hab¨ªamos vendido antes y acab¨¦ sumido en una depresi¨®n tremenda y en un desencanto terrible".
"El mensaje que quiero lanzar a mis hijos es que si tienen que fracasar, que fracasen con lo que realmente les gusta. Porque entonces no ser¨¢ un fracaso"
No quiere ahondar en la que fue la peor ¨¦poca de su vida, ni en todo aquello que le llev¨® a la depresi¨®n porque no quiere convertir la entrevista en campo de lamentos. Como confes¨® en una entrevista que concedi¨® a EL PA?S, el alcohol y las drogas protagonizaron muchas de sus composiciones de aquella ¨¦poca: "Solo cuento mi experiencia [con las drogas] tal y como yo la entiendo; con sus virtudes y sus defectos. En mis canciones se habla de la coca¨ªna, pero yo no defiendo su uso. Lo que intento es expresar qu¨¦ sucede cuando tomas coca¨ªna". Pero esa ¨¦poca salpimentada con los clich¨¦s del rock and roll ha quedado atr¨¢s, ahora vive una etapa tranquila.
Hace ¨¦nfasis en que no echa de menos qui¨¦n era cuando sus canciones sonaban en todas partes. "Lanzamos el mensaje de que lo que merece la pena es lo que ocurre hasta cierta edad y que de ah¨ª para adelante es basura, y no. Hay un mont¨®n de cosas despu¨¦s y merece la pena contarlas y cantarlas", apunta. Pero el camino no ha sido f¨¢cil. Sus primeros conciertos en solitario tras publicar Modo avi¨®n (2014) no fueron bien acogidos por el p¨²blico y tuvo que aprender a gestionar la incomprensi¨®n de unos fans que lo que buscaban en sus nuevas canciones era una continuaci¨®n de lo que Lichis hac¨ªa con La Cabra: "He vivido momentos de meterme en la furgoneta llorando porque la gente me ped¨ªa que le devolviera el dinero de la entrada y me ca¨ªa una por las redes sociales de flipar¡".
El catal¨¢n es un m¨²sico con tir¨®n entre los de su profesi¨®n: cant¨® junto a Joaqu¨ªn Sabina el himno del Atl¨¦tico de Madrid Motivos de un sentimiento; con Jairo Parera (Muchachito Bombo Infierno), Albert Pla, Tomasito y El Canijo (Los Delinq¨¹entes) form¨® La Pandilla Voladora; Fito Cabrales se lo llev¨® de gira porque admiraba su trabajo; Estopa le invit¨® a tocar con ellos en Las Ventas frente a 20.000 personas, reconoci¨¦ndole como el antecesor de su m¨²sica; el propio Rub¨¦n Pozo sigue reivindicando todo lo que hizo Lichis con La Cabra Mec¨¢nica...
Sin embargo, lo mucho o lo poco que gan¨® con La Cabra -asegura que no fue tanto- se fue "por diferentes circunstancias". Con La Cabra Mec¨¢nica qued¨® grabado en el subconsciente colectivo que gan¨® mucho dinero, pero ¨¦l dice que no fue as¨ª. Nunca vendieron m¨¢s de 50.000 discos en una ¨¦poca en la que Estopa, Jarabe de Palo o Amaral despachaban much¨ªsimos m¨¢s. "?ramos un grupo muy minoritario y muy cafre. Tuvimos ¨¦xito, pero no tanto como la gente cree. Con La Cabra me qued¨¦ a medio camino, ten¨ªa una notoriedad y una exposici¨®n p¨²blica que no se correspond¨ªa a lo que eso generaba a nivel econ¨®mico", se?ala.
Tambi¨¦n min¨® su moral que aparecieran versiones desenfocadas de su m¨²sica (por ejemplo, Melendi) que eran despreciadas por la cr¨ªtica, pero que vend¨ªan muchos miles de discos. "Cuando vi que hab¨ªa otras propuestas musicales parecidas y herederas de lo que nosotros hab¨ªamos hecho con La Cabra que s¨ª ten¨ªan el apoyo de las radios y los medios dije: 'Se acab¨®".?
Es muy f¨¢cil que a Lichis le pidan que se cante alg¨²n tema de La Cabra Mec¨¢nica en cualquiera de sus conciertos. Lo que no es f¨¢cil es que Lichis los cante. Durante a?os no ha escondido que todo lo que sonara, oliera o le recordara a La Cabra le produc¨ªa rechazo. Hoy la oposici¨®n a defender estos temas sobre el escenario no va de rechazo sino de evoluci¨®n: "Estoy muy contento con lo que ahora mismo est¨¢ en mi cabeza y en mi coraz¨®n. Por eso sigo haciendo canciones nuevas y no vivo del revival. Ya no soy la misma persona que compuso esos temas y para m¨ª es muy dif¨ªcil verme cantando eso. Es como si ahora te obligaran a vestirte como si tuvieras 15 a?os". Incluso se averg¨¹enza al escuchar discos de aquella ¨¦poca.
En Rub¨¦n Pozo ha encontrado un aliado. Los discos que ambos publicaron en solitario, tras Pereza y La Cabra Mec¨¢nica, son bastante confesionales y lo que empez¨® como una uni¨®n sin m¨¢s pretensiones que tocar juntos en alg¨²n concierto ha derivado en uno de los discos de los que m¨¢s orgulloso se siente Lichis. "Todo empez¨® porque me di cuenta de que Rub¨¦n estaba contando en sus canciones muchas de las cosas en las que yo mismo estaba inmerso musical y personalmente".
Hoy Lichis no congrega a un p¨²blico masivo en sus conciertos, pero es m¨¢s feliz que cuando s¨ª lo hac¨ªa. Adem¨¢s de la felicidad, estado de ¨¢nimo al que, por cierto, dedic¨® un tema con La Cabra, el m¨²sico le encuentra m¨¢s ventajas al ¨¦xito discreto en el que se mueve actualmente: "Lo bueno es que desde hace muchos a?os no viene nadie a hacerse mi amigo para pedirme dinero ni viene ninguna empresa a hacerme una reparaci¨®n en casa y cuando me ve la cara me cobra el doble".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.