El ¡®Spoken Word¡¯ africano, o cuando la palabra hereda el alma del ¡®griot¡¯
Los j¨®venes animan la escena del auspicioso movimiento africano de la palabra dicha conjugando los temas de las tradiciones comunitarias con su catarsis de la vida cableada
¡°Si los africanos no empezamos a contar nuestras historias, ?frica desaparecer¨¢¡±, era el preg¨®n del padre del cine africano, Ousmane Sembene (1923-2007). El realizador senegal¨¦s cont¨® su continente en sus libros, pero a la hora de comunicarse con sus vecinos se decant¨® por el cine, porque sab¨ªa que la tradici¨®n oral prevalecer¨ªa en aquella tierra donde a los trovadores se les llama griots. Los griots eludieron la palabra escrita para narrar lo que los antepasados les ven¨ªan legando, m¨¢s all¨¢ de las cesuras (o interrupciones ajenas) que dejaron los tiempos coloniales. Se esquivaban, as¨ª, condicionantes como las altas tasas de analfabetismo o el desapego de la gente hacia un idioma aprendido que, en la mayor¨ªa de los casos, no es su lengua materna sino una que deben estudiar, y que muchas veces les suena artificial.
Hoy ?frica pertenece a los j¨®venes y los j¨®venes est¨¢n en las redes de Internet, compartiendo fotos y v¨ªdeos en ¡°Insta¡±. Sin embargo, el esp¨ªritu griot contin¨²a circulando en redes, encarnado en los nuevos trovadores se han pasado horas y horas de su adolescencia absortos frente a Youtube, el canal que ha borrado las fronteras entre las poblaciones urbanas y las rurales. De esa generaci¨®n son los griots del siglo XXI, que han optado por contar en verso, a la manera de lo raperos norteamericanos y como antes lo hab¨ªan hecho los poetas beatniks, en recitales de palabras llenas de sonoridad y ritmo poderoso. Ellos animan la escena del auspicioso movimiento africano del Spoken Word (literalmente, palabra dicha), conjugando los temas de las tradiciones comunitarias con su catarsis de la vida cableada (o en perpetua conexi¨®n), la precariedad laboral, la ascensi¨®n con las drogas (getting high), los miedos, las fronteras, los castigos familiares y la alegr¨ªa de la calle. As¨ª, las escenas fecundas de Spoken Word del continente transcurren, seg¨²n los propios protagonistas, en Sud¨¢frica, Kenia, Ghana y Nigeria.
Entre los pioneros del Spoken Word en Ghana, se destaca Mutombo da Poet, un hombre joven y alt¨ªsimo, que ahora tiene 38 a?os, que ven¨ªa del rap y que empez¨® a frasear en los bares, en 2006: ¡°Cuando vi al poeta afroamericano Saul Williams supe que eso era lo que quer¨ªa hacer¡±, declara a su paso por el Festival Poetas es Griots, en Madrid. ?l ha allanado el camino para que otros poetas sigan con esta forma de arte, y la cosa se ha ido animando y poblando de chicos que llegan a decir con ritmo, porque no hace falta dinero sino atenci¨®n, frescura y facilidad de expresi¨®n. Lo dem¨¢s se hace con un ordenador port¨¢til, incluso con el m¨¢s barato del mercado, o en el locutorio.
En el largo poema Sweet memories (dulces memorias), Mutombo relata con cierta iron¨ªa una infancia cualquiera, en su pa¨ªs, para que bailemos y pensemos:
¡°El hombre nunca sabe lo que trae el ma?ana porque es opaco, pero el cerebro siempre puede atravesar el pasado transparente y aprovechar esos recuerdos nost¨¢lgicos para despertarse. Las im¨¢genes de la infancia se renuevan en la cabeza, en una galer¨ªa, con retratos y dibujos abstractos, en mosaicos que representan la crucifixi¨®n en el calvario (¡) Nosotros ¨¦ramos ni?os vagabundos como mi pap¨¢. La ¨²nica diferencia era que ten¨ªamos mejores sue?os, porque regres¨¢bamos a casa a dormir por las noches (¡) Los sue?os que ten¨ªamos para hoy eran tan altos que cuando miramos hacia arriba, nos mareamos y nos ca¨ªmos. (¡) Los padres con l¨¢tigos eran como robots, los balanceaban a intervalos uniformes, as¨ª que todos ten¨ªamos rayas en el cuerpo, como las cebras en la naturaleza¡±.
En Ten regions (10 regiones) habla de cruzar y cruzar fronteras hacia la supuesta prosperidad y en #sociallyyou, se centra en la hiperconectividad y el narcisismo en las redes ante el que casi todos y todas hemos ca¨ªdo de rodillas: ¡°?qui¨¦n necesita un fot¨®grafo profesional?¡±, canta. Le preguntamos si se siente un griot: ¡°Claro, a nosotros tambi¨¦n nos gusta contar historias del pasado y actualizarlas para los chicos m¨¢s j¨®venes que van llegando¡±. Mutombo da Poet ha sido invitado a recitar en poetry slams en Rusia y en Alemania, pero no deja de actuar en Ghana, donde admite que hoy cuentan con much¨ªsimas posibilidades entre los bares y pubs de las ciudades ghanesas.
Desde Sud¨¢frica, una mujer fuerte, Koleka Putuma, recita sin m¨²sica la poes¨ªa ¨¢spera del presente de una sociedad muy hostil hacia las mujeres y, especialmente, hacia las mujeres que aman a otras mujeres. Con potentes y expl¨ªcitas letras, Koleka Putuma, nacida en 1992, pone el acento en la cantidad de feminicidios que asuelan Sud¨¢frica (¡°cada tres horas una mujer es asesinada en mi pa¨ªs¡±) y denuncia el machismo a trav¨¦s de duras escenas cotidianas: ¡°te exilias en la borrachera/ vomitas en casas de otros (¡) eres la fotocopia de tu padre¡±. Putuma ¨Cque tambi¨¦n actu¨® en Madrid, en ocasi¨®n del Festival Griots es poetas¨C es autora del poemario Amnesia colectiva, disponible en traducci¨®n al castellano y premiado por la fundaci¨®n Luschei Prize del African Poetry Book.
Sin duda, el spoken word contagia acci¨®n, porque se construye con el presente y con la argamasa po¨¦tica de la negritud. Sus exponentes han nacido en el continente o pertenecen a la di¨¢spora, y cruzan el Oc¨¦ano Atl¨¢ntico, de ida y de vuelta, reivindicando su pertenencia a ?frica, como antes lo hicieron los int¨¦rpretes como Miriam Makeba, o los intelectuales, como Aim¨¦ Cesaire y Leopold Sedar Senghor, incluso los activistas, como los Black Panthers norteamericanos. ¡°?Por qu¨¦ deber¨ªamos estar avergonzados por ser pobres? ?Acaso es delito ser pobres?¡±, recita con contundencia la destacada d¡¯bi.young anitafrika, hija de jamaicano y canadiense. Esta cultora de la poes¨ªa dub brill¨®, literalmente, en el escenario de La Casa Encendida, con una performance de voz y percusi¨®n hecha con todo su cuerpo, y tambi¨¦n provista de im¨¢genes y escenas muy cotidianas: ¡°?por qu¨¦ dicen los vecinos que no est¨¢s casada con mi pap¨¢?¡±. Sus versos se ven: ¡°te has manchado de sangre el uniforme¡± o ¡°tu piel no es light brown (marr¨®n claro)¡±.
Con ellos, los chicos y las chicas de las palabras dichas, ?frica no desaparecer¨¢, y seguir¨¢ percutiendo mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras f¨ªsicas de un continente.
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